Hoy es 24 de noviembre

familias de castellón cuentan cómo llevan en casa la nueva 'educación virtual'

Madres y padres: 'profes' sin título, ni impresoras, ni pizarras... y sin recreo

13/04/2020 - 

CASTELLÓ. Está claro que quien mejor lleva el tema del confinamiento son los niños. Pese a su corta edad, la mayoría de ellos entienden perfectamente que ahora es momento de quedarse en casa "para ayudar a que el virus se vaya". "Los pequeños nos están dando una lección", aseguran muchos padres. Pero... ¿cómo lo están llevando ellos? Ser mamá o papá no es tarea fácil, no existe un manual de instrucciones que diga cómo hay que hacerlo, qué es lo correcto y lo que no. Y la cosa se complica un poco más en estos tiempos, cuando lo que toca también es ponerse el 'disfraz de profe', sin ser ellos nada de eso

Y es que, tal y como relatan a este diario algunos papás y mamás, el tema de los deberes y el nuevo 'cole en casa' les está trayendo algún que otro quebradero de cabeza. El sistema educativo ha ido evolucionando y cambiando a lo largo de los años y los métodos de enseñanza y aprendizaje no son los mismos ahora que hace treinta años. Por esta razón, para algunos es momento de volver a aprender y, después, enseñar. Toda esta situación, que nos ha trastocado un poco la vida a todos, está obligando a los y las cabeza de familia a darse a la improvisación y sacar su lado más ingenioso para que los pequeños no pierdan comba con los estudios y, a su vez, compaginar las tareas de la casa, el teletrabajo y demás obligaciones con esta nueva faceta como 'docentes'.

En casa de Ramiro y María del Mar López han tenido que ingeniárselas muy bien para ponerse al día con el método que utilizan en el colegio de su pequeño, de tres años, para aprender las letras y los números. En la escuela de su nene, que va a 1º de Infantil, fomentan la grafomotricidad de los pequeños a la hora de la enseñanza. "Mediante trazos, los alumnos aprenden las letras, números, colores... y los relacionan. Cada trazo está relacionado con una letra, un número o un color y hemos tenido que llenar todo el pasillo de casa con esos signos para aprendérnoslos y ayudarle a él. Además, al principio del confinamiento, decidimos traernos a las abuelas a casa para que no estuviesen solas, y hemos tenido que reorganizar todo el piso para no molestar a las 'yayas' cuando toca hacer la tarea o jugar", confiesa Ramiro.

Otro de los handicaps con los que se ha encontrado la pareja de Borriana a la hora de ayudar a su hijo en este nuevo 'cole virtual' ha sido la impresora. Y es que una impresora es algo que todo el mundo da por hecho que se tiene en casa, pero no siempre es así. Y la solución del matrimonio, al no disponer de una en casa, ha sido la que están empleando muchos padres que se encuentran con el mismo problema: calcar ellos mismos las fichas para los pequeños.

En su caso, Laura Catalán y su marido tienen un niño de 9 años y una niña de 2 y confiesan que el jardín de su casa de Morella "les está salvando la vida". El matrimonio, que normalmente vive separado entre l'Alcora y Morella por motivos laborales, decidió pasar el confinamiento en su residencia de Els Ports al disponer de un jardín en el que sus hijos podían jugar y tomar el aire. Laura revela que el confinamiento ha supuesto "un cambio brutal" para su familia. "Hemos pasado de estar casi siempre separados a estar todos juntos las 24 horas del día. A veces se hace duro, pero creo que nunca antes había pasado tanto tiempo con mis hijos, y eso es muy gratificante, los niños son los que mejor lo están llevando", admite.

En cuanto al tema de los estudios, la pareja confiesa que a la hora de ayudar a su hijo mayor han tenido que ponerse al día con aplicaciones que no conocían, como es el caso de Google Classroom. Laura cuenta que esta 'educación virtual' fue "un poco caos al principio", ya que cada profesor utilizaba una herramienta distinta para las diferentes asignaturas. Algo que cambió tras las quejas de las mamás y papás al colegio, y consiguieron "unificar" las diferentes tareas en una sola herramienta. 

Fórmula infalible: la organización

Todos los papás y mamás con los que ha conversado Castellón Plaza coinciden en una misma fórmula infalible para poder hacer frente a la situación de la mejor manera posible: organización. Marcarse una serie de pautas y rutinas es la clave para poder sobrellevar el encierro en casa con niños tan pequeños, y además compaginarlo con el teletrabajo y estar encima de los pequeños para que no pierdan ritmo en los estudios.

Susana Pérez y su marido nos cuentan que para llevar lo mejor posible esta situación con sus pequeños, que tienen 9 y 7 años, lo que han hecho ha sido sobre todo dividir roles para ocuparse cada uno de lo que mejor se le da. Ambos son ingenieros, y Susana confiesa que la adaptabilidad es uno de sus puntos fuertes. "Yo me encargo de limpiar la casa y hacer los deberes con los nenes, que van a 3º y 1º de Primaria, y mi marido cocina, hace la compra una vez a la semana, se encarga de la colada y de estar con los niños mientras yo trabajo", revela.

Susana admite que se siente "muy afortunada" de tener su propio despacho en casa y nos cuenta su método con los niños para poder teletrabajar algo más tranquila. "En la puerta dibujé dos caritas: una roja y otra verde. Ellos saben que cuando está la carita roja, mamá está ocupada con alguna llamada o en una reunión telemática y no pueden entrar. En cambio, cuando dejo puesta la carita verde, saben que estoy trabajando, pero pueden entrar si lo necesitan", confiesa Susana. Sin embargo también reconoce que ejercer su papel de 'profe en casa' ha sido más complicado de lo que pensaba debido a la plataforma que utiliza el colegio de sus hijos.

Susana defiende estar muy contenta con el colegio de sus hijos pero algo disgustada con el sistema que emplean para seguir con las clases desde casa. "La plataforma es poco funcional, se cuelga cada dos por tres y eso complica mucho las cosas. Compensamos con libros de ayuda, juegos educativos y muchas manualidades", lamenta.

La odisea de teletrabajar con niños

La historia de Marta Palomar es algo diferente. Es mamá de un bebé de ocho meses, con lo cual, no ha tenido que lidiar con los 'problemas' que supone traerse el colegio a casa y convertirse en maestra sin contar con todas las herramientas necesarias. Sin embargo, Marta es consultora empresarial y nos cuenta que lo que más duro se le está haciendo de esta cuarentena es trabajar desde casa con un niño tan pequeño.

"En mi caso no tengo que hacer de 'profe', pero sí de guardería. El bebé es muy pequeño y no es autónomo en el juego, no se distrae por sí mismo y tienes que estar muy pendiente y muy encima de él todo el tiempo. Mi marido también teletrabaja y hemos tenido que dividirnos las mañanas y las tardes para poder hacer bien nuestra faena cada uno. He intentado trabajar con el niño al lado pero no adelanto nada, no es producente, lo que de normal haría en 15 minutos con él me cuesta dos horas. Pero a pesar de reorganizarnos las horas no nos salen y muchas veces nos toca trabajar también el fin de semana", admite la joven.

No obstante, Marta también ha sabido sacarle la parte positiva a todo este tema del teletrabajo durante el confinamiento. "Con esta nueva situación muchas de las reuniones que tenemos son online y eso me permite estar en la reunión sin separarme del bebé, que todavía es muy demandante. Estoy segura de que si estas reuniones telemáticas siguiesen una vez recuperada nuestra vida 'normal', las trabajadoras que somos mamás lo tendríamos mucho más fácil", defiende Marta.

En el caso de Aitor Galíndez y su familia, lo más complicado de su faceta como maestro en casa de su hijo de 7 años ha sido enfrentarse al método Singapur. Un método que utilizan en el colegio de su retoño para aprender matemáticas y que tanto a Aitor como a Yolanda, su mujer, les ha llevado de cabeza. Estos papás admiten estar llevando muy bien su papel como 'profes', a pesar de los nuevos sistemas de aprendizaje que emplean en la escuela y no conocían, e incluso se han lanzado a proponer iniciativas al propio colegio para mejorar la eficacia de las plataformas que utilizan. 

"La comunicación con el colegio ha ido muy bien siempre. Hemos encontrado dificultados en algunos métodos que utiliza el colegio para enseñar y que nosotros no conocíamos, pero le propusimos al tutor un vídeo explicativo para los padres y funcionó muy bien. Los niños avanzan en materia y eso es muy importante, tenemos unos amigos que su hijo va a 3º de Primaria y ni siquiera les mandan fichas, ni deberes ni nada", explica Aitor.

A pesar de haberse adaptado genial al 'cole virtual', en casa de los Galíndez temen que la escuela presencial tarde mucho en reanudarse. Aitor trabaja en el sector azulejero y Yolanda es administrativa, ambos son de Bilbao y antes del confinamiento contaban con una mujer que se hacía cargo de su retoño mientras ellos trabajaban, al no tener ningún familiar en la ciudad. "Nuestro miedo es volver ambos al trabajo y que el niño siga sin colegio presencial, porque no tenemos con quien dejarlo. Espero que el Gobierno piense en esta problemática, ya que no somos la única familia a la que le pasa", confiesa Aitor.

Y es que todas estas familias coinciden en que la situación no está siendo nada fácil para nadie. "Hay muchos momentos de agobio, de no poder más. A veces se hace complicado abarcarlo todo y en ocasiones es muy difícil transmitirles positividad y tranquilidad a tus hijos cuando eres tan consciente de todo lo que está pasando ahí fuera, pero lo haces, porque hay que confiar en que todo esto pasará", confiesan. 

Y aunque a veces los nervios, los rifirrafes por la convivencia y el agobio de estar encerrados puedan jugarles malas pasadas, estas familias tienen claro que, como dice la canción de La Casa Azul, podría ser peor. Y es que este tiempo de encierro está sirviendo también para pasar más tiempo en familia, hacer cosas juntos y conocerse mejor.

Noticias relacionadas

next