CASTELLÓ. Parecía que no iba a llegar nunca, pero marzo ha traído consigo la nueva reapertura de bares, restaurantes y cafeterías castellonenses. Los hosteleros de Castellón han vuelto a subir la persiana en un lunes condicionado por el mal tiempo y que parecía acompañar a la perfección los ánimos en esta nueva apertura, llena de luces y sombras. Tras 39 días totalmente paralizada, la hostelería esperaba este 1 de marzo como agua de mayo. Sin embargo, casi la mitad de los negocios hosteleros de la provincia no ha podido reabrir sus puertas. Además, el tiempo, que contempla nubes y precipitaciones durante toda la semana, tampoco ha acompañado el comienzo de esta desescalada y prevé retrasar, al menos unos días, la posibilidad de poder disfrutar, de nuevo, de la típica cervecita al sol.
Con el desgaste todavía a rastras por todos los varapalos recibidos y la mayoría de plantillas aún en ERTE, los empresarios hosteleros dan un primer paso en esta desescalada a medio gas. Alrededor de un 50% de los establecimientos no ha podido volver a la actividad, bien porque no disponen de terrazas -las actuales restricciones solamente permiten abrir al aire libre, hasta las 18.00 horas y con un aforo del 75%-, o bien porque, económicamente, no pueden hacer frente a una reapertura en estas condiciones. En la capital de la Plana este contraste se ha notado, sobre todo, en los restaurantes y tascas que acostumbraban a realizar su actividad de cara a la tarde noche.
La imposición de cerrar a las 18.00 horas deja sin servicios de cenas a los bares y restaurantes, que se han visto más afectados que, por ejemplo, las cafeterías, en esta nueva e irregular desescalada. La vuelta a la actividad hostelera en Castelló se ha dado de forma desigual y los establecimientos del centro que sí han abierto han llenado-hasta el límite permitido- al aire libre. Sin embargo, en las zonas limítrofes de Castelló, la situación no ha sido tan propicia, pues muchos de los negocios de estas partes de la ciudad continúan todavía con la persiana bajada.
Aunque con ganas e ilusión por poder volver a trabajar, a los empresarios hosteleros esta reapertura les está sabiendo a poco. El sector pide que haya un "progreso real" en esta desescalada y que se les permita reabrir también el interior de los locales con un 30% del aforo y que el horario se extienda hasta el toque de queda.
Desde la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (Ashotur), su presidente Carlos Escorihuela, asegura que están "preocupadísimos por la pandemia" pero también "por nuestros negocios". "Tenemos que dar de comer a nuestras familias y a nuestros empleados, por eso pedimos que cada semana demos un pasito y que, de cara a la primavera, consigamos que esto se haya normalizado un poco la situación" apunta Escorihuela.
Por su parte, la Asociación de Hosteleros de Castellón (Ashocas) que preside Álvaro Amores, considera que esta apertura es un "cierre encubierto" que "pretende rebajar las tensiones generadas en el sector tras las últimas protestas que se llevaron a cabo", y ha señalado que estas medidas "son un agravio comparativo entre empresas del mismo sector que no hacen más que agrandar aún más si cabe la situación por la que están atravesando desde hace meses". Además, la entidad castellonense ha solicitado que se adelante la reunión prevista para el 9 de marzo y se sigan levantando las restricciones de manera semanal.