CONSUMO MUSICAL VALENCIANO

Lo que pasó a continuación (no) te sorprenderá: la playlist valenciana de Spotify

Los macrodatos de Spotify le permiten ofrecer una playlist con la idiosincrasia musical de València… Los resultados no te sorprenderán.

3/01/2019 - 

VALÈNCIA. En 2008, un tal Nate Silver pronosticó el ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos: acertó el resultado en 49 de los 50 estados. Silver venía de trabajar en KPMG, de donde se había despedido tras cuatros años como consultor de precios de transferencia; también había creado su propio sistema de análisis de estadísticas para anticipar el rendimiento de hitters y pitchers en la Major League Baseball norteamericana: el PECOTA (Player Empirical Comparison and Optimization Test Algorithm). Su acierto en las predicciones electorales propició su presencia en la lista anual de las 100 personas más influyentes del año 2009 según Time.

“De la intersección entre el juicio humano y la big data salen algunas cosas raras”, dijo más tarde Silver. La importancia de las estadísticas y de los llamados macrodatos o datos a gran escala, a día de hoy, se antojan fundamentales en el funcionamiento del sistema capitalista. El volumen de información que entregamos, a veces sin ser plenamente conscientes de nuestro consentimiento implícito, sirve, cuanto menos, para recibir publicidad aparentemente más afinada; en el peor, para que terceros comercien con ella. En el menos ofensivo de los casos también sirve para entender la idiosincrasia musical de una región.

El Mapa Musical del Mundo y el consumo regional de música local

Es el caso de Spotify, que mantiene una serie de aplicaciones -algunas de las cuales no reciben demasiada publicidad- con las que acariciar la utilidad de la big data. A partir de su Mapa Musical del Mundo 2.0, en el que se recogen las canciones más escuchadas y a la vez distintivas de una determinada zona, se puede obtener obtener, concierta distancia, una perspectiva amplia del carácter y la singularidad (o no)de unos consumidores agrupados por su geolocalización. Todo gracias al procesamiento inteligente de la información que cedemos a Spotify de forma desinteresada.

“El alquimista de datos de Spotify, Glenn McDonald, analiza miles de millones de interacciones entre los oyentes de manera habitual para filtrar el carácter musical de cada lugar”, explican en la web de Spotify creada ad hoc para este tipo de proyectos. La plataforma ofrece,además, una playlist de 100 canciones por ciudad “que se disfrutan de manera desproporcionada en comparación con otros lugares” -y que se actualiza semana a semana-. Esto es, quedan descartadas las canciones que se escuchan deforma masiva y generalizada en todo el país; verbigracia, Rosalía, el indie clónico o el último producto de Operación Triunfo. Se trata de encontrar lo más característico de cada zona.

Y funciona. Para empezar, un repaso rápido por las listas de todas las ciudades incluidas en el mapa de Spotify en España demuestra que existe una tendencia evidente en lo que se refiere a escuchar grupos y proyectos radicados en cada región. Carolina Durante, Pereza o Taburete en Madrid; Els Amics de les Arts, Sopa de Cabra o Manel en Barcelona; El Barrio, SFDK o Los Delinqüentes en Sevilla. València no es una excepción: en su lista figuran La Gossa Sorda, Aspencat, Obrint Pas, El Diluvi, Auxili o VaDeBo,entre muchos otros.

Dos grandes bloques: rock mestizo y la herencia de los 80

Esa pequeña selección de la selección da una pista acerca de por dónde van los tiros de la etiqueta distintiva generada por Spotify a partir de las reproducciones y las interacciones con su catálogo en 2018 en València. La etiqueta de género musical, obviamente, porque a estas alturas todos deberíamos haber llegado ya a la conclusión de que, igual que la música de mujeres, la que se canta en valenciano no es un género. Aunque el usuario valenciano de Spotify no escapa de la fiebre latina y el FNT -FrenteNacional Trapero-, el análisis de los datos que ofrece Spotify dibuja tres grandes bloques que marcan indefectiblemente el carácter musical valenciano.

La primera traza idiosincrásica del consumo musical valenciano parte del rock mestizo que practican los grupos que -de un modo u otro, en lo estilístico o en el carácter de las letras- continúan la senda de Obrint Pas o La Gossa Sorda. A los mencionados anteriormente habría que sumarles Smoking Souls, ZOO, La Raíz,Funkiwi’s, Xavi Sarrià, Txarango o La Pegatina. Y con Los Chikos del Maíz y Riot Propaganda pasa lo mismo que con Sons of Aguirre y Día Sexto: los proyectos paralelos, al margen del motor principal, funcionan también; además, es curioso que, tanto en el caso de DíaSexto (con ‘Purificación’), como en el de Los Chikos del Maíz (con ‘Gente V.I.P.’), las canciones más escuchadas están perladas de referencias locales.

La segunda vía era de esperar. La lógica se impone, y la herencia de aquella palpitante escena musical de los 80 no deja de manifestarse en el consumo valenciano de canciones en el siglo XXI: es el siguiente gran bloque idiosincrásico. Al buen puñado de referencias tecno y dance de la lista (Pont Aeri, Espiral, Interfront y Megabeat, Spanic, New Limits) hay que sumar incursiones de new wave ochentera como las de los holandeses The Essence y los galeses The Alarm.

Bastión indie, de OT… y de Melendi

La tercera pata de la identidad valenciana está integrada, por supuesto, por todos esos grupos que forman parte de la plaga de indie de festival español. ¿IZAL? Sí. ¿Supersubmarina? Por supuesto. ¿Sidonie? Faltaría más. ¿Dorian? Pero bueno, cómo se atreve a preguntar. ¿Lori Meyers? ¡Pues claro! Al contrario que la nómina de grupos indies, las respuestas sí se agotan. Varry Brava, Second, Miss Cafeina, Viva Suecia, Shinova,Niños Mutantes… No era una forma de hablar: no se acaban nunca. Todos (y más) forman parte también de la playlist que ha elaborado Spotify para ilustrar la idiosincrasia musical de los valencianos al final de este último año.

Los datos obtenidos por la plataforma obvian el consumo a granel. Por eso se pierden algunas conclusiones al respecto del comportamiento musical del usuario valenciano de Spotify. Por ejemplo, que València se sitúa como tercera fuerza en géneros como el trap y lo que ahora se llama -quién sabe por qué razón financiera- urbano (Cecilio G., Recycled J, Agorazein, Bad Gyal, One Path),generalmente en competencia con Sevilla. Tras Madrid y Barcelona -con volúmenes de consumo desorbitados- también ha sido el principal bastión que ha sustentado la industria manufacturera de Operación Triunfo; así, en 2018 ha sido tercera fuerza en Amaia, Miriam Rodríguez, Alfred García y Roi Méndez, entre muchos otros. También lo es en Melendi -donde es quinta en cuanto a oyentes a nivel internacional-, historial que se completa con el mayor tercer volumen de consumidores españoles de El Canto del Loco y Pereza,y cuarto de Taburete en -polisémica- durísima pugna con la capital andaluza.

Por fortuna, entre todos los datos que se pueden extraer del comportamiento valenciano en Spotify también podemos encontrar a Els Jóvens en esa lista. Quedémonos con eso para empezar el año con moderado optimismo; por eso mismo dejaremos para más adelante la lectura de género de la playlist y, por ende, del consumo idiosincrásico del valenciano y la valenciana, porque entonces abandonamos lo del optimismo rápidamente.

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