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crónica por los otros / OPINIÓN

Los jóvenes de hoy, los líderes de mañana

¿Cuántas veces hemos escuchado que la juventud de hoy es el futuro de un país, que los jóvenes de hoy son los líderes del mañana y que la única herramienta de desarrollo es la educación? ¿Sabías que es posible que un adolescente aprenda en 3 semanas a ser un líder ético y solidario, fuera de las aulas?

11/01/2020 - 

Sobre estos pilares se levantan proyectos que en entornos escolares y universitarios pretenden incidir en los y las jóvenes de hoy para crear conciencias y movilizar a sociedades estancadas y sumisas. La fuerza, la ilusión y la valentía de la juventud son unas fortalezas que con el paso de los años se pueden perder. 

El ejemplo más reciente y más presente nos viene con Friday’s for furture y Greta Thunberg a la cabeza. Un ejemplo que visibiliza la fuerza y por dónde va parte de la sociedad mundial. El objetivo es conseguir que más jóvenes se sigan formando y empoderándose pues será la única manera de ejecutar cambios reales.  

La juventud formada es la esperanza que nos queda para el futuro y por ello, no seré yo quien recuerde una vez más, la importancia que tiene que cada joven en el mundo tenga acceso a la educación y a formarse.

Por ello debería ser responsabilidad pública facilitar el acceso a la universidad o a los estudios que sean para todos los niños y niñas que quiera, y en segundo lugar facilitar y subvencionar la experiencia de vivir por un tiempo en entornos en desarrollo. Son dos requisitos necesarios para formar a los líderes juveniles el día de mañana.  

Y junto al acceso a la educación, debería ser responsabilidad pública poder acceder a programas que permitan empatizar con el entorno y con otras realidades, es la manera más efectiva de crear conciencias y abrir la mente hasta límites insospechados. La carencia que existe en la administración pública para dar cobertura, se cubre con entidades privadas donde la oferta es mayor. El problema, como siempre, es que este tipo de programas no son accesibles para todas las personas interesadas y ahí es dónde debería entrar la ayuda pública para quien, por cuestiones económicas, no pueda acceder a ellos. 

Debería ser un programa de obligado cumplimiento: que los y las jóvenes vivan una época en países en desarrollo.

Aún recuerdo en mis inicios en Kenia, cuando conocí a dos estudiantes jóvenes de 17 años alemanes que becados por su país estaban pasando un año en la isla de Lamu y convivían y se alojaban en casas de familias swahilis. Me pareció admirable y envidié no haber tenido esa opción cuando estudiaba en la universidad. Pero sobre todo me pareció un gran acierto por parte del gobierno alemán, apostar y apoyar en sensibilización a sus jóvenes para el día de mañana. Me pareció que eso sí que es preocuparse por el futuro de un país. Porque estos jóvenes de hoy son quienes votarán y decidirán un país el día de mañana-… Y si queremos y soñamos países avanzados, libres de fobias y respetuosos debemos trabajar en esa línea y no hay mejor manera que convivir con lo desconocido. Es muy complicado transformar aquello que no se vive o comprende.

Y mientras la administración pública no cubre este tipo de necesidades, existen organizaciones y entidades privadas que trabajan en esta línea y se preocupan de la educación y en formar a líderes solidarios que aborden causas sociales. La emergencia climática es la más evidente hoy día con cánticos universales como “sin planeta no hay futuro” o “este calor en invierno no es normal”, pero no es la única. 

Organizaciones privadas

Este es el objetivo de AIPC Pandora, por ejemplo, que, a través de un innovador programa experiencial de voluntariado y acción social en países del sur, proporciona anualmente a cerca de 700 adolescentes con inclinaciones solidarias una escuela de competencias interpersonales para actuar frente a crisis como la actual emergencia climática, habilidades claves, además, para su futuro profesional en momentos de incertidumbre, según revelan estudios y el TEST PISA. 

Tras 17 años de experiencia y más de 26.000 actividades de educación internacional, llegan a datos que hablan por sí solos: 

  • El 90% afirman haber desarrollado su empatía y sensibilidad
  • Más del 80% incorporó habilidades para el emprendimiento y el liderazgo
  • 88% amplió su cosmovisión y comprensión de los problemas que afectan a su sociedad y al planeta

Desde Pandora consideran clave apostar a una dimensión vivencial a través del voluntariado y el activismo que complemente la educación obligatoria para incentivar las “soft skills” aptitudes. Pero lo más gratificante y esperanzador son los testimonios de jóvenes que ya han vivido esta experiencia. 

Testimonios reales

Martina  con 17 años y  Celia  con 18 años de edad se fueron el verano pasado a India Kundapur  con un programa de “Educación, rehabilitación y agricultura sostenible” y su experiencia fue así: 

“Aprendimos mucho sobre agricultura y a valorar el trabajo de los agricultores… nos dimos cuenta de la importancia del trabajo en equipo… aprendimos que unidas podemos con todo”

Este tipo de vivencias no solo son positivos para quien lo realiza, también para su entorno tal y como refleja su madre Carmen: “orgullosa de la experiencia que han vivido nuestros hijos, por contribuir a que miren con otros ojos este mundo y que lo lleven para siempre en sus mochilas de vida”

Y también hay programas y experiencias que trabajan la sororidad, el empoderamiento de mujeres y la solidaridad intergeneracional e intercultural

Marta Villarejo y María Prieto  se marcharon en verano de 2019 a India Mysore  con un proyecto de “ Educación y empoderamiento de las mujeres” y a su vuelta sus testimonios hablaban por si solos: 

“Hay mujeres valientes, luchadoras y fuertes; y lo que vimos este día fue un claro ejemplo de ello, que sin duda, nos marcó.”

“Ahí debatimos, reímos, lloramos y nos dimos cuenta que el cambio ha llegado a todos los rincones del mundo. En nuestra mano queda hacer de esta experiencia un aprendizaje que compartir y reafirmar que existen mujeres valientes que rompen todos los prejuicios.”

Con estas reflexiones nos quedamos. 

La semana que viene.. más! 

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