VALÈNCIA. En estos tiempos de tribulación, cuando todo el mundo ve tan solo lo negativo a su alrededor, es bueno alejarse un poco del pesimismo imperante para hacer tus previsiones lo más racionales posibles, sobre todo si tus inversiones están implicadas. Y es importante prever, pues como decía Poincaré "es mucho mejor prever, incluso sin certeza, que no prever en absoluto".
Por supuesto que es difícil mirar con racionalidad la situación cuando mucha gente a nuestro alrededor está sufriendo a nivel personal, ya es raro quien no conoce casos de contagios, confinamientos, e incluso muertes. Pero cuando se trata de dinero, y de saber dónde invertir para nuestro futuro, es bueno no dejarse llevar por el presente.
Es típico en los mercados -y en la vida- pensar que lo que estamos viviendo perdurará para siempre. Y así, cuando el mercado sube creemos que lo hará siempre e invertimos todo lo que tenemos y no tenemos, mientras que cuando baja pensamos que bajará siempre y vendemos cuando tocaba comprar. En la vida hacemos igual: si nos va muy bien no guardamos para peores momentos y al revés. Muy humano. Muy malo para nuestro futuro.
Hoy las cosas no son diferentes. La situación nos hace ser muy pesimistas. ¿Cómo no serlo? Sin embargo, ¿podemos sacar las fuerzas para mirar más allá de lo que está sucediendo hoy y mirar hacia dónde van las cosas? Podemos decir que vamos a vivir el apocalipsis y que nunca saldremos de esta como economía; sin embargo hay una idea que me ronda en la cabeza. Estamos viviendo la misma situación de fuerzas que dieron paso a los felices años 20. Es más que probable que nos encaminemos hacia una época parecida.
Para no aburrir resumiré en dos las fuerzas que propulsaron esos felices 20. Un ambiente post-pandemia (la gripe española) que hace a la gente propensa al carpe diem, vivir el momento y disfrutar de la vida sin pensar en el mañana, algo totalmente lógico después de años muy duros; y la otra fuerza es una revolución tecnológica brutal, ejemplificada por el automóvil y todos los cambios que produjo en la sociedad.
De la pandemia mejor no hablo, seguro que encontrarán mejores lugares para leer sobre ella que aquí. Pero del cambio tecnológico sí. Sobre la mesa tenemos la tremenda revolución que están trayendo la inteligencia artificial, la robótica, el automóvil autónomo y eléctrico, las energías renovables, el 5G,el internet de las cosas, el blockchain, la impresión 3D los drones o la colonización de Marte. Como decía el analista de Ark Invest, Brett Winton, al que entrevistamos hace poco y que podrán ver en el canal de youtube de Zonavalue Club, "nunca en la historia se han juntado tantas fuerzas disruptivas al mismo tiempo".
Ambiente post-pandemia -cuando llegue- y cambio tecnológico brutal. A mí me gusta pensar que los felices años veinte se acercan con su canto a la libertad y con su mercado de valores en subida libre. En todo caso, se produzca esto o no y siendo racional ¿no se han ganado siempre grandes cantidades de dinero sumándose a las empresa disruptivas? Hoy el coche no nos lo parece pero sí lo fue en el siglo XX y ahí teníamos a Henry Ford. También lo fue la mecanización del campo, la industrialización, el tren en EE UU con Cornelius Vanderbilt o el petróleo con Rockefeller. ¿No están los beneficios hoy en la inversión en todas estas industrias disruptivas? Mi opinión es que sí, por supuesto, pero ¿qué empresa sobrevivirá y cuál no? y ¿cómo invertir en todo esto sin morir en el intento?
Mi respuesta es la de siempre: busquemos a los buenos profesionales. En mi caso, la gente de Ark Invest con Catherine Wood a la cabeza, una fuera de serie. Su rentabilidad anual media es espectacular y su capacidad de analizar esta realidad cambiante y todas estas empresas es simplemente apabullante. Les invito a descubrir su trabajo.
Hoy tenemos la suerte de poder comprar sus ETF desde España gracias a Zonavalue Club y su acuerdo con Saxo Bank. De este modo podemos invertir en una variedad bien seleccionada de empresas disruptivas y sumarnos de la mano de grandes profesionales al mundo que viene.
Sus ideas para 2021 no tienen desperdicio:
Seguro que hay otras formas de aprovecharse de estas tendencias disruptivas. Seguro que las hay incluso mejores. Pero una cosa es segura. Si se ponen a buscarlas significará que estamos de acuerdo en una tesis: el mundo está cambiando y el cambio es irreversible.
Cuando el mundo cambia, yo cambio de opinión ¿Usted qué hace? Decía Keynes. Yo me adapto e intento sacar lo positivo de todo ello. ¿Existe alguna otra actitud que nos haga felices?
Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets
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