ALICANTE. La digitalización del pequeño comercio es vital e imprescindible para la adaptación de las pymes al mercado actual. Pero desde marzo, con la crisis del coronavirus y el Estado de Alarma se ha convertido en obligatoria para los negocios que pueden seguir abiertos. También para los que no y han de aprovechar el momento de parón obligatorio para ponerse al día y aplicar la tecnología a sus pequeñas empresas. Los pequeños negocios que no habían iniciado la transformación digital ahora han de realizarla a marchas forzadas para seguir en marcha. Desde carnicerías, pasando por ferreterías, panaderías o por gimnasios, todos los pequeños comercios deben llevar a cabo su particular transformación digital para sobrevivir al coronavirus e intentan, en los casos menos acostumbrados, romper barreras y miedos e intercambiar dudas y conocimientos. ¿Cómo se está llevando en la provincia? En estos casos se están produciendo tanto ejemplos positivos como situaciones más preocupantes.
Rafael Pérez es el presidente de la Asociación Comarcal de Empresarios del Comercio de Alcoy (Aceca), la asociación de comercio más antigua de la Comunidad Valenciana y también pertenece a los comités ejecutivos de Facpyme y Covaco. Pérez mantiene que la digitalización de las pymes "es algo que ha estado costando bastante. Mucha gente era reacia a las nuevas tecnologías, a veces por falta de interés, otras porque veían que les quedaba poco tiempo en el comercio, sobre todo gente más mayor, la gente joven tiene más fuerza". Así, reconoce que el Estado de Alarma ha supuesto un antes y un después en la situación.
Ahora que solo se puede salir de casa para las actividades esenciales, hay más demanda de servicio a domicilio. "Ahora se dan cuenta de que la digitalización se tenía que haber hecho antes". Por parte de Aceca, afirma Pérez, los asociados están poniéndose al día en estas herramientas. "Desde Aceca, Facpyme o Camara Alcoy se ofrecen cursos para quien necesita ponerse al día". En cuanto al presente y al futuro cercano, el presidente de Aceca mantiene que "la digitalización está aún muy verde y queda mucho por aprender. Esta situación hará que mucha gente tome conciencia y que, cuando salgamos de nuevo a la calle, se ponga las pilas y aprenda y se adapte a la tecnología, porque es importantísimo. De momento, el comerciante está aún en el paso de aprender".
Para mucha gente, según Pérez, hay algo de miedo en el ambiente y comerciantes paralizados o desorientados ante la situación por lo inesperado y el impacto de la crisis. "Ahora necesitan apoyo. Tenemos herramientas muy positivas para ellos desde Facpyme, Fedac o las cámaras de comercio. Apoyamos y damos cobertura a los socios ante las necesidades que surjan".
En este panorama inesperado, también ha habido negocios que, gracias por apostar por el salto tecnológico hace meses, están capeando el temporal de manera positiva. En el caso de Ester Martínez, en Elche, con dos centros de su escuela de idiomas, uno en Altabix, y otro en El Toscar con sus puertas cerradas, el momento de adaptarse a realizar clases online empezó en enero de 2020. Y no ha podido ser mejor la decisión, admite. "Hace años que lo analógico en los pequeños negocios era la crónica de una muerte anunciada, la vida apuntaba cada vez más a la digitalización y muchas empresas ya estaban mentalizadas. Esto lo que ha conseguido ha sido potenciarlo más y romper de raíz con los patrones antiguos".
En el caso de la escuela de Martínez, empezaron a apostar por realizar productos digitales en enero de este año. Las clases de esta escuela en Elche usan nuevas técnicas de enseñanza para el alumnado, promueven mucho más la parte comunicativa y no solo la teórica, y además, trabajan en la mentalidad para conseguir que personas, empezando desde cero o apenas sabiendo algo de inglés, puedan conseguir un nivel B1 sin frustraciones, consiguiendo o no el certificado oficial, al gusto de quien aprende. El método de enseñanza llamó la atención de La Agencia, en Barcelona, una lanzadera de tu negocio digital con quienes ya tenían contacto previo. Sergio Marcús, experto en estrategias en modelos de negocio digital insistió hace meses a Ester Martínez para que lanzaran a través de clases online esa novedosa forma de enseñanza y que no solo se quedara en Elche, sino que pudiera llegar a todas las partes del mundo. Martínez admite que fue muy reticente a aceptar, porque consideraba que el aprendizaje de idiomas "no solo se comunica con las palabras, se trata también de emoción y picos emocionales y me costaba pensar en eso sin el carácter presencial, pero al final acepté".
Así, empezaron el trabajo en enero, adaptando el contenido digital. Todo el equipo de la firma trabaja en ello. El coronavirus y el confinamiento, en marzo ya pillaron a Martínez con mucho del trabajo avanzado y preparados para este momento difícil. "Eso sí, alteramos algo los planes. En julio íbamos a lanzar el proyecto grande, una plataforma online, para España, Latinoamérica y sur de Estados Unidos para que los adultos puedan llegar a aprender hasta un nivel B1 de inglés". Ahora, adelantarán este proceso a mayo. En breve comenzarán con la promoción de la plataforma en redes sociales y el 3 de mayo enseñarán el proyecto en un webinar.
No obstante, en marzo consiguieron digitalizar, dándole prioridad, las clases para los niños pequeños. Dos semanas muy intensas de trabajo para grabar las lecciones y que las puedan consultar cuando quieran. "Queríamos que los menores aprovecharan el confinamiento para aprende niños, grabamos el contenido de clases para que las puedan repetir las veces que sean necesarias, también se han hecho clases en directo". Y, de esta experiencia inesperada, ya hay clientes desde Palencia, Murcia y otros puntos de la geografía española que quieren comprar esos servicios.
Además, ya trabajan en otras líneas. Sobre la plataforma para el aprendizaje de idiomas en adultos, pretenden hacer crecer otros subproyectos complementarios, desde convivencias, experiencias en el extranjero, pasando por otros niveles disponibles o cursos de inglés para sectores específicos. "El objetivo es sumar y también ayudar a empresas y comercios a que se adapten y aprendan algo para su negocio. Por ejemplo, en el sector que envuelve al turismo, será crucial potenciarlo. Poder vivir de algo que puede ayudar a los demás es muy satisfactorio", concluye Martínez.
Desde varios puntos de la provincia, los gimnasios, cerrados durante el confinamiento, están realizando muchas actividades online. Por ejemplo, desde Rx Entrenamiento, firma asociada a Jovempa, han creado una escuela de entrenamiento online gratuita para los deportistas de sus instalaciones. Tienen desde material en vídeo para facilitar entrenamientos en cuarentena, o directos y entrevistas interesantes para sus usuarios. Desde Ladys Gym, por ejemplo, también preparan rutinas de ejercicio diarias online para las clientas del centro.
Asimismo, la asociación de comerciantes de Sant Joan han realizado una web donde comercios y ofrecen sus productos online a través de Whatsapp y los clientes pueden pagar por Bizum. Una iniciativa similar llevan a cabo desde Alicante, donde la Concejalía de Comercio del Ayuntamiento, ha impulsado una plataforma web en la que han inscrito a más de 150 establecimientos locales de Alicante con reparto a domicilio, para fomentar las compras seguras sin salir de los domicilios y poder hacer frente al Covid-19.
Y es que, para ello, la Generalitat Valenciana y la Conselleria de Comercio han puesto en marcha la web comercioscomunitatvalenciana.com donde se pueden encontrar más de 53.000 comercios a un
clic de distancia, separados por sectores y provincias.
Desde Aceca, en Alcoy, aseguran que, para el pequeño comercio, la situación por el coronavirus "es un poco preocupante pero hay esperanza". Afirman que hay "conexión" con administración local en Alcoy, aunque se quejan de que "por parte del Gobierno central las ayudas son nulas, tenían que haber hecho medidas para la economía. El efecto que va a causar esta pandemia será brutal".
Por otra parte, se centra en la esperanza. "No queremos que nos regalen nada, pero sí que nos apoyen. Si cae el pequeño comercio, cae el 17% del PIB, no deberíamos pagar autónomos, necesitamos una bolsa de aire". Asimismo, espera que esta situación sea temporal y que confía en que dentro de un año "Esto lo recordaremos como algo que nos ha hecho ser mejores personas y que suponga un aliciente para ser mejores".