VALÈNCIA. El Gobierno marroquí quiere generar sinergías con el sector de la automoción valenciano consciente del potencial que tiene el ecosistema automovilístico que mueve la factoría de Ford en Almussafes. Su plan pasa por promover joint ventures, es decir, alianzas estratégicas entre compañías valencianas y del país africano para no perder las oportunidades de un mercado que se encuentra en un periodo transitorio y de cambios ante la irrupción del vehículo eléctrico y los vaivenes internacionales como el Brexit o el proteccionismo del gobierno estadounidense de Donald Trump.
Así se lo transmitió el Ministro de Industria y Comercio, Moulay Hafid Elalamy, a la Generalitat Valenciana en una reunión de trabajo enmarcado en la misión institucional y comercial que durante cuatro días representantes del ejecutivo valenciano y del tejido empresarial de la Comunitat emprendió por tierras marroquíes. "Hay una apuesta clara en Marruecos para liderar el sector de la automoción y nos plantearon la posibilidad que de que nuestras empresas de componentes aprovecharan su mercado", explican a Castellón Plaza fuentes conocedoras del encuentro.
Y es que el sector de la automoción en Marruecos tampoco es baladí. De acuerdo con un informe del ICEX, se trata de una industria en pleno crecimiento con una cifra de negocios total estimada en más de 6.600 millones de euros y que abarca todo el proceso productivo del automóvil, desde empresas suministradoras de las materias primas, pasando por los fabricantes que aportan los sistemas, subsistemas y componentes a los niveles superiores en la cadena de suministro. De hecho, en 2018 el país que preside Mohamed VI se situó como el 28 productor mundial de automóviles y el segundo de África, sólo por detrás de Sudáfrica.
Por tanto, el objetivo es explorar las vías de colaboración para conseguir una industria más competitiva tanto valenciana como marroquí. Reciprocidad. De este modo, compañías que fabrican componentes podrían externalizar algunos de sus procesos o parte de su producción aprovechando la proximidad. Pero también aprovechar las oportunidades de captación de negocios que se vayan a deslocalizar de Reino Unido por el Brexit como pudiera ser la transformación de piezas para esta industria y cuya producción en València es más cara que en Marruecos.
"Se trata de asociarnos para no perder el tren y que esas oportunidades se la lleven otros países como Polonia o Bulgaria y de ayudar a mejorar el ecosistema de Ford y la competitividad de la propia planta", explican las mismas fuentes que puntualizan que el ministro visitará en los próximos meses València para ahondar en esta cuestión y ver las vías de esa colaboración con una propuesta seria. Sin embargo, ahora será el Clúster de automoción de la Comunitat Valenciana (AVIA) el que deberá acordar con sus asociados la conveniencia de aceptar o no la oferta.
Y es que, además, el gobierno marroquí tiene previsto lanzar un plan para mejorar la competitividad de su industria automovilística. Ya en 2014 impulsó el Plan de Aceleración Industrial (PAI) para el desarrollo de la industria a través de ecosistemas automovilísticos, que agrupan a las empresas de nivel 1, 2 y 3 en el mismo sector de actividad o producto. Si en la actualidad el país más competitivo en cuanto al coste de la pieza puesta en circulación es India, seguida de China y Marruecos, el objetivo del ejecutivo alauita es estar al nivel de India en cinco años.
El principal productor en Marruecos es el grupo Renault, con 402.085 vehículos en 2018, de los que 318.600 vehículos se fabricaron en su planta de Tánger y 85.550 en la de Casablanca (SOMACA). Pero, además, en junio del pasado año inauguró una planta de producción del grupo PSA en Kenitra con una capacidad de producción de 200.000 unidades que se destinan a 80 mercados diferentes. Dos grandes multinacionales con las que, también esperan convencer a los productores de componentes valencianas para captar su atención y sellar alianzas.