según un estudio

Las mujeres con anemia tienen mayor riesgo de necesitar transfusiones después del parto por cesárea

28/10/2019 - 

VALÈNCIA (EP). Las mujeres embarazadas con anemia tienen el doble de probabilidades de necesitar transfusiones de sangre después de un parto por cesárea que aquellas sin la afección, según un estudio presentado por investigadores de la Universidad de Nueva York (EEUU).

En el estudio, presentado en la reunión anual de 'Anesthesiology' 2019, los investigadores analizaron un registro clínico prospectivo, así como los registros de salud electrónicos de 5.527 que tuvieron un
parto por cesárea planificado durante un período de 4 años y medio y determinaron que 1.276 (23%) dieron positivo por anemia cuando ingresaron al hospital para el parto.

De las mujeres que tenían anemia, 107 (8,4%) tuvieron una transfusión de sangre frente a 187 de las 4.251 mujeres que no tenían anemia (4,4%), lo que significa que las probabilidades ajustadas de recibir una transfusión fueron dos veces mayores para las mujeres que tuvieron anemia al ingreso hospitalario.

La anemia, una deficiencia en la hemoglobina o los glóbulos rojos que transportan oxígeno por todo el cuerpo, puede causar problemas graves en las mujeres embarazadas, incluida la hemorragia posparto (sangrado excesivo después del parto), que supone la tasa más alta de mortalidad materna entre los países desarrollados. La deficiencia severa de hierro es la causa más común de anemia en mujeres embarazadas. Las mujeres que dan a luz a bebés por cesárea tienen un alto riesgo de hemorragia posparto.

La detección es importante

Sin embargo, muchas mujeres con deficiencia de hierro, pero no anémicas, al comienzo del embarazo se vuelven anémicas a medida que aumenta su necesidad de hierro durante el embarazo. Su anemia a menudo no se descubre hasta el final del embarazo, y se vuelve más difícil de tratar de manera rápida y eficiente.

La autora principal y profesora de anestesiología, cuidados perioperatorios y medicina del dolor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, Ghislaine Echevarria, ha explicado que si no se realiza la detección de la deficiencia de hierro en todas las mujeres en la primera visita prenatal, muchas de las que tienen deficiencia de hierro, pero aún no anémicas, no serán identificadas.

Además, ha añadido que su estudio sugiere que se debería considerar evaluar a todas las mujeres en busca de deficiencia de hierro temprano en sus embarazos. "Para aquellas que tienen deficiencia, la solución es simple: recetar un suplemento de hierro, un tratamiento seguro que sea potencialmente beneficioso tanto para la madre como para el bebé, lo que puede resultar en menos transfusiones de sangre después de partos por cesárea", ha indicado.

Los investigadores han apuntado que el examen de deficiencia de hierro en las mujeres al comienzo del embarazo podría ayudar a prevenir complicaciones durante el parto, incluidas las relacionadas con las transfusiones de sangre. A las mujeres con deficiencia de hierro se les podría recetar suplementos orales de hierro. Aquellas que no pueden tolerar los efectos secundarios de los suplementos orales (como el estreñimiento y las náuseas) podrían recibir terapia intravenosa (IV) más adelante en el embarazo.

"La detección de deficiencia de hierro en todas las mujeres podría mejorar los resultados del paciente y la experiencia hospitalaria, así como ahorrar costos relacionados con las transfusiones", ha asegurado Echevarría.

Además de la hemorragia posparto, la anemia también aumenta el riesgo de otras afecciones potencialmente mortales, como la preeclampsia, el desprendimiento de placenta y la insuficiencia cardíaca. Las mujeres anémicas tienen el doble de posibilidades de tener un bebé con bajo peso al nacer.

Además, es más probable que sus bebés tengan deficiencia de hierro y experimenten un retraso en el crecimiento y en el desarrollo, así como anormalidades de comportamiento, incluso después de que se les administre hierro. La anemia también causa fatiga y problemas de pensamiento en la madre, lo que puede afectar negativamente el vínculo madre-bebé.

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