ALICANTE. "Para empezar, siempre es positivo, por lo menos suena muy bien, cuando te llaman y te dicen que te han nominado; significa que, de alguna manera, aprecian el trabajo que has hecho". El coreógrafo y director artístico original de San Fulgencio, Gustavo Ramírez, uno de los españoles más internacionales en esta materia -que, paradójicamente, estará por vez primera este invierno en un espacio profesional de su tierra-, distinguido como Etoile de Ballet 2000, galardonado con el Prix Dom Perignon y nombrado Chicagoans of the Year (ART/DANCE), celebra ahora su nominación als Premis de les Arts Escèniques Valencianes 2020 por la pieza Social Animal, y por partida doble: Mejor Espectáculo de Calle y Mejor Dirección Coreográfica.
"Te hace ilusión que te reconozcan en el sitio de donde eres; sí que es verdad que hace más ilusión aún que realmente haya esa visibilidad, sobre todo cuando te das cuenta de que en el Teatro Principal de Alicante solamente un 10% de la programación es danza, me da mucha penita personal", lamenta el artista alicantino, un espacio donde precisamente ya estuvo el año pasado para recoger el máximo galardón que entrega la Generalitat Valenciana a Mejor Espectáculo de Danza por CARMEN.maquia, de su compañía Titoyaya Dansa, pero en el que, curiosamente, aún no ha debutado, que será próximamente.
Unos premios, por tanto, los valencianos, que no le vienen de nuevo. En esta ocasión en el punto de mira, Social Animal es el primer espectáculo de Titoyaya Dansa creado enteramente para calle y espacios no convencionales. "Viene a raíz de que llevamos una época, desde la primera crisis y, ahora, la actual, que sacan lo mejor y lo peor de nosotros, cosas que a mí me parecen de lo peor". Un espectáculo que hicieron con la Fundación Elche Acoge viene a colación, y es de donde surge precisamente la última propuesta de su compañía. "Iba sobre el tema de la inmigración; introdujimos historias de bailarines que habían llegado aquí dentro del propio espectáculo", recuerda Ramírez.
"Me acuerdo de que, como las cosas estaban empezando a ir mejor en tema económico, ya se nos habían olvidado otras, a la vez que escuchábamos de nuevo que había gente en el mar Mediterráneo, y España decía que quería esperar a la respuesta de Europa. No puedo entender que la gente sea tan poco empática, pensaba yo". "En definitiva, como aquí, en Social Animal intento hacer ver que, con colaboración, podemos hacer cosas extraordinarias, que la empatía, el universo, cogiendo lo mejor de cada uno, nos hace buenos", subraya.
"Los políticos y los programadores son quienes, precisamente, han de decirle al público que somos importantes, no los más, pero que también lo somos; algo que no se ve reflejado en la programación", insiste el coreógrafo de San Fulgencio. "Ahora voy a Catalunya, al Mercat de les flors, uno de los dos teatros, junto a Teatros del Canal, en Madrid, que realmente apuestan por la danza", añade. "Lo que quiero decir es que estaría bien que no se acabara todo en los premios; nosotros, más que ayuda, necesitamos trabajar, y mucho, igual así algún día se pueden olvidar de las subvenciones", apunta.
Sus bolos 'interrumpidos' -la mayoría en Estados Unidos- ya están reubicados, la mayor parte, a partir de mayo, junio, calendario de 2021. "La verdad es que he tenido mucha suerte, se me han encajado las cosas, aunque no se puede saber qué va a pasar, espero que la gente se comporte, y los políticos también", puntualiza. Y una cita muy importante; el estreno en su tierra, curiosamente. Un debut previsto para el viernes 11 de diciembre, a las 20.30 horas, en el Teatro Principal, de la mano del mejor espetáculo 2019, CARMEN.maquia, de su compañía Titoyaya Dansa.