ANÁLISIS

Las agencias de rating como termómetro de la marcha de los mercados financieros

Se trata de empresas independientes que evalúan la solidez financiera de otras compañías y entidades gubernamentales, lo que sirve de barómetro sobre la solvencia del sistema financiero

3/05/2019 - 

MADRID. Las agencias de calificación son empresas independientes, cuyo cometido es evaluar la solidez financiera de otras compañías y entidades gubernamentales, especialmente su capacidad para cumplir con los pagos de capital e intereses de sus deudas. La calificación asignada a una emisión de deuda por una agencia de calificación muestra el nivel de confianza de esta última de que el prestatario cumplirá con sus las obligaciones contraídas con sus acreedores según lo acordado. Cada agencia utiliza puntuaciones propias basadas en letras, con las que indica el potencial riesgo de incumplimiento y la estabilidad financiera del emisor.

Los emisores de deuda pueden ser naciones soberanas, gobiernos locales y estatales, instituciones con fines especiales, empresas u organizaciones sin fines de lucro. Desde la crisis financiera de 2008 existe un debate sobre las agencias de rating por la calificación crediticia de deudas que luego resultaron ser inversiones de alto riesgo. Otro punto de debate ha sido la posibilidad de conflictos de interés entre las agencias de rating y los emisores de valores.

La industria de calificación crediticia está dominada por tres grandes agencias, que controlan más del 90% del negocio de calificación. Hablamos de Moody's, Standard and Poor's (S&P), y Fitch. Aunque existen más de setenta agencias de calificación a nivel global, estas tres compañías neoyorquinas controlan la mayoría del mercado.

Comunidad inversora

Las agencias de calificación evalúan el riesgo crediticio de los títulos de deuda específicos y de las entidades prestatarias que los emiten. Así, por ejemplo, en el mercado de bonos las agencias proporcionan una evaluación independiente de la solvencia crediticia de los títulos de deuda emitidos por gobiernos y corporaciones, lo que facilita la elección por parte de los inversores. En los Estados Unidos, esta independencia se ve reforzada por el hecho de que las agencias son responsables de las pérdidas resultantes de las calificaciones inexactas y falsas.

A nivel corporativo, las empresas que planean emitir deuda generalmente acuden a las agencias de calificación para calificar su emisión. Las agencias como Moody's, S&P y Fitch realizan el servicio de calificación por una tarifa. Los inversores, por tanto, confían en estas calificaciones para decidir si acudir o no a la emisión. A nivel de país, los inversores confían también en las calificaciones otorgadas por las agencias a la hora de tomar decisiones de inversión. Una gran mayoría de países emiten deuda que venden en el mercado internacional de capitales; una buena calificación crediticia contribuye a atraer el interés de la comunidad inversora.

Las calificaciones crediticias también contribuyen al desarrollo de los mercados financieros. Las agencias de calificación proporcionan medidas de riesgo de un gran abanico de entidades de todo tipo y región geográfica, lo que aporta al inversor una mejor comprensión de la estructura de riesgo de mercados con los que tal vez está menos familiarizado. Las agencias de calificación, en resumen, sirven de termómetro de la evolución de los mercados financieros. Actúan como patrón de guía de los agentes económicos para que estos tomen decisiones racionales y así garantizar la buena marcha de la economía.

Equipo de Análisis de Pictet AM

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