VALÈNCIA. Miquel y Costas (MCM) bajó ayer en bolsa un 0,53% para despedir el día en los 15 euros clavados. O lo que es lo mismo: el precio más bajo desde la sesión de 1 de febrero de 2017, cuando la cotizada presidida por Jorge Mercader Miró cerró en los 14,86 euros. De este modo, la firma dedicada a la fabricación de papel para bolsas de té, papel de seda para envolver prendas y papel para liar tabaco cede este año en el parqué un 11,13%, lo que la ha llevado a reducir su capitalización hasta los 465 millones de euros.
Además, y como dato a no perder de vista, las últimas cuatro sesiones han venido acompañadas de un incremento del volumen de negocio superando los 11.263 títulos de su media diaria anual, según los datos de Infobolsa. Cierto es que el propio presidente aprovechó las últimas caídas -y las ventanas temporales que tienen los consejeros para poder operar- para adquirir el pasado 12 de junio 15.000 acciones a 15,30 euros por título. De este modo elevó su participación a título personal hasta el 14,61% del capital.
La tónica descendente de Miquel y Costas contrasta con las buenas perspectivas del sector -por la subida del precio de la celulosa y a demanda- y a que MCM sigue estando en el radar del value investing, es decir, a los que invierten a largo sobre empresas que ofrecen buenos ratios, un potencial de generación de riqueza a largo plazo y normalmente son compañías familiares que saben bien lo que llevan entre manos como es el caso de esta cotizada catalana.
Sin embargo, no lo ve así el fondo de alto riesgo neoyorquino Luxor Capital Group, que tan bien conocen otras cotizadas españolas, dado que este 'hedge fund' sigue aumentando sus posiciones bajistas sobre MCM. De hecho, y según la última comunicación a la CNMV fechada el pasado 12 de junio como constató ayer este diario, mantienen una posición corta del 2,10%, la mayor desde que se dejó ver en el capital de la empresa controlada por los Mercader a finales de noviembre pasado con el 0,97%.
Mientras Miquel y Costas celebró ayer su junta general de accionistas donde el grupo valoró positivamente su evolución a lo largo del pasado año -presentó el mayor beneficio de su historia con 37,3 millones de euros- gracias al crecimiento de las líneas de la industria del tabaco y de productos industriales, así como por la integración de Clariana, compañía castellonense líder en papeles de colores adquirida el pasado mes de julio, en la que prevé invertir 800.000 euros este año.
Asimismo, el grupo papelero anunció que invertirá 50 millones de euros entre 2019 y 2020 para ganar un 10% de capacidad productiva, cuyo desembolso más importante recaerá sobre la planta valenciana de Mislata, que recibirá 10 millones de euros. Así lo indicaron ayer en rueda de prensa el presidente de Miquel y Costas, Jordi Mercader Miró, acompañado por el director general y vicepresidente, Jordi Mercader Barata, y el secretario general, Javier Basañez. La inversión anunciada se desglosa en 30 millones de euros para este año, entre los que se incluirán los 10 millones de euros destinados a la planta de Mislata -la antigua fábrica Payá-, y 20 millones para el siguiente ejercicio.
Además, a lo largo del presente ejercicio MCM prevé invertir 7 millones en la fábrica del Besòs (Barcelona) para mejoras tecnológicas; 1,5 millones en la de Capellades (Barcelona) para nueva maquinaria y automatizar procesos, además de 4 millones para infraestructura y mejorar edificios, y un millón para adquirir maquinaria; dos millones en la de Tortosa (Tarragona) para infraestructuras y mejora del impacto medioambiental. Para este año, también prevé destinar 2,5 millones a la factoría de La Pobla de Claramunt (Barcelona), 1,5 millones de los cuales serán para fomentar la economía circular; 800.000 euros a la sociedad Clariana, con sede en Vila-real, para mejorar costes, sobre todo, en términos de eficiencia energética; y un millón de manera global para el grupo en energía.
Jordi Mercader Miró defendió que Miquel y Costas, un grupo con casi tres siglos de historia y que debutó en bolsa en 1978, se está preparando con estas inversiones para hacer frente a una "voluntad de crecimiento"; mientras remarcó que esta expansión será ordenada, preservará el proyecto industrial y se gestionarán bien los tiempos. El presidente subrayó que tendrá "pocos altibajos" y que requerirá un esfuerzo en personal, que consistirá en apoyarse en sus trabajadores actuales -la plantilla se sitúa en 887 personas- e incorporar gente externa.
También contemplan opciones de crecimiento inorgánico, que deberían tener un "tamaño sensato" para el grupo y estarían mayoritariamente fuera de España, aunque también podrían estar en el mismo país. Como también prevé aumentar la inversión en I+D hasta los 6 millones de euros anuales a partir de 2021 con el objetivo de proporcionar a los consumidores alternativas que sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Al respecto, el vicepresidente de la cotizada catalana explicó que esta sustitución del plástico por materiales reciclables se podrá hacer en productos como bolsas de té, cápsulas de café, pajitas para beber y bandejas en las que se venden productos como la carne.
Por último, la junta aprobó la incorporación de dos nuevos consejeros como son Marta Lacambra Puig y José Claudio Aranzadi Martínez en sustitución de Carles Gasòliba Böhm y Antonio Canet Martínez. Además, los accionistas dieron el visto bueno al reparto de un dividendo complementario de 0,1217 euros por acción, que se hará efectivo el próximo 11 de julio, con lo que el dividendo total ajustado de 2018 se situará en 0,4273 euros por título.