VALÈNCIA. Las críticas al Plan hacia una "nueva normalidad" anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no cesa. Al malestar de sectores como la restauración o los hoteles se suma ahora el de los gimnasios y centros deportivos que ven inviable abrir sus instalaciones para únicamente servicios personalizados en la primera fase. No les salen las cuentas. Tampoco están conformes con la decisión de mantener cerrados los vestuarios. "Estamos luchando contra una pandemia en la que se exigen unas medidas higiénicas y a nosotros nos prohiben algo tan básico como es que los usuarios puedan ducharse", critican.
De acuerdo con el plan del Gobierno, no será hasta el próximo 11 de mayo cuando puedan empezar a funcionar los centros deportivos que no son al aire libre, pero únicamente podrán prestar servicios individuales, con cita previa y sin uso de vestuarios. Ya en una siguiente fase, sobre el 8 de junio, podrán recibir un aforo de un tercio de su capacidad, pero manteniendo la restricción de uso de la zona de vestuarios.
Un escenario que no satisface al sector que asegura que la desescalada propuestas para estos centros es "confusa, con muy poca concreción y no tiene en cuenta su realidad". "¿Cómo va a abrir un gimnasio de 1.800 metros cuadrados para un servicio individualizado y sin uso de los vestuarios? No es viable", asegura Juan Carlos Gomez-Pantoja, delegado en la Comunitat Valenciana de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID).
El empresario lamenta esta situación y destaca el músculo de un sector que en los últimos años ha incrementado cifras con más de 4.743 centros por toda España, más de cinco millones de usuarios y 214.000 empleos directos, de los que el 67% son mujeres y menores de 30 años. "No son consciente de lo que representamos. Este plan demuestra que no saben lo que es el sector ni conocen nuestra realidad", lamenta.
Advierte de que con esta propuesta "muchas empresas se van a quedar por el camino" porque será muy difícil que puedan abrir en esas condiciones. Tampoco está claro qué pasará con los ERTE. "No sabemos si se va a poder ampliar el plazo ni cómo ir reincorporando a los trabajadores y no podemos asumir de golpe a toda la plantilla si tenemos limitado el servicio. Al final, lo que se conseguirá es que quiebren las empresas", advierte Gómez-Pantoja para poner el acento en la reivindicación histórica del sector de bajar el IVA del 21% en un escenario en el que el usuario tendrá su economía más mermada como consecuencia de la situación de crisis.
No solo consideran inasumible la apertura escalonada por la imposibilidad económica que conlleva para muchos centros, sino que ve una "irresponsabilidad" abrir sin permitir a los usuarios ducharse. "Estamos hablando de higiene. Eso es un mínimo. Nos están obligando a dar un uso irresponsable en un momento en el que la higiene y la salud es lo más importante", recalca.
La propuesta de la federación pasa por extremar las medidas de seguridad y abrir con garantías. Entre sus propuestas inciden en abrir con una reducción del 30% del aforo; clases colectivas con límites y separaciones de seguridad, eliminar la entrada mediante la huella dactilar, la colocación e bandas adhesivas en el suelo para respetar el metro y medio de seguridad y una reducción del uso del vestuario al 50%."El sector del fitness es una solución. No es deporte, es salud y con este plan nos hemos quedado hundidos y defraudados, concluye.
