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Piden al Gobierno que fije servicios mínimos para capear la crisis

La encrucijada de las estaciones de servicio: obligadas a abrir pese al desplome de sus ventas

8/04/2020 - 

VALÈNCIA. Las estaciones de servicio son un servicio esencial, de acuerdo con el Real Decreto aprobado por el Gobierno, y, por tanto, deben permanecer abiertas, a excepción de las zonas de restaurantes y de ocio que algunas tienen. Sin embargo, los empresarios advierten de su situación límite ante la drástica caída de las ventas que cifran en un 90%. El parón de la industria y la restricción de la movilidad debido al estado de alarma ha reducido el número de desplazamientos y, en consecuencia, el consumo en sus establecimientos. Una merma de ingresos que para muchas pymes y pequeños empresarios de estos negocios hace inviable mantener la persiana levantada todos los días. 

Y es que en estos días se han dado casos de estaciones de servicio que, tras permanecer abiertas durante 16 horas atendiendo al público, únicamente han facturado 150 euros durante todo el día. Unos ingresos que hacen imposible su solvencia económica teniendo en cuenta que deben pagar gastos básicos como luz o agua. Y todo ello, doblando turnos del personal para cumplir horarios y haciendo importantes esfuerzos. 

"Esto no se puede sostener ni aguantar. Levantar la persiana cada día sabiendo que no vas a ingresar lo suficiente como para pagar a los empleados es duro. Muy duro", admite el presidente de la Federación Mediterránea de Empresarios de Estaciones de Servicio (FEDMES), Juan José Sánchez Segarra, quien denuncia el limbo en el que se ha quedado el sector obligado a mantener su actividad, pese a no tener casi demanda. La encrucijada de unos empresarios que se sienten "invisibles" y abandonados.

"Queremos seguir dando servicio porque entendemos que somos imprescindibles, pero necesitamos soluciones por parte del Gobierno porque no podemos seguir así. Al final algunas empresas se verán obligadas a cerrar a la fuerza. Nosotros hacemos falta, pero no todos", asegura. 

Por ello, pide buscar soluciones a la administración central que permitan encontrar un equilibrio entre oferta y demanda. Entre sus propuestas destacan la fijación de unos servicios mínimos por zonas o kilómetros o aperturas escalonadas por turnos en función de las necesidades de la población. "Por ejemplo se podría establecer que cada cinco estaciones de servicio, una estuviera abierta porque es más que suficiente. También se podría fijar por cada 30 kilómetros", indica el presidente de los empresarios del sector en la Comunitat. Y es que con la caída de los viajes no ven que sea necesario que todas permanezcan prestando servicio.

"Es insostenible permanecer todas abiertas cuando las ventas han caído un 90%. Así no puedes pagar ni la luz y resulta más rentable cerrar porque te ahorras el gasto de poner en marcha la industria", indica Segarra, quien destaca la responsabilidad del sector que, pese a la complicada situación que atraviesa, sigue con la actividad. "La mayoría estamos aguantando como los últimos de Filipinas", destaca.

"No abrimos restaurantes porque por ley no podemos"

Eso sí, de acuerdo con las medidas aprobadas por el Gobierno, sus restaurantes y zonas de ocio permanecen cerradas, lo que hace imposible que puedan servir comida caliente a los viajeros, principalmente transportistas. Una situación que generó algunas tensiones con el sector del transporte que vio de la noche a la mañana los puntos de parada para hacer un descanso y comer cerrados. "Cuando se ha hablado de nosotros, ha sido para criticarnos por no ofrecer un plato de comida caliente a los transportistas. Pero ¿cómo podíamos hacerlo si los restaurantes de nuestras estaciones de servicio también están obligados a cerrar por el estado de alarma?", subraya.

Asegura que no es una cuestión de "capricho", sino de cumplimiento de la ley. Una normativa que, a su juicio, peca de una falta de previsión sobre lo que podría suceder. "Si se hubiera organizado bien, hubiéramos hecho servicios mínimos y abierto restaurantes para este colectivo, pero la orden del Gobierno es clara: todo cerrado y no tenemos opción", subraya. 

Un colectivo que, además, tampoco cuenta con el material necesario para garantizar la protección de su personal y se ha visto en la necesidad de tomar medidas. Así, la atención se ofrece en ventanillas y en mostradores guardando la distancia de seguridad. "Entendemos que primero van los sanitarios pero nuestros empleados también corren unos riesgos y no tenemos material. Estamos totalmente desprotegidos", lamenta. 

Pese a todo, mantienen el servicio por compromiso con la sociedad. Pero seguirán alzando la voz pidiendo atención. "Somos conscientes de que tenemos una responsabilidad. Y la estamos ejerciendo, pero esta situación no se puede prolongar en el tiempo. Hay que tomar medidas y evitar que gran parte del sector se vea abocado al cierre como única solución", concluye.

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