Los teatros Olympia, Talia, Russafa, Micalet y Flumen han programado funciones especiales de fin de año
VALÈNCIA. “Señoras, señores, quedan 10 minutos para que comience la representación y una hora para que finalice el año”. Los espectadores de los teatros Olympia, Talia, Russafa, Micalet y Flumen van a escuchar un mensaje idéntico o similar cuando ocupen sus butacas este próximo 31 de diciembre.
Entre los actores existe la creencia de que quien celebra la Nochevieja sobre las tablas tiene trabajo todo el año entrante. Y en València hasta cinco salas van a intentar hacer buena la superstición.
Las funciones programadas son de obras que se están representando a lo largo del mes y prolongan su duración para brindar en el intermedio. En todas facilitan las uvas y el cava, y en algunas, se prolonga la fiesta con música, cotillón y resopón. Los hay que sintonizan Televisión Española, y los hay que repican las campanadas en el escenario. Pero en todas se dirá adiós a 2018 en comunión con el elenco.
En la Sala Russafa aprovecharán la campana del navío de su comedia interactiva de época Y la nave va? para tañer los 12 toques que dan entrada al Año Nuevo.
Como el reparto está conformado por una docena de personajes, cada uno de ellos se hará cargo de una campanada. El holandés errante, el militar tullido, el reverendo fanático, la sufragista radical, la erudita bibliotecaria, el juez narcoléptico, la duquesa, el polizón, el científico bohemio y los tres músicos que ponen la banda sonora tendrán un papel primordial en la entrada en 2019.
La obra constará de una escena nueva esa noche y al término, hay programado un baile en el que los miembros de la compañía se mezclarán con el público.
Arden Producciones lleva representando obras en Nochevieja desde que arrancaron su trilogía de cuentos políticos con Alicia en Wonderland, en 2015. Desde entonces, repiten la fórmula de comedia asequible a todas las edades, con guiños políticos e interpretación de éxitos de la música popular en directo.
“Si no fuera por este trabajo, me quedaría en casa, pero soy partidario de compartir una noche de humor y reflexión con el público, porque cuando sonríen, abren la boca y el cerebro”, se felicita el director del montaje, Chema Cardeña.
El escenario más veterano en esta práctica es el del Teatro Olympia. Su responsable, María Ángeles Fayos, se remonta a un cuarto de siglo de tradición, con hitos como la representación de una versión arrevistada de La corte del faraón, protagonizada por Norma Duval.
“El teatro es un espacio para vivencias y emociones y el 31 de diciembre es una noche especial, en la que mucha gente que se siente sola acude a una función y se encuentra acompañada. Cuando se va a una sala de fiestas se forman grupos más cerrados, pero cuando asistes al teatro te sientes familia de los actores, porque durante un tiempo no hay cuarta pared”, argumenta la gerente.
En esta ocasión, se vuelve a repetir formato: el espectáculo de variedades. Un chico de revista, liderado por la veterana vedette Rosa Valenty, reivindica el género musical español con un cambio de roles, pues la vicetiple cede el protagonismo a un boy, algo impensable en una propuesta escénica que comandan las mujeres. Una historia de superación con música en directo y más de 20 personas en escena.
El argumento parte de una tesis doctoral dedicada a la revista española en los años treinta y cuarenta del creador de la obra, Juan Andrés Araque Pérez. Su intención en este montaje ha sido reunir a dos generaciones: “Las coreografías no tienen nada que ver con la revista tradicional, de modo que el público más mayor se reencuentra con el espectáculo de siemprem y el joven, que en principio puede tener una imagen peyorativa, descubre un auténtico musical, como los grandes shows que se hacían en los cuarenta”.
María Ángeles Fayos ha instaurado la tradición de las funciones de Nochevieja en el otro espacio que gestiona en la ciudad, el Teatro Talia.
Este año se rompe la barrera entre público y artistas en sentido literal y figurado. Tanto en la obra como en el corte para brindar por un feliz año nuevo. La comedia ofertada es Por delante y por detrás / per davant i per darrere, una propuesta bilingüe de Paco Mir y Juli Disla a partir del clásico internacional de Michael Frayn, en el que se asiste a la puesta en pie de un vodevil de cara al público y tras las bambalinas. Así, en paralelo a la representación de la obra, se revelan las disputas, enfrentamientos y roces entre los intérpretes al otro lado del telón.
Unos 20 minutos antes de dar la bienvenida a 2019, el reparto dejará a un lado su doble papel y saldrá a la escena liberado de sus personajes para celebrarlo con el público. Ferran Gadea ya está curtido con la experiencia. Para el actor valenciano es la quinta vez que actúa en fin de año. “Siempre es buena señal, porque implica que estás trabajando, y la sensación es la de estar en casa, porque el teatro es nuestro hogar”, se congratula.
La ingestión de cava en el intermedio procura más risas y “actuamos con un puntito de alegría”, avanza.
Tras la buena acogida de las Navidades pasadas, el Teatre Micalet ha repuesto la farsa de Eduardo de Filippo Nadal en casa els Cupiello. Vuelven los malentendidos familiares y los tópicos de las fiestas blancas con una función especial en fin de año.
“Pasar la Nochevieja en un teatro es lo mejor que le puede suceder a nadie, porque es una velada entrañable, diferente, en la que los actores nos mezclamos realmente con el público y todo lo que hacemos esa noche es con su complicidad”, subraya la actriz Pilar Almería, que esa noche sabe que entre las butacas estarán sus padres y su pareja.
La cofundadora de la Companyia Teatre Micalet revela que la representación se parará a las 23.50 h. para preparar un número sorpresa, servir cava y repartir uvas. De las campanadas también se encargarán ellos mismos.
El espacio de la calle Guillem de Castro viene repitiendo el esquema desde su inauguración en 1995. Entre la audiencia ya hay habituales de la cita, “porque la gente que viene, repite”.
Así lo atestigua el director artístico de Teatro Flumen, José Sáiz, que ya ha programado en su sala una década de funciones en Nochevieja.
Para esta ocasión se ha decantado por un cabaret que es un canto contra la homofobia: el clásico de enredo La jaula de grillos, de Jean Poiret, representada durante 15 años consecutivos en el Palais Royal de París.
La función se ha planteado con talante interactivo y el maestro de ceremonias integrará al público en el espectáculo, que para la última noche de 2018 ha incorporado el tema de Mecano Un año más para la cuenta atrás que los actores compartirán con los asistentes bajando al patio de butacas.
Sáiz es un firme defensor de esta tradición de los escenarios españoles: “Es una forma de ocio fenomenal para no quedarte en casa enganchado al televisor ni sufrir por cómo se quedará el comedor si invitas a los amigos. Pasar la Nochevieja en el teatro es una forma de ocio familiar, diferente, que te cubre hasta las 2.30 de la mañana y no te obliga a limpiar el día siguiente. Es un día que aciertas sí o sí”.