VALÈNCIA. La Cátedra de la Empresa Familiar de la Universitat de València celebró este jueves un encuentro denominado El consejo de familia: un foro de comunicación entre los miembros de la familia empresaria. Consistió en un coloquio sobre el mencionado organismo empresarial en base a las experiencias del presidente de Grupo Zriser, Pablo Serratosa, y la presidenta de Avanza Urbana, Teresa Puchades. Alejandro Escribá, en representación de la cátedra, moderó la tertulia entre ambos empresarios valencianos.
En el coloquio, Serratosa y Puchades reflexionaron sobre el rol del consejo de familia, un órgano que brinda participación a los accionistas de la empresa al margen del consejo de administración, responsable de la gestión profesional. "Pero no es una herramienta de alejamiento sino de acercamiento", advirtió al respecto Puchades, que destacó su función de "permitir a los más jóvenes averiguar si le atrae el proyecto de su empresa familiar y conocer de primera mano cómo se está gestionando su patrimonio".
Para marcar las líneas diferenciales entre ambos contrapesos -el consejo de administración y la familia propietaria- los dos ponentes hicieron hincapié en la necesidad de contar con "un protocolo familiar claro" que fije las competencias para salvaguardar la gestión de la mercantil de las posibles tensiones de la propiedad.
Los empresarios destacaron que cada familia debe adaptar la composición y funcionamiento del consejo a sus circunstancias particulares. Sin embargo, ambos coincidieron en que la formación de un consejo de familia supone una oportunidad excelente para crear un vínculo de la familia con el proyecto empresarial (o la empresa). Pablo Serratosa comentó que "es difícil querer algo que no se conoce", y afirmó que el consejo permite transmitir "los valores y el proyecto a las nuevas generaciones de la familia".
Asimismo, Teresa Puchades añadió que este foro "proporciona un contexto extraordinario para formar a los miembros de la familia en los diferentes roles que tienen o tendrán que desarrollar en el futuro (accionistas, directivos, consejeros…), y para apoyar el desarrollo personal y profesional de cada individuo". A su juicio, el consejo de familia proporciona "un marco adecuado para que la comunicación se produzca de un modo más efectivo y se alimente la confianza entre las diferentes ramas familiares". "Son útiles para moderar y gestionar los conflictos (inherentes a toda relación social) de un modo positivo y efectivo", indicó.
En cuanto al momento de iniciar el proceso, ambos empresarios coincidieron en impulsarlo "cuando las cosas van bien", ya que la comunicación es más fluida, y que "independientemente del tamaño de la empresa, puede resultar muy positivo contar con un consejo de familia".
El director de la cátedra, Alejandro Escribá, destacó que la estructuración de los órganos de gobierno de la empresa y de la relación familia-empresa "está asociada a mejores niveles de competitividad, y que las estructuras accionariales y los sistemas de gobierno en las que se fomenta la dación de cuentas ante otros interesados (accionistas, consejeros independientes, etc.) son mucho más comunes entre las empresas más competitivas que entre las que se encuentran en niveles de competitividad más bajos".
La Cátedra de Empresa Familiar de la Universitat de València (CEF-UV) se creó en el año 2006, promovida por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), la Escuela de Empresarios (EDEM), el Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA) y el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), y cuenta actualmente con el patrocinio de Bankia y Broseta Abogados. Sus actividades se centran en la docencia, divulgación e investigación sobre la idiosincrasia y los desafíos para la mejora de la competitividad de las empresas familiares.