VALÈNCIA. Los trabajadores del Institut Valencià de Cultural (IVC) están “al borde del colapso”. Así lo explica el Comité de Empresa a través de un comunicado en el que, tal y como expresan, está destinado a dar a conocer la “situación creada por sus gestores culturales”. En el texto hablan de una “plantilla exigua, una programación creciente y una situación laboral insostenible”, una situación que, según explican, podría llevar a que espacios como el Teatre Principal o el Rialto “no puedan levantar el telón en un futuro cercano”. Los trabajadores del Institut Valencià de Cultura hablan así de una sobrecarga de trabajo frente a una falta de personal que, explican, desde la dirección no se solventa. “Esconden este problema con contrataciones externas de dudosa legalidad y sin duda ilegítimas […] Todo esto nos ha llevado a una situación compleja, irregular e inmoral, además de cuestionable políticamente: un gobierno que nos lleva a privatizar los servicios culturales, un gobierno al que no le importa la calidad de sus servicios, a menos que sean de cara al público y puedan salir en la foto”, expresan en el comunicado.
No son ajenos a este problema los gerentes del IVC, liderado por Abel Guarinos. En el caso de las artes escénicas, el director adjunto, Roberto García, destacó durante la presentación de Valenciana, la última obra de la pasada temporada, la subida de público a pesar del “limitadísimo personal de la casa”. “Hay teatros públicos que tienen el triple de personal y que no hacen ni la mitad de lo que hemos hecho", explicaba hace apenas unos meses. Tanto es así que, en cuestión de escénicas, en la presentación de la presente temporada admitieron la necesidad de aumentar el tiempo de exhibición y reducir la producción. “Se han de rentabilizar estos espectáculos”, explicó Guarinos entonces. Los trabajadores hacen ahora pública situación que, exigen, sea gestionada por los políticos: “Creemos que ha llegado el momento de pedir a los políticos que sean valientes y asuman de verdad que política cultural quieren para la Comunidad Valenciana; les pedimos que dejen de salir en la foto, que dejen de desfilar en las entregas de premios y reflexionen de verdad sobre la importancia de la cultura”, critican.
Lea el comunicado íntegro del Comité de Empresa del IVC:
El Comité de Empresa del Institut Valencià de Cultura (IVC), quiere dar a conocer la situación creada por sus gestores culturales. Desde el traslado de los Institutos Culturales al Sector Público y la pérdida de personal como resultado de diferentes Expedientes de regulación de empleo en la anterior etapa de gobierno del PP nos encontramos, seis años después, con una plantilla exigua, una programación creciente y una situación laboral insostenible, que puede provocar que instituciones tan queridas y señaladas como el Teatro Principal de Valencia o las salas del Rialto, no puedan levantar el telón en un futuro cercano.
La carencia de personal provoca un crecimiento exponencial del riesgo de accidentes laborales en muchos sectores y una sobrecarga que en muchos casos pagan los trabajadores con su salud. No tenemos el personal suficiente para abrir nuestros teatros. El personal temporal en fraude de ley está cercano a la mitad del personal del IVC. Los directivos del IVC, lejos de asumir la problemática de frente, ni siquiera reflejan las necesidades de personal permanente en los documentos oficiales que la ley les obliga (Relación de puestos de trabajo o RPT), ni tampoco logran solventar la carencia de bolsas de trabajo eventual, absolutamente necesarias en el campo artístico y cultural en el que la entidad desarrolla su actividad. Al contrario, esconden este problema con contrataciones externas de dudosa legalidad y sin duda ilegítimas; de esta manera pretenden cubrir, a partir de enero, la plantilla del personal de sala suficiente para cumplir con algo tan básico como el plan de emergencias de las diferentes salas.
Somos trabajadores de empresas públicas que no pretendemos tomar decisiones sobre políticas culturales, solo queremos tener la posibilidad de ejecutarlas con las herramientas necesarias para llevarlas a cabo dentro de ley y cumpliendo todas las garantías de eficiencia y seguridad.
Todo esto nos ha llevado a una situación compleja, irregular e inmoral, además de cuestionable políticamente: un gobierno que nos lleva a privatizar los servicios culturales, un gobierno al que no le importa la calidad de sus servicios, a menos que sean de cara al público y puedan salir en la foto. El trabajo diario, en la sombra, por ejemplo en torno al patrimonio que el propio Instituto genera no interesa y el abandono de diferentes áreas es muy grave. Creemos que ha llegado el momento de pedir a los políticos que sean valientes y asuman de verdad que política cultural quieren para la Comunidad Valenciana; les pedimos que dejen de salir en la foto, que dejen de desfilar en las entregas de premios y reflexionen de verdad sobre la importancia de la cultura.