ALICANTE. La cúpula del Banco Sabadell no salió especialmente bien parada de la presentación de resultados que llevó a cabo el pasado 1 de diciembre en Madrid. Un beneficio mucho menor de lo previsto en el plan estratégico de la entidad (un 54% menos hasta 328 millones), daños mayores a lo esperado en la integración del británico TSB y la aparente indiferencia con la que Josep Oliu analizaba la debacle de sus acciones en la bolsa, acentuada ese día, llevaron el valor de BSAB a mínimos históricos. Cierto que todos los analistas coincidían en que tanto el banco con sede en Alicante como CaixaBank (CABK) cotizaban por debajo de su valoración real, pero el banco estaba "barato", como admitía su presidente en la rueda de prensa.
En una semana, todo ha cambiado. Una eficiente estrategia de contrición y una muestra de la confianza del consejo en la entidad, combinadas con la tendencia alcista del mercado continuo español fruto de la convocatoria de elecciones, dejaban el valor del Sabadell este viernes por encima de 0,95, cerca de recuperar el umbral de la penny stock. En primer lugar, la importante inversión llevada a cabo por varios miembros destacados del consejo de administración en títulos de la entidad, como para acompañar las palabras de Oliu en la rueda de prensa ("cuanto más baje la acción, mejor inversión es"), han evidenciado la confianza del consejo.
Sobre todo, en el caso de su consejero delegado, Jaume Guardiola, que no compraba acciones desde 2015. Esta semana invirtió en un paquete de 500.000 acciones de la entidad en dos tandas a un precio de 0,86 y 0,87 euros, con lo que la mano derecha del presidente Josep Oliu pasa a tener el 0,06% del capital. El director general, José Luis Negro, adquiría otras 100.000 acciones a 0,86 euros y 7.800 al precio de 0,84. Y unos días antes, habían sido David Vegara, Tomás Varela, Miguel Montes y Manuel Valls los que habían comprado 294.000 acciones, lo que significa un total de 237.000 euros.
Estas inversiones en títulos reforzaban el mensaje de la cúpula de que el banco tiene unas perspectivas positivas, una vez superados los problemas con el TSB, y que el potencial alcista que auguran los analistas (KBW, UBS, Credit Suisse o Morgan Stanley son algunas de las casas que otorgan al BSAB un potenciar de revalorización de incluso el 100%) es una realidad. Pero aún quedaba un segundo golpe de efecto, que llegaba el viernes en el informe de retribuciones del año 2018 remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Josep Oliu y Jaume Guardiola renunciaban al bonus al que tenían derecho por la buena marcha del negocio en España, y que entre los dos sumaba una cantidad superior a los 1,2 euros, para 'castigarse' por los problemas con TSB. Una decisión inédita en los últimos años en las grandes cotizadas españolas, que honra a los dos máximos ejecutivos de la entidad, al querer "alinearse con los trabajadores que, pese al esfuerzo post integración", no alcanzaron el objetivo como para percibir la retribución variable. Desde mínimos históricos a rebotar el bolsa, tras una semana de muestras de confianza y disculpas rascándose el bolsillo.