HUMANOS CON RECURSOS / OPINIÓN

Manual del buen candidato

Foto: EFE
14/12/2018 - 

Recientemente se celebraron las elecciones autonómicas en Andalucía, que abren un denso y apretado periodo preelectoral que, si antes no hay novedades, culminará en el “superdomingo” de mayo de 2019 en el que coincidirán las elecciones al Parlamento Europeo, con las elecciones autonómicas en la mayoría de las comunidades autónomas (incluida la valenciana), y las elecciones municipales de todos los ayuntamientos del país.

Por ello quizá sea útil repasar uno de los manuales del candidato de mayor solera, que fue escrito hace algo más de dos mil años, expresamente dedicado a Marco Tulio Cicerón para ayudarle en su campaña a cónsul de Roma en año 64 a.C. y que concluyó con éxito. Cicerón ha perdurado en la historia por su fama de orador y su oposición a la dictadura de Julio César, pero este manual en forma de carta fue escrito por su hermano menor Quinto Tulio Cicerón. El contenido original está disponible en español en virtud de la traducción de Xavier Iturbide, y nos proporciona consejos que no han perdido vigencia en este ámbito, y que incluso tiene recorrido en cualquier otro entorno en el que se compita por el poder. Algunos de estas recomendaciones nos pueden chocar por ser expresadas de forma tan directa y descarnada, pero ello mismo ayuda a reconocerlas de forma más evidente en nuestro mundo contemporáneo, e incluso a ponerles cara. A modo de resumen podemos agruparlos en este decálogo de refranes y aforismos:

  • Mucho vale y poco cuesta, a mal hablar, buena respuesta: el primer consejo de Quinto es que el candidato debe desarrollar sus dotes de oratoria y sacarle el máximo partido, tomando cada compromiso de hablar en público como si su futuro entero dependiera de ese sólo evento.
  • El que vive de favores sirve a muchos señores: a continuación le recomienda que no pierda la oportunidad de recordarle a todos a los que el candidato ha ayudado con anterioridad, que deben corresponderle con su apoyo.
  • La ropa sucia se lava en casa: en el desarrollo de la campaña debe asegurar el apoyo de los propios, porque generalmente cada rumor destructivo que se genera suele partir de ese entorno. Como se suele decir “hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido”.
  • Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija: o dicho de otro modo “amigos hasta en el infierno”. El candidato debe buscar el apoyo de partidarios de ambientes y clases variados, en especial aquellos de buena reputación, porque aunque no le apoyen expresamente le conferirán dignidad por mera asociación. Es más, que cultive las relaciones con las personas de poder, cuidándose de presentarse ante ellos como un populista.
  • La experiencia es la madre de la ciencia: el candidato debe tener ojo clínico para saber distinguir en cualquier organización entre los útiles y los inútiles para no invertir tiempo y recursos en quienes le serán de poca ayuda.
Foto: EFE
  • Amistad con todos, confianza con pocos: no se puede cometer la imprudencia de aceptar cualquier declaración de buena voluntad que se escuche. Quinto le asegura a su hermano de que no hay nadie, salvo los más fanáticos seguidores, que no puedan ser susceptibles de ser ganados para la causa contraria con los favores adecuados.
  • Cien amigos son pocos, y un enemigo es mucho: Quinto distingue tres tipos de opositores y recomienda diferentes tácticas para lidiar con ellos:
  • Con aquellos a los que se ha hecho daño por defender a los amigos, hay que ser amable y disculparse recordándoles que el candidato haría lo mismo por ellos si fueran sus amigos.
  • Con aquellos a los que le odian sin razón aparente, tratar de ganárselos siendo amable con ellos o haciéndoles algún favor
  • Con los amigos cercanos de los contrincantes, demostrar benevolencia, porque a enemigo que huye, puente de plata.
  • Una buena reputación es como un ciprés, que, una vez cortado, jamás da ya ramas: así pues, desprestigia a tus oponentes hablando de sus delitos, escándalos y corrupción en los que han tomado parte. Si bien Quinto no cree necesario llevar a los oponentes ante los juzgados, bastando hacerles saber que se está dispuesto a hacerlo. Según él, el miedo funciona mejor que la acción legal.
  • Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir: Quinto le recuerda a su hermano cómo el cónsul Gayo Aurelio Cota declaraba que le prometía todo a todos, a menos que un compromiso previo se lo impidiera, y luego cumplía sólo aquellas promesas que le beneficiaban en lo personal. Porque, después de todo, si un político hiciera solo promesas que pudiera cumplir, tendría muy pocos amigos, apostilla.
  • El no, el sí, son breves de decir, y piden mucho pensar: Un político debe ser como un camaleón, adaptándose a cada persona, cambiando su expresión y su discurso cuando sea necesario, pero evitando hacer compromisos específicos ante la gente o el Senado. Y decir que “no” solamente en casos extremos, porque la gente prefiere escuchar una mentira piadosa que una negativa rotunda.

Claro que pese a este repertorio de consejos, y a pesar de lo que algunos creen, la vida del político no es eterna, y concluye antes o después. En el caso de Quinto y Marco Tulio Cicerón fue de forma violenta: fueron asesinados en el año 43 a.C. por órdenes de Marco Antonio.

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