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en conciencia / OPINIÓN

Hablar para adultos

21/01/2021 - 

VALÈNCIA. El pasado sábado en Ciudadanos celebramos el primer encuentro telemático por la ciencia para abordar preguntas relacionadas con la covid-19 que muchos ciudadanos nos hacemos.

Lo moderó con una neutralidad y naturalidad encomiables, Inés Arrimadas, pero en él participaron la Codirectora del Centro Nacional de Biotecnología adscrito al CSIC y responsable de la vacuna española del Covid-19, Isabel Sola; el Responsable Adjunto de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal, César Carballo; y la viróloga española en la Escuela Icahn de Medicina en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York, Ana Fernández Sesma.

No apareció ni un eslogan. No se usó una frase hecha. No se criticó a nadie.

Fue un encuentro puramente técnico (no político) en el que se  analizó la evolución de la pandemia en nuestro país, se abordó la importancia de apostar por la ciencia y se explicaron muchas cuestiones importantes sobre las vacunas.

Sinceramente, resultó un acto interesantísimo que recomiendo ver a todos los lectores, voten a quien voten y piensen lo que piensen. Se trata de un coloquio divulgativo, sereno y fundamentado, diametralmente opuesto a un mitin político como podrán ustedes comprobar (si así lo deciden) en esta dirección.

Hacen falta muchos debates de este tipo. Y la pena es que tenga que ser un partido político quien los organice mientras pagamos con nuestros impuestos más de 20 canales de televisiones públicas y millones de euros en comunicación institucional invertidos en mensajes que se dirigen a los ciudadanos como si fuéramos menores de edad.

La dependencia de los medios de comunicación en la sociedad de la información se ha acentuado en esta situación disfuncional y amenazante que supone la pandemia. En medio de esta crisis, lo que se denominan medios de servicio público resultan fundamentales, no sólo porque tienen que informarnos claramente sobre la evolución de la epidemia, sino porque también pueden transmitirnos normas y pautas para frenar los contagios.

Pero tienen que empezar a hablarnos como adultos. Para eso, podrían plantearse superar la mera transmisión de terribles datos, no dar entero protagonismo a las confrontaciones políticas o no hacerse eco de discursos triunfalistas alambicados.

Hace ya más de 70 años, a raíz de las distorsiones que la prensa liberal había provocado en las sociedades democráticas, en el Informe Hutchins de la Universidad de Chicago se planteó la Teoría de la Responsabilidad de los medios de comunicación. La idea de fondo es que los medios son entes con una responsabilidad ante el bienestar general. Una responsabilidad que se sitúa en un contexto ético porque estas instituciones cumplen unas funciones esenciales. Así, en este informe, que es un clásico se determina que la comunicación social tiene que a) ofrecer relatos comprensivos de los acontecimientos, b)presentar aportaciones de distintos grupos esenciales c) ser foro para el intercambio de ideas, d) trasladar metas y valores  y e) garantizar el acceso pleno a información veraz y relevante que permita tomar decisiones.

Creo que los medios públicos deben replantearse urgentemente su labor si no quieren seguir perdiendo audiencia y credibilidad. Entre otras cosas porque, no en vano, en esta crisis, han sido considerados servicios esenciales. A ver si de verdad, lo son.

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