El diputado autonómico de Vox Vicente Manuel Roglá. Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. La fotografía intestina de Vox no deja de ser una captura de larga exposición sin trípode. No acaba de llegar la estabilidad al partido de Santiago Abascal, que en la provincia de Valencia dirige José María Llanos. Antes de los comicios, se sucedieron no pocas convulsiones, en primer lugar por la creación de una estructura orgánica mediante la figura de los coordinadores. Más tarde, continuaron con la eliminación de las primarias internas y la confección de las candidaturas electorales.
La división interna entre la dirección y algún círculo crítico se evidenció el pasado viernes. El presidente provincial había organizado un encuentro distendido entre coordinadores, concejales electos y miembros de la ejecutiva de Valencia. Para hacer equipo, relatan fuentes del partido.
En el evento, el secretario provincial, Juan Ponce, intervino airadamente para denunciar supuestas imposiciones de la dirección. Cuentan fuentes presenciales que el discurso no encontró el refrendo entre los asistentes, pero resultó la escenificación de la fractura que todavía pervive entre algunas filas de Vox.
Al día siguiente, y aludiendo a este suceso, el tesorero de la ejecutiva provincial y diputado en Les Corts Valencianes, Vicente Manuel Roglá, presentó su dimisión. En el escrito al que ha tenido acceso este diario y que ha sido remitido a Madrid, Roglá achaca su salida a que la Ejecutiva "no está funcionando como debería según los estatutos".
El que fuera número tres en la candidatura del partido al parlamento autonómico en los pasados comicios del 28A, habla en la misiva de un "enfrentamiento evidente" entre la dirección provincial y el secretario "con subidas de tono entre ambos". Se refería a lo ocurrido el día anterior. Según el diputado autonómico, no serían los primeros desencuentros, pues asegura que se suman a otros "enfrentamientos anteriores".
Voces del partido consultadas por este diario aseguran que hay informes que recogen quejas acreditadas por actitudes inapropiadas del secretario provincial, Juan Ponce, y que han sido remitidas a los órganos del partido en Madrid.
En algunas posiciones sobrevuela la idea de que, fruto de las diferencias continuadas, pudiera implantarse en la provincia de Valencia una gestora. Para ello sería necesaria la dimisión de más del 50% de la ejecutiva provincial, formada por seis vocales y el presidente. Es decir, deberían renunciar a su cargo cuatro de los siete miembros.
Sin embargo, fuentes del partido ven complicado que esto sucediera dado que al menos tres de los vocales mantienen buena sintonía con Llanos. El presidente, por su parte, se siente reforzado por la dirección estatal, cuya delegación visitó tierras valencianas hace poco y le trasladó el apoyo orgánico.
El grupo municipal del Ayuntamiento de València formado por Pepe Gosálbez y Vicente Montañez tampoco ha encontrado la normalidad desde el pasado 26M. La falta de coordinación entre ambos ediles que planteaba este diario la pasada semana todavía no se ha solucionado. En los próximos días deberán constituir efectivamente el grupo municipal en la secretaría del Ayuntamiento. Será entonces cuando deba reflejarse negro sobre blanco quién ostentará la portavocía, plaza que, al parecer, podría estar en disputa entre ambos regidores.
