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Lucía, mi pediatra: "Los niños tienen una gran capacidad de adaptación, su cerebro está diseñado para ello"

17/06/2020 - 

ALICANTE (EP). La doctora Lucía Galán, conocida como 'Lucía, mi pediatra', asegura que los efectos del confinamiento por la pandemia de Covid-19 en los menores dependerán del tiempo que dure esta nueva normalidad.

Los niños, asegura, "tienen una inmensa capacidad de adaptación, tanto en un sentido como en otro, su cerebro está diseñado para ello, y si el entorno es amable, cordial y tienen todas sus necesidades fundamentales cubiertas, no considero que unos cuantos meses así tengan un gran impacto en todo el futuro de una vida; siempre y cuando no haya habido grandes pérdidas".

"No es lo mismo un niño a quien la Covid-19 se ha llevado a su padre por delante que un niño que ha pasado el confinamiento en su casa en un entorno seguro y amoroso rodeado de los suyos", advierte.

Así lo ha manifestado Galán en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación de su última obra, 'El gran libro de Lucía, mi pediatra' (Planeta), un compendio de contenidos sobre la salud de los menores desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Se trata de un volumen amplio y la autora explica el porqué: "Cuando a nuestro hijo le ocurre algo, nos saltan todas las alarmas y en ocasiones ese ponernos en lo peor hace que perdamos la calma y vayamos a urgencias. A ningún padre le gusta ir a urgencias, pero lo cierto es que van mucho. Y es que el principal motivo de consulta en puerta de urgencias no es la fiebre, ni la tos, ni siquiera las caídas, lo que le hace a ese padre o a esa madre acudir a urgencias es el miedo, el miedo a que a su hijo le pase algo grave".

"Por ello --prosigue-- necesitaba escribir un libro, un gran libro, con todas aquellas dudas y miedos que tiene los padres de hoy en día, desde el conocimiento y la experiencia, desde la evidencia científica, desde la cercanía y el sentido común que en ocasiones muchos padres pierden y por supuesto desde mi sensibilidad como madre de dos hijos".

El libro sale en un momento marcado por la crisis del coronavirus, que ha marcado "un antes un después en la profesión sanitaria", afirma. "Han sido unos meses muy duros, meses reinventándonos cada mañana al levantarnos, asistiendo en tiempo real a cómo nuestro sistema sanitario por primera vez en la historia se colapsaba, creo que nadie imaginaba que esto podría llegar a suceder".

Y añade: "Nada nos parecía perfecto, pero nos tuvimos que ir adaptando a cada cambio de medida, de protocolo, de directriz, de obligación sin olvidarnos ni un solo minuto de lo que nos dice nuestro ojo clínico, nuestro instinto médico, nuestro olfato, nuestra intuición y sin perder jamás de vista que, en los niños, había problemas muchos más graves que la Covid y que un desliz en cualquiera de ellos, sería un drama. No todo es covid, no, no lo es, no lo ha sido y no lo será".

La facultativa reconoce que "ha sido muy doloroso". "A ese dolor, a esa incertidumbre, esa sensación de arenas movedizas se le suma el duelo que muchos de nosotros hemos sentido al comprobar cómo los pacientes, algunos compañeros de profesión, morían solos. Inimaginable unos meses atrás, inimaginable cuando toda tu visión de tu profesión se basa en el acompañamiento, en la empatía y en aliviar el sufrimiento ajeno. Sin ninguna duda esto ha sido una lección de humildad, de resistencia, de resiliencia también, de capacidad de adaptación y de aprendizaje brutal. Ni somos héroes, ni somos invencibles, ni nuestro sistema sanitario lo es", sentencia.

Vuelta al cole

Lucia Galán también alude a otro reto actual, una 'vuelta al cole' segura. Al respecto, comenta: "Vamos a ver en qué punto estamos de aquí a septiembre pero si todos nos hemos tenido que adaptar en nuestros trabajos en cualquier lugar al que vamos, en los colegios tocará hacer lo mismo".

En este sentido, aboga por aulas menos numerosas, mascarilla en mayores de seis años si aun el virus sigue circulando, reforzar los sistemas de limpieza, promover actividades al aire libre, algunas clases en el patio, y seguir insistiendo en el lavado de manos frecuente de todos los niños y profesores.

Asimismo, subraya la importancia de establecer "un protocolo claro y preciso de qué hacer si un niño empieza con fiebre: llevarlo a una sala aislado con un cuidador, contactar con sus padres, que estos vengan a recogerle en el momento, hacer seguimiento estrecho de ese niño, flexibilidad por parte de las empresas para que los padres puedan ir a recoger a sus hijos en el mismo momento en el que se les avisa del colegio, etc".

El coronavirus ha supuesto, además, un momento de exposición a un exceso de información pero, al mismo tiempo, un caldo de cultivo para la propagación de bulos y teorías negacionistas. Galán comenta que en su trayectoria como pediatra ha tenido varias familias reacias a la vacunación, desde familias manifiestamente antivacunas hasta familias "anti alguna vacuna" pasando por supuesto por infinidad de padres o madres con miedos puntuales ante la avalancha de información que circula en red.

"Si algo he aprendido --reflexiona-- es que el ataque no funciona. Si tu paciente se siente atacado o juzgado no volverá a tu consulta y habrás perdido una oportunidad valiosísima de vacunar a un niño. No se trata de llevar la razón, esta es una guerra que se gana en pequeñas batallas, dando pequeños pasos pero firmes junto a esa familia y no en contra de ella. Esto es una carrera de fondo. Para mí una familia antivacunas, lejos de ser un problema, es un reto".

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