VALÈNCIA. Fin de la hibernación forzosa de la industria valenciana. Tras la ampliación del confinamiento a todos los trabajadores de actividades no esenciales, decretado por el Gobierno, las empresas valencianas vuelven este martes a poner la maquinaria en marcha, pero con muchas dudas e incertidumbre sobre el futuro. Han sido dos semanas de parón y todo ha cambiado. Aunque las compañías puedan ya retomar la producción, los estragos en el empleo y la caída de los pedidos dibuja un panorama incierto.
Como ya pasara este lunes en el resto de comunidades autónomas donde no era festivo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado repartirán mascarillas en estaciones de metro y Cercanías para garantizar la seguridad de los trabajadores que viajen en el transporte público. Una estampa que este martes se repetirá en la Comunitat. La Generalitat Valenciana ya ha mantenido contacto con empresas y sindicatos y ha remitido los protocolos a seguir de cara a la vuelta al trabajo con el objetivo de "compatibilizar la vuelta al trabajo con la seguridad de que se haga con el máximo control".
Sin embargo, desde la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) se advertía de la falta de equipos de protección (EPI) en las empresas, al tiempo que reclamaban indicaciones más concretas con información por sectores, puesto que las condiciones para volver a la actividad de forma segura difieren mucho entre una pyme o una industria pesada, por ejemplo. "No se puede responsabilizar a la empresa en exclusiva del cumplimiento de los protocolos de seguridad", subrayaba el presidente de la patronal, Salvador Navarro.
Una jornada que convivirá con las dudas e incertidumbre sobre el futuro. Aunque varias empresas tienen pedidos pendientes que resolverán estos próximos días, la caída de la demanda y el cierre de mercados exteriores ensombrecen el horizonte. Así sucede, por poner un ejemplo, con la industria azulejera, con pedidos de los últimos meses todavía por cubrir pero acerca de cuyo futuro la patronal Ascer ya ha advertido de que la recuperación será "lenta" y durará "meses".
En este sentido, y a pesar de que el reinicio de la actividad en el sector azulejero está siendo paulatino (este mismo lunes ya se ha visto a muchas compañías con los hornos en marcha), la reanudación a medio gas de la construcción también afectará de forma directa al ecosistema industrial castellonense... y al valenciano. Vuelta al trabajo, para muchos deseada, pero con varios interrogantes por delante.
Este es el caso de Tableros Folgado, dedicada a la fabricación de nuevos materiales como tableros resistentes y productos de aislamiento acústico, que tras bajar la persiana el pasado 30 de marzo, vuelve a la actividad pero con la incógnita sobre la evolución del negocio. "Tenemos que ver cómo se presenta la situación y qué pasa con nuestros proveedores, suministros de materias primas y clientes", explica su presidente, Vicente Folgado.
Con sede en la localidad valenciana de Aldaia, toda su plantilla, de unos 50 empleados, retomarán la actividad. El plan no está definido porque todo dependerá de la entrada de pedidos. Lo que sí se marcó es que el paro de dos semanas en la actividad de la compañía irá una semana a cuenta de vacaciones y la otra a recuperar durante el resto del año, aún por fijar. "Hay que ver qué cartera de pedidos podemos tener y si nuestros clientes van a empezar a trabajar", indica Folgado.
Además, la firma valenciana tiene un importante volumen de ventas en el exterior y muchos mercados están en estos momentos cerrados, por lo que, aunque empiece la producción, "el horizonte es incierto". "Dependemos mucho de la exportación y no sabemos qué va a pasar. Para el martes tenemos pedidos que se quedaron en el almacén cuando se decretó el confinamiento total. Veremos si entran clientes y tenemos materia prima, aunque, de momento, tenemos stock", explica. Por el momento tirarán de la carga pendiente. Después, día a día.
Y es que la situación actual hace imposible planificar el porvenir y la producción. La mayoría de compañías han estado en los días previos al arranque testeando el mercado, pero no será hasta pasados unos días cuando puedan fijar una radiografía más exacta. El equipo de Tableros Folgado ha estado haciendo ese trabajo de contacto con clientes y proveedores para saber cuál será la situación que se encontrarán, pero admiten que es imposible conocerla porque todo cambia casi de un día para otro. "No tenemos pautas de cómo se va a empezar. Todo dependerá del mercado", subraya el presidente de la compañía.
Este martes también retoma la actividad Molduras Alto Turia, dedicada a la madera maciza, que empezará por los encargos que no pudieron cerrar tras el cese de la actividad hace dos semanas. Durante este tiempo la compañía, que por el momento ha descartado hacer un ERTE, ha ido recepcionando pedidos para la vuelta a la rutina de sus 16 trabajadores. "Nuestra producción se puede garantizar manteniendo la distancia de seguridad tanto en la fábrica como en la zona de despechos porque son individuales y separados", explica su CEO, Alejandro Bermejo.
Su principal cliente es el sector hotelero para suministro de sus equipamientos y, en este segmento, todavía tienen trabajos que realizar y que prosperan con la reanudación de las obras. No obstante, la incertidumbre se cierne en futuras necesidades que puedan tener los establecimientos y si los clientes les pedirán más suministro. "Los pedidos para las obras no se han paralizado, pero tras estas semanas de paro industrial han entrado menos y creemos que el volumen bajará", admite Bermejo. De hecho, otra de sus líneas está destinada a la reforma de vivienda y estas actuaciones sí han quedado prohibidas por parte del Gobierno.
Pero desde Molduras Alto Turia tienen un plan para hacer frente a la contracción del mercado. Estos días, además de atender envíos que habían quedado en stand by, se dedicarán a fabricar stock de producto acabado. "Una vez se ponen las máquinas en marcha necesitamos mover volumen y para compensar la bajada de pedido vamos a producir stock", explica el CEO. También centrarán sus intereses en el mercado local, dejando más de lado la exportación, dado que muchos mercados siguen cerrados. "Lo que puede pasar ahora es que muchas empresas no se arriesguen a comprar material fuera, sino que busquen en el mercado nacional. Ahí esta nuestra fuerza; en potenciar nuestra imagen y dar seguridad de suministro a las empresas que están aquí porque aunque les costará más caro y comprarán en menor cantidad, pero se aseguran el pedido", recalca Bermejo.
De hecho, por el momento la compañía cuenta con materia prima suficiente. Sin embargo su preocupación está en el medio plazo. "No sabemos qué va a ocurrir y no se pueden tomar medidas. Tenemos que ver cómo se desarrollan estas semanas y en función de eso y la durabilidad de esta situación tomar medidas. Hay que tener paciencia", asegura.
Aunque Virosque Transporte y Logística no se vio obligado a parar, el negocio se ha resentido. Su director general, Carlos Virosque, considera que a medio y largo plazo, varias empresas se van a ver abocadas a la quiebra o inmersas en procesos concursales. "No se puede parar toda la actividad empresarial ya que cuando el Estado de Alarma finalice, las compañías que han realizado ERTE posiblemente no podrán continuar con su actividad porque estarán sumidas en la quiebra", subraya.
En su caso, el empresario admite que han podido compensar el parón de la industria con el transporte de alimentación para el abastecimiento de supermercados. "Hemos ido sorteando lo que hemos podido. La flota que usábamos para la industria la hemos destinado a alimentación", indica. Ahora con la vuelta del tejido industrial a la actividad, Virosque está expectante porque desconoce cómo van a reaccionar las empresas. "Vamos a hacer todo lo que haga falta para abastecer el mercado y no dejar sin servicios a los demás empresarios", incide.
Asegura que será este martes cuando se tomará pulso al mercado para saber la futura carga de trabajo que vayan a poder recibir. Aunque tiene claro que no será "al 100%", sino de forma progresiva para ir recuperando terreno. Ante estas incógnitas, pide al Gobierno medidas urgentes para preservar la actividad económica y el empleo porque, a su juicio, el apoyo "ha sido nulo". "La gestión ha sido nefasta y todo ha sido improvisación", concluye.