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La sostenibilidad y la latencia son dos de los grandes desafíos 

¿Hacía dónde se dirige la industria de los centros de datos?

9/09/2019 - 

VALÈNCIA. A medida que avanza la digitalización aumenta el valor de los datos como activo principal en las organizaciones. Por otro lado, la llegada del 5G tendrá un impacto directo en la propagación del Internet de las Cosas, la industria conectada, el desarrollo de las ciudades inteligentes, el coche autónomo…y un sinfín de campos más que seguirán arrojando ingentes cantidades de datos para, posteriormente, procesarlos y explotarlos. Pero, para ello, hay que almacenarlos y conservarlos.

A esto es a lo que se dedican los centros de datos. Estos acostumbran ser grandes instalaciones donde se alojan servidores y sistemas de almacenamiento para ejecutar las aplicaciones que procesan y almacenan los datos de las empresas que optan por externalizar estas funciones. Algunas organizaciones disponen de una Jaula o de uno o varios racks (bastidores), mientras que otras pueden disponer de salas privadas para alojar un número determinado de armarios rack, dependiendo de los datos que genere. Se da también el caso de multinacionales que disponen de su propio centro de datos, como Facebook o Google, esta última con un edificio de más de 10.680 metros cuadrados en el centro de Council Bluffs. 

En España, Interxión es el principal proveedor de centros de datos y gestiona en Europa más de 50 centros de vanguardia, con presencia en 13 ciudades del continente. Sobre Interxión, circula un video en internet en el que puede verse cómo es el interior de un centro de datos. La construcción habitual dispone de un falso suelo en el que se distribuyen las tomas eléctricas para conectar los bastidores. El control de la temperatura es también esencial en estos espacios para garantizar el mantenimiento y buen funcionamiento de los equipos y servidores que alojan. Lo ideal es mantener una temperatura estable conforme a los estándares recomendados de 21.5 grados.

La refrigeración

A nadie se le escapa que mantener estos gigantescos santuarios de la computación implican un consumo tremendo de energía, tanto para mantener los equipos activos como para su refrigeración. Según algunas fuentes, los centros de datos consumen ya el 2% del total de la energía mundial, con las consecuentes emisiones de CO2, y eso sin haber llegado aún el 5G. Pol Valls eleva el porcentaje y atribuye un 40% de dicho consumo a los potentes sistemas de refrigeración que necesitan los centros. Para paliar este problema fundó Valls, junto a Daniel Pope, Submer. Se trata de una startup que ha patentado un sistema de refrigeración por inmersión, una novedosa técnica de enfriamiento en la que los servidores se sumergen en un líquido dieléctrico. El líquido en contacto directo con componentes absorbe el calor y, a continuación, lo disipa en el exterior. 


Hasta ahora, la manera que tenían los responsables de muchos centros de datos de aminorar los costes de refrigeración era instalarlos en países de climatología más fría,

como Finlandia o Dinamarca, pero no siempre es posible. Además, según Pol Valls, la tecnología del 5 G exigirá eliminar la latencia. Para que la industria conectada o el IoT funcionen habrá que reducirla al máximo por lo que vaticina que los centros de datos no podrán estar ya tan alejados de los clientes finales. Otro motivo por el que habrá que reformular los centros de datos.

Para solventar ambos problemas han surgido propuestas novedosas, como la de la empresa californiana Nautilus Data Technologies con un proyecto para construir un centro de datos flotante en el puerto Ted Russell, en Limerick (Irlanda). La idea es crear un data center en una barcaza que aprovecharía el agua del mar para la refrigeración de los equipos y daría servicio de alto rendimiento a las empresas cercanas y a las entidades portuarias. La idea, que para algunos puede ser ingeniosa, cuenta también con numerosos detractores de la zona por el gran espacio del muelle que absorbería la construcción.

Centros de datos modulares

Menos agresiva parece la propuesta de Submer, al menos tal y como lo plantea Valls. “Nosotros damos una solución al problema de la sostenibilidad con un enfriamiento ecológico de alta eficiencia que procura un ahorro de hasta el 99% en los costes de refrigeración y un 50% en el consumo eléctrico general. Pero, además, con nuestra solución damos respuesta a otros grandes retos de esta industria como son un ahorro de entre un 80-85% en el espacio físico, gracias a los pequeños equipos modulares con un diseño compacto y adaptables a cualquier entorno, un coste de edificación mucho más barato y, gracias a ese tamaño reducido de los parques, una disposición cercana del data center al cliente final para suprimir la latencia”, afirma.

Contado así, parece la solución redonda. Ciertamente, hay estudios que confirman  que, en la próxima década, el mercado de centros de datos modulares (HPE) va a crecer a una tasa interanual del 22,3%, impulsado por las nuevas tendencias de descentralización de la infraestructura TI empresarial. Sin embargo, empresas como la española Interxion, donde se autoproclaman “pioneros en el diseño de centros de datos modulares”, con 33 instalaciones de este tipo, detectan también serios inconvenientes. 

“Aunque hay muchas ventajas para adoptar el enfoque modular del centro de datos, no son para todo el mundo. Un obstáculo a superar es que los sistemas modulares vienen con tamaños pre-determinados, así que los usuarios pueden no ser capaces de construir un centro de datos a la medida exacta a la que les gustaría. De forma parecida, también podría haber ciertas preferencias de diseño que los usuarios no pudieran tener, lo que alteraría la estética de la instalación y ciertas limitaciones físicas podrían impedir que los usuarios utilizaran este enfoque modular del centro de datos. Por último, pero no lo menos importante, es que si durante el transporte los módulos sufren vibraciones se deben evaluar antes de su instalación los posibles daños”, observan.

En cualquier caso, el sector de los centros de datos ya hace un tiempo que empezó a diversificarse con nuevas categorías que responden a distintas necesidades. Por un lado, están las grandes infraestructuras que soportan los servicios en la nube y, por otro, una gran variedad de centros de datos de diversos tamaños, desde los data center empresariales a las nuevas plataformas edge computing.

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