VALÈNCIA. A estas alturas, ya conocemos todas las bibliotecas personales de los estudios de los comisarios y comisarias de arte en València. El coronavirus pilló de sorpresa -como al resto del mundo- a los museos, que no solo vieron como cerraban temporalmente cualquier acceso al público, sino que se dieron fueron dando cuenta de que la situación no iba a ser cosa de 15 días ni de un mes. Como otros tantos sectores, los centros culturales han tenido que reinventarse para poder seguir en la pomada a pesar de no estar abiertos y la respuesta no ha dejado muchas dudas: 1, las instituciones valencianas no tenían una estrategia online muy definida hasta ahora; y 2, la solución rápida y mejor ha pasado por prácticamente los mismos lugares.
Ese es uno de los primeros análisis que puede adelantar a Culturplaza, Ana Martí, una de las investigadoras que ha puesto en marcha la Red de Museos y Estrategias Digitales (REDMED), un grupo formado por profesorado de la Universitat Politècnica de València del departamento de Comunicación Audiovisual, Documentación e Historia del Arte, junto al alumnado -también de la UPV- del Máster en Gestión Cultural y el grupo de Investigación en Industrias culturales y TIC del Instituto de Diseño y Fabricación (IDF). REDMED, que lleva cerca de un mes gestándose y este mismo viernes será su puesta de largo, intentará analizar las tendencias de esta transformación online y dar herramientas a los museos que así lo requieran. Su trabajo, que pretende tener un carácter local y nacional, se sumará -por ejemplo- al trabajo que ya está haciendo la Network of European Museum Organisations (NEMO), que está llevando a cabo una macroencuesta entre los centros culturales de toda Europa para poder medir de qué manera y cuánto han cambiado las dinámicas y la presencia online de estos durante la crisis del coronavirus. Según este, el 58% de los museos europeos siguen haciendo lo mismo, pero un 37% ha aumentado sus activiades y el 23% ha empezado nuevas actividades en el marco virtual.
"Los museos tienen una gran oportunidad para llegar a mucha más gente", cuenta Martí, mientras comenta que, sin embargo, antes de que todo esto ocurriera "no estaban tan predispuestos a encarar una estrategia online" con cierta presencia. Si los primeros días del confinamiento, se podían leer noticias sobre museos online que se podía visitar, en València se ha tenido que esperar algunas semanas para poder empezar a disfrutar de contenido en las webs y redes sociales de los museos. "No es que los museos estén mucho más retrasados que los de su entorno, es que hay una importante falta de recursos, y ahí se ha notado una importante brecha digital entre instituciones", cuenta Martí.
Algo parecido opina Ricard Huerta, creador de Museari, un museo 100% online con una colección de obras y artistas queer que funciona desde 2015, además de ser el coordinador del Posgrado de Educación Artística y Gestión de Museos de la Universitat de València: "Por una parte, habrá que analizar para qué ha servido invertir tanto y tanto dinero en engordar colecciones si luego, en situaciones como esta, no valen para nada; y en segundo lugar, hay que tener en cuenta que solo pueden responder rápidamente a este escenario los centros que tienen personal dedicado a generar recursos educativos. El IVAM, por ejemplo, hasta el año pasado, nunca había tenido a dos personas especializadas en el área de educación, muchas veces siempre se encargaba la misma persona de marketing o comunicación", comenta.
El principal problema es que, sin una infraestructura previa, mantener el discurso museográfico de manera coherente además de proporcionar materiales de calidad de manera continua se hace fuerza difícil. En este sentido, el pasado miércoles, la Conselleria de Cultura anunciaba que destinaría 100.000 euros en obras para el soporte online en un concurso que convoca el Consorci de Museus. A la vez, hay que tener en cuenta -según explica Ana Martí-, que "los museos sufren una importante estigmatización, y eso acaba suponiendo que las personas no tengan de manera natural un impulso por entrar en la web de un museo si no es para buscar una información muy concreta. Son visitas rápidas, que no buscan un contenido con el que quedarse un buen rato".
Desde 2014 y hasta el año pasado, la agencia de comunicación cultural Lavisible hizo un informe analizando la presencia y la estretegia online de los museos valencianos. Olga Palomares, una de las integrantes de la agencia, explica a este diario como plantearon este informe porque "realmente había muy poca presencia en internet y redes sociales de las instituciones artísticas de una ciudad como València, una de las más grandes de España". Desde 2014, los museos se pusieron las pilas, pero no han llegado en 2020 a la altura de algunos de los espejos en los que se podrían reflejar: en EE.UU. o Japón, por ejemplo, los museos cuentan con una importatísima cantidad de recursos educativos; y el Rijksmuseum o el Museo del Prado también pueden ser una importante referencia a nivel europeo y nacional, respectivamente.
Los informes de Lavisible ya apuntaban a un concepto que ahora es fundamental: el público digital. En este sentido, Ana Martí apunta a que "las estrategias online no deben consistir en trasladar las colecciones a una página web plana, sino crear nuevas narrativas que inviten a ese público virtual a visitar el museo presencialmente, poniendo en primer lugar el objeto y el lugar físico". Ricard Huerta va un paso más allá, y habla de una tecnoinversión: "debemos implementar de manera natural la tecnología, porque ahora mismo está totalmente incrustada en nuestra rutina, no tiene ningún sentido dejarla de lado para preservar nada", además de ver "una oportunidad en no quedarse solamente en el debate de colección presencial o virtual, sino aprovechar para introducir nuevos discursos y sacarle punta a los temas de actualidad", como por ejemplo la presencia de las mujeres artistas en las colecciones públicas.
El último informe que se publicó daba como ganador de esta estrategia online al Museu d'Etnologia: "no se trata de tener más o menos presupuesto, algunos no cuentan ni siquiera con departamento de comunicación y las redes sociales las gestionaban personas de departamentos como el de conservación. Lo importante es tomárselo en serio y tener voluntad", concluye Palomares. A marchas forzadas, la transformación de los museos por la situación del coronavirus puede ser el inicio de una larga amistad (online) para mirar a ese futuro lejano que en realidad es el presente desde hace unos años ya.