VALÈNCIA. Telefónica (TEF) se anotó ayer una subida de un 1,166% para cerrar en los 6,856 euros. O lo que es lo mismo: un 15,44% por encima de los mínimos marcados el pasado 23 de agosto en los 5,939 euros. Bien es cierto que la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete inició desde aquella sesión una histórica racha alcista de 16 sesiones de ininterrumpida subida como fue contando entonces este diario.
La subida de ayer -en una sesión bursátil tediosa por la festividad del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos- tuvo lugar un día después de que la compañía anunciara un ambicioso plan de acción. El mismo que cuenta con cinco medidas entre las que se incluye centrar su foco en España, Brasil, Reino Unido y Alemania; escindir su filial de Hispanoamérica en una única sociedad; crear dos unidades de negocio, Telefónica Tech y Telefónica Infra, y redefinir el centro corporativo con cambios en la estructura del comité ejecutivo de la empresa.
Los analistas de Morgan Stanley reconocen que este plan muestra el interés de la compañía por adoptar una postura "más pragmática" en su estrategia y una asignación de capital más exigente, al mismo tiempo que aporta "claridad" a su cartera. En este sentido, añade que el plan "tiene sentido", pero incide en que su ejecución será "fundamental".
Por su parte, desde Banco Sabadell consideran que las medidas adoptadas por TEF están enfocadas a incrementar la generación de valor y centrar el foco de la compañía en los activos y líneas de negocio más relevantes (España, Reino Unido, Alemania, Brasil y Tech), así como a tratar de poner en valor la infraestructura desplegada y por desplegar, lo que valoran de forma positiva. Asimismo, creen que esta nueva reorganización puede ser fuente de catalizadores en el corto y medio plazo (venta de torres, venta de activos en América Latina, acuerdos de coinversión en red), lo cual puede tener buen impacto en una acción "muy castigada" en un sector que necesita cambios significativos para esclarecer su futuro.
Por su parte, los expertos de Bank of America entienden que este cambio era muy necesario dado el precio actual de las acciones, aunque añaden que deja algunas preguntas estratégicas sin respuesta y las medidas para simplificar su cartera y monetizar activos no son materialmente nuevas y enfrentan un gran riesgo de ejecución. Sin embargo, aplauden la visión a largo plazo y la responsabilidad social de la compañía, aunque recuerdan que el precio de sus acciones a corto plazo está más expuesto a la creciente competencia y su exposición en tres de los cuatro mercados principales (España, Alemania y Reino Unido) y ven poco probable que las presiones disminuyan en los próximos doce meses.
Los analistas del Banco Santander esperaban una reacción positiva de la acción dado el paso cualitativa en la simplificación de su negocio y el impacto positivo de mayores eficiencias, aunque han echado de menos más visibilidad en el desapalancamiento y la monetización de los activos de infraestructuras.
Por otro lado, Standard & Poor's (S&P) señala que el plan podría incrementar las opciones de la compañía de fortalecer sus métricas crediticias en el medio plazo, aunque añade que de momento no afecta al rating 'BBB/A-2' de Telefónica, ni a su perspectiva 'estable'. La agencia de calificación remarca que esta medidas no implican ningún cambio inmediato en la propiedad de los activos de la operadora, pero creen que podrían allanar el camino para desinversiones selectivas totales o parciales o para otras formas de asociación, incluidos acuerdos de acceso o de uso compartido de red con otros actores. Asimismo cree que este plan de acción podría respaldar la cada vez mayor reducción de su nivel de endeudamiento utilizando los ingresos procedentes de posibles ventas o mediante un mejor desempeño operativo y una mayor competitividad en algunos de los mercados de América Latina.
Mientras que desde HSBC apuntan que la decisión tomada en torno a sus operaciones en Hispanoamérica es "similar a cerrar la puerta del estable después de que el caballo se haya desbocado", dado el pobre comportamiento de estas unidades afectadas por la inestable situación macroeconómica. Por ello, cree que los accionistas verán positivo racionalizar su posición en estos mercados y maximizar su valoración en el corto plazo con operaciones corporativas o de consolidación.
Pero lo cierto es que de momento TEF -tomando el cierre de ayer- se deja este año en el parqué bursátil prácticamente un 4%, lo que ha reducido su capitalización por debajo de los 35.600 millones de euros. Pese a todo se mantiene cómodamente en la cuarta posición del Ibex 35 por detrás de la intratable Inditex (87.893 millones), Banco Santander (59.277) e Iberdrola (56.724).