BRUSELAS. La reunión del Consejo de Ministros de Turismo de la Union Europea (UE) no ha sido pacífica. Nueve países se han plantando y han exigido que la Unión defienda el espacio Schengen y la libertad de movimientos de sus ciudadanos, ante el cierre indiscriminado de fronteras que se vienen sucediendo a las puertas de la segunda ola de la covid. Han sido los ministros de Austria, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Malta, Portugal, Eslovenia y España los que han firmado la petición de forma conjunta, exigiendo a la Comisión Europea “preservar la libertad de circulación entre todos los Estados miembros, así como la integridad del mercado único y el espacio Schengen”, coordinando las medidas de control de la pandemia provocada por la covid-19.
Hace tres semanas, Alemania y Bélgica decidieron declarar zona roja a determinados países, de forma unilateral, sin anuncio previo, pese a ser todos miembros de la Unión Europea. Ello ha provocado un caos en el sistema sanitario belga, especialmente, al ser su capital sede de las instituciones europeas y tener un flujo periódico de viajeros y trabajadores muy importante, que han venido siendo obligados a dos tests y una cuarentena de 14 días, sin poder salir del país ni cumplir sus obligaciones. El gobierno belga ha cambiado ya esta norma, al encontrarse con la contradicción de que esta semana se celebra el Consejo Europeo, la cumbre que reúne a todos los presidentes de Gobierno en Bruselas. El escenario de 27 Jefes de Estado “secuestrados” en esta ciudad podría haber provocado situaciones absurdas y desencuentros diplomáticos.
En este sentido, los nueve países firmantes, entre ellos España, recuerdan que durante la emergencia sanitaria de la pasada primavera, la protección de la salud pública fue una prioridad primordial tanto para la UE como para sus Estados miembros. Ello obligó a que, durante la crisis de covid-19, los Estados miembros adoptaran diferentes medidas de respuesta.
No obstante reconocen que, “si bien sigue siendo responsabilidad de cada Estado miembro adoptar las medidas que considere adecuadas para controlar la pandemia”, es necesaria “una respuesta europea coherente”. El objeto es “evitar un enfoque fragmentado” y “preservar la libertad de circulación entre todos los Estados miembros, así como la integridad del mercado único y el espacio Schengen”.
Los ministros reconocen los “recientes esfuerzos de la Comisión y los Estados miembros para encontrar formas de apoyar la acción continua y coordinada de la UE”, en referencia a una resolución de la Comisión que deben aprobar los Estados miembros en el Consejo del próximo jueves. Este documento establece que es la Comisión la que decidirá el nivel de la pandemia en cada Estado miembro, para que no sea una decisión arbitraria de cada país, recomendando además que no se cierren fronteras en ninguno de los casos para que no se repita el escenario anterior.
El documento firmado hoy incide en la disposición de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, para liderar este proceso, “que nos permite garantizar la protección de la salud pública permitiendo la libertad de movimiento necesaria para el mantenimiento del turismo”. En su párrafo final, insiste en que “el progreso hasta ahora es limitado”, respecto a un acuerdo entre los Estados miembros. Por ello, consideran imprescindible que se tomen determinadas medidas de forma urgente.
En primer lugar, los ministros de Turismo firmantes exigen “concluir urgentemente las negociaciones sobre un enfoque coordinado para la restricción de la libre circulación en respuesta a la pandemia de covid-19, incluyendo una cartografía común de áreas de riesgo a nivel sub-estatal”. Es decir, que, en caso de que se cerrara alguna zona al tránsito de viajeros o ciudadanos en general, se tuviera en cuenta un territorio concreto, a nivel regional por ejemplo, y no el Estado en su totalidad.
Por tanto, las medidas de cualquier estado miembro destinadas a controlar la pandemia e imponer restricciones a los viajeros de otros Estados miembros "deben tomarse a nivel regional siempre que sea posible, y específicamente para las regiones insulares de la UE”. Además, estas medidas deben ser “no discriminatorias y proporcionadas”.
También piden “un marco común de medidas internas que se activarán en respuesta y se comunicarán oportunamente a los países interesados para ofrecer claridad y previsibilidad a todas las partes interesadas y ciudadanos”. Ésta es una medida prevista por la Comisión en su resolución, que los países que decidan restringir la entrada de los ciudadanos de otros Estados, lo comuniquen con antelación al Estado en cuestión y lo hagan público a tos los sectores empresariales y ciudadanos en general, para que planifiquen sus viajes y su trabajo.
E insisten en “evitar medidas indiscriminadas, en particular denegaciones de entrada, a todos los viajeros que entran en un Estado miembro de la UE desde otro Estado miembro”, con el fin de “limitar las consecuencias negativas de la pandemia en el turismo y la actividad económica en general”. Por último, apelan al imperativo “derecho a la libre circulación de personas entre todos los Estados miembros y dentro de la integridad del espacio Schengen”.
En segundo lugar, proponen que el próximo presupuesto a largo plazo de la UE apoye la recuperación de la industria del turismo, dada la grave situación y la importante pérdida de empleo en el sector. Para ello, explican “deberíamos utilizar los fondos creados por Next Generation EU para ayudar a las empresas del sector turístico a aprender a mantenerse competitivas en un entorno nuevo, dinámico y cambiante.