MADRID. Las acciones del gigante de la aviación Boeing han estado mostrando recientemente algunas señales de vida. Durante las últimas tres jornadas de negociación, las acciones han subido alrededor de un 8%, lo que contribuye al avance general del 66% desde la caída de marzo. Las acciones cerraron el pasado lunes en 166,08 dólares, con un alza del 6,4% con respecto al cierre anterior. A pesar de esta aceleración, las acciones siguen acumulando pérdidas de más del 55% este año.
La pregunta más importante para los inversores a largo plazo -dado este repunte a corto- es si ya ha pasado lo peor para este fabricante de aviones y vehículos espaciales con sede en Chicago. Si es así, ¿sería éste el momento adecuado para posicionarse en el segundo fabricante de aviones más grande del mundo, incluso aunque siga enfrentándose a una infinidad de problemas?
El último flujo de noticias sugiere que Boeing está cada vez más a punto de obtener la aprobación final necesaria para que su 737 MAX, el buque insignia de la empresa, vuelva a estar operativo. El avión fue confinado en tierra en todo el mundo en marzo del año pasado tras dos accidentes mortales que implicaban averías en su sistema de seguridad automatizado, matando a 346 personas.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y los otros tres principales reguladores de aviación en otras partes del mundo la semana pasada completaron las evaluaciones de los nuevos requisitos de capacitación de pilotos para el MAX. Esta semana, el jefe de la FAA probará el avión tras haberse actualizado con una serie de mejoras propuestas por la agencia, según ha informado Bloomberg, citando una notificación enviada al Congreso.
Alentado por estos acontecimientos, Goldman Sachs añadió a Boeing a su lista de 'compra con convicción', y la firma de inversión ha enumerado serie de posibles catalizadores. "Las acciones de Boeing se han alejado de sus mínimos, pero han rendido por debajo del mercado (S&P, XLI y A&D -aeroespacial y defensa-) en las últimas semanas, a pesar de que el mercado comienza a recurrir a otras acciones de valor, a medida que tienen lugar las reaperturas económicas", dijo el banco de inversión. "A partir de aquí, otros efectos secundarios positivos para los viajes aéreos y el libro de pedidos de aviones, además de la positiva evolución del 737 MAX, pueden actuar como catalizadores positivos a corto plazo. Ambos tienen el potencial de registrar progresos más significativos en los próximos meses en comparación con los meses anteriores".
A pesar de estos acontecimientos positivos en torno a la vuelta del MAX, el mayor riesgo sigue siendo la virulenta pandemia, que sigue lastrando la reanudación de los viajes aéreos con normalidad. Si se diera un escenario en el que el mundo no encuentre una cura o tratamiento para el coronavirus, muchas aerolíneas podrían pronto verse forzadas a la bancarrota, provocando su incumplimiento de cualquier compromiso de compra de aviones Boeing. Convencer a los viajeros de que es seguro volar podría llevar cinco años, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Boeing se ha visto fuertemente golpeada por el colapso de los viajes aéreos, con 615 pedidos menos de su jet 737 MAX confinado en tierra este año como resultado de las cancelaciones. La empresa está más centrada ahora en modelos de fuselaje más ancho utilizados en rutas internacionales, un segmento que se espera que tarde aún más tiempo en recuperarse.
El director ejecutivo Dave Calhoun y el director financiero Greg Smith advirtieron en julio de que la compañía se enfrentó a un mercado cada vez menor que probablemente permanecerá deprimido durante años. La compañía podría ver una asombrosa salida de efectivo de 23.300 millones de dólares este año, según estimaciones del analista de Melius Research Carter Copeland, antes de que la reanudación de las entregas del MAX comience a llenar las arcas de la compañía en 2021. Incluso aunque el MAX consiga todas las aprobaciones necesarias para volver a volar, su contribución al flujo de efectivo de Boeing depende en gran medida de la capacidad del sector aéreo para reanudar las operaciones normales tras la pandemia. Si lo conseguirá o cuándo lo conseguirá siguen siendo incógnitas en este momento.
De hecho, las acciones de Boeing han quemado a muchos inversores durante el último año, pue parece que la compañía está vuelta en el camino hacia la recuperación, sólo para verse zarandeada por más sorpresas negativas. Así, los analistas de Wall Street están divididos en cuanto al futuro del gigante de la aviación. De los 25 analistas que cubren las acciones, 14 le han asignado una calificación de compra, mientras que 11 recomiendan vender. El objetivo promedio a 12 meses para las acciones de Boeing es de alrededor de 176 dólares.
La fortaleza de las acciones de Boeing en las últimas jornadas refleja la posible reanudación de los vuelos del MAX, los indicios de recuperación del tráfico aéreo y el acceso de la compañía a la liquidez. En vista de estas novedades positivas, los inversores que tienen un horizonte de inversión a largo plazo podrían considerar el posicionamiento en estas acciones. Pero cualquier avance significativo podría llegar en los próximos tres a cinco años. Como tal, la paciencia es la clave en este tipo de operación.
Haris Anwar es analista senior de Investing.com