VALÈNCIA. Patricia tuvo el presentimiento que algo no funcionaba. El ginecólogo que seguía su embarazo le decía que todo iba bien pero Patricia, que ya había perdido uno de los dos bebés que llevaba, sabía que no era así. Decidió entonces acudir al IMED. Los ginecólogos del servicio de urgencias la ingresaron por amenaza de parto prematuro y a las 48 horas nacía Olivier con tan 27 semanas de gestación y 650 gramos de peso. El equipo de médicos del IMED consiguió salvarle la vida y, después de cuatro meses en la Unidad de Cuidados Intensivos, se fue a casa con un buen estado de salud.
Natalia Julve, coordinadora y responsable de la UCI Neonatal y Pediátrica del hospital IMED Valencia, recuerda el caso de Olivier con especial cariño. Fue un caso de prematuro extremo muy complicado.
La doctora, que ha estado en el espacio de salud de Plaza Radio, ha destacado que la tasa de supervivencia de la UCI Neonatal y Pediátrica es del 100% y está abierta las 24 horas del día los siete días de la semana. “En los pacientes críticos está demostrado que la recuperación es mejor si el paciente tiene menos ansiedad, menos estrés y está con su familia. Además de poder estar ambos padres con el bebé, también pueden visitarlo otros familiares, como los tíos o los abuelos. Incluso dejan pasar a los hermanos, siempre con el consentimiento de los padres”, comenta la responsable de este servicio.
Todos los partos del IMED son asistidos por ginecólogo, matrona y pediatra y, desde el principio, se busca aplicar el contacto piel con piel con la madre. Es el llamado método canguro. Curiosamente, dicho método surgió en Colombia por la falta de incubadoras pero, al observarse que el vínculo afectivo y biológico de la madre con el bebé era muy beneficioso, se extendió también a los partos normales. “Fomenta las necesidades biológicas básicas del recién nacido: regula la temperatura, la nutrición y la seguridad que le da estar al lado de su madre”.
El IMED tiene todos los medios necesarios para atender cualquier tipo de complicación en el embarazo, parto o necesidad del recién nacido: “Contamos con el factor humano, con el mejor profesional especializado y, también, con el factor tecnológico, con lo último que hay en el mercado”, señala la doctora Julve.
La UCI Neonatal y Pediátrica del IMED está considerada de referencia y es de nivel III b, lo que significa que abarca cualquier gestación complicada, de cualquier edad gestacional y a bebés que nazcan con cualquier peso, entre otros aspectos. El hospital IMED cuenta con prácticamente todas las subespecialidades que se coordinan perfectamente entre sí.
Respecto a si lactancia materna o biberón, la neuropediatra recalca que, según la Organización Mundial de la Salud, la lactancia natural es la mejor forma de nutrición para un recién nacido. Por tanto, en IMED se apoya la lactancia materna.
El porcentaje de los partos prematuros se ha incrementado en los últimos años hasta alcanzar un 4%. En parte, esto se debe al ritmo de la sociedad actual: “Si la madre tiene menos de 18 años o más de 35 aumenta el factor de riesgo. El estilo de vida ha cambiado, hay mucho estrés y se trabaja hasta el último momento. El tabaco o el factor genético también son otros factores que pueden hacer que se adelante el momento del parto.
Los niños prematuros requieren un seguimiento en la consulta de neuropediatría. Como comenta la doctora, un reto para el neonatólogo es mejorar su pronóstico neurológico. “Aunque se ha mejorado la supervivencia no así el pronóstico. Son niños que tienen más discapacidades que los niños que nacen a término. A menor edad gestacional y menor peso al nacer, mayores problemas pueden tener. Los más frecuentes son los trastornos por déficit de atención e hiperactividad, que puede llegar a ser hasta un 4% mayor que un niño a término. También puede sufrir problemas con la comunicación, con el aprendizaje o trastornos del espectro autista, que en los niños prematuros es hasta un 10% superior. Por otra parte, la edad cronológica de un prematuro no es la misma que la neurológica. Es decir, la edad real neurológica de un prematuro es la semana en la que debería haber nacido.
La doctora Julve tiene un cariño especial por estos niños ya que son como alguien más de la familia. Les conoce desde que estaban en el vientre de su madre y luego les hace el seguimiento en su consulta.
La neuropediatra reconoce que es complicado separar la vida personal de la profesional. “Se pasan momentos muy duros que, por supuesto, te los llevas a casa. Pero es muy gratificante ver niños que han pasado momentos críticos y luego salen bien, como Olivier. Por esto, tenemos un reto diario y luchamos día a día”.