CASTELLÓ. (EP). La Comunitat Valenciana ha evitado la contaminación de 12.089 toneladas de aceites industriales usados en 2020, según ha informado este lunes el sistema encargado de la recuperación y gestión de este residuo peligroso en España, Sigaus.
Esta cantidad incluye el volumen de aceite usado neto finalmente tratado, 11.152 toneladas, y ciertas cantidades de impropios, como agua o sedimentos, que suponen el 8% del total, y que han de separarse durante el tratamiento.
En total, Sigaus llevó a cabo 16.934 operaciones de recogida de aceite usado en 378 municipios valencianos, donde atendió a 6.423 establecimientos, de los que casi el 60% fueron talleres mecánicos (3.763), siendo además la actividad de mayor generación de aceite usado en esta comunidad, 5.716 toneladas generadas, el 47% del volumen total recuperado en esta comunidad.
Esta gestión evitó la emisión de 7.163 toneladas de CO2 y ahorró la utilización de más de 2,8 millones de barriles de petróleo, siguiendo así con la hoja de ruta marcada para lograr una economía más circular, en la que los residuos se convierten en recursos, ha informado Sigaus en un comunicado.
Un gran número de recogidas tuvo lugar en una amplia variedad de actividades, como la industria, la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, así como relacionadas con la Administración pública, las fuerzas armadas, presas, parques eólicos, empresas de alquiler de vehículos o autoescuelas, entre otras, que sumaron 2.660 establecimientos.
Al respecto, el director general de SIGAUS, Eduardo de Lecea, ha señalado que "2020 ha sido nuestro año más responsable. Cuando todo paró (a raíz de la pandemia de la covid-19), nuestra actividad fue declarada esencial, y decidimos reforzar nuestro sistema para seguir ayudando al tejido económico mediante la recogida del aceite usado en toda España", ha explicado.
De Lecea ha señalado que su misión era "asegurar en todo momento la operativa de otras actividades esenciales, y garantizar que el aceite usado no fuera un problema añadido, sino uno resuelto. En definitiva, que la gestión del aceite usado no parase para miles y miles de empresas que nos necesitaban".
El aceite industrial usado es uno de los residuos peligrosos que se generan en mayor cantidad. Por su toxicidad y su escasa biodegradabilidad puede tener importantes efectos sobre la salud y el medio ambiente. Su vertido provoca graves problemas de contaminación y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos (con cloro, plomo).
Es, además, especialmente dañino en el medio acuático: tan solo un litro de aceite industrial usado puede llegar a contaminar hasta un millón de litros de agua.
Esta peligrosidad, unida a la precaria situación económica vivida por la industria gestora de este residuo, llevó a Sigaus a aumentar la financiación de la recogida: "Entendimos que una situación excepcional requería medidas excepcionales. En el peor momento, multiplicamos por 6 la financiación de la recogida para ayudar a las empresas gestoras y asegurar que seguían recogiendo el aceite usado en cada rincón de España, por muy lejos que estuviera", ha remarcado Eduardo de Lecea.
Desde el punto de vista ambiental, la recuperación de este residuo peligroso tiene un importante valor añadido en zonas alejadas, principalmente rurales, donde se encuentran la mayor parte de espacios naturales protegidos y recursos hídricos, y donde habitan una parte importante de la flora y fauna protegidas.
El 40% de los municipios valencianos donde se recuperó aceite usado son rurales. En estas zonas, la población y la generación del aceite usado, presenta altos índices de fragmentación y dispersión. Aun así, allí se atendieron 638 establecimientos y se recuperaron 1.172 toneladas de residuo.
Dentro del medio rural de la Comunitat Valenciana, en zonas especialmente vulnerables a la contaminación, como son las inmediaciones de espacios protegidos y recursos hídricos, se recuperaron 159 toneladas de aceites usados de 108 establecimientos.
En concreto, Sigaus recogió 83 toneladas en el entorno de 21 espacios protegidos de la Comunitat Valenciana, incluyendo Parques y Reservas Naturales, Reservas de la Biosfera, Zonas Ramsar y otras áreas de especial protección.
Un ejemplo de ello es la recogida de más de 2,5 toneladas de aceites usados en el Parque Natural de la Albufera, o de casi 11 toneladas en la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel.
Por su parte, en el entorno de recursos hídricos (ríos, lagos, embalses y zonas sensibles a la eutrofización) se evitó el potencial contaminante de 77 toneladas de aceites usados (siendo en algunos casos puntos de generación coincidentes con espacios protegidos).
La actividad de recogida también fue intensa en zonas de montaña o escasamente pobladas (municipios de menos de 1.000 habitantes) de la Comunitat, con la prestación del servicio de recogida en 180 y 112 establecimientos productores respectivamente.
Una vez recogido, el aceite usado es analizado en centros de transferencia donde se determina su destino final para ser tratado a través de los diferentes procesos existentes.
La Comunitat Valenciana cuenta con 25 instalaciones de gestión de aceites usados, incluyendo 4 planta de gestión final de tratamiento previo a su valorización energética y regeneración. Se trata de un residuo que, siendo bien gestionado, tiene valor en su totalidad.
Contiene recursos materiales y energéticos que permiten su uso como materia prima en la fabricación de nuevos productos, ya sea como nueva base lubricante -el tratamiento prioritario y denominado regeneración- o como combustible de uso industrial.
Un 79% del aceite usado neto recogido en 2020 en la Comunitat Valenciana fue tratado mediante regeneración, 8.836 toneladas. Un tratamiento que extrae del residuo una base lubricante válida para la fabricación de nuevos aceites, evitando tener que recurrir al refino del petróleo.
El volumen de residuo destinado a este tratamiento permitió devolver al mercado 5.532 toneladas de lubricantes, y el ahorro de cerca de 2,6 millones de barriles de petróleo. Y, en términos medioambientales, este proceso hizo posible evitar la emisión de casi 5.900 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Los aceites usados que no fueron regenerados se trataron para fabricar combustible de uso industrial, utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc, evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo.
A este tratamiento se destinaron el pasado año 2.316 toneladas, evitando con ello la emisión a la atmósfera de 1.269 toneladas de CO 2 y la utilización de casi 238.700 barriles de petróleo.