VALÈNCIA. La vicepresidenta del Consell y referente de Compromís, Mónica Oltra (Neuss, Alemania, 1969), recibe a Valencia Plaza en su despacho para analizar el inicio de curso político, no solo en lo referente a la gestión en el Gobierno valenciano, sino también en los asuntos relacionados con las cuestiones nacionales e internas de la coalición valencianista.
La dirigente muestra su rechazo frontal a unas nuevas elecciones y las consideraría una "falta de respeto a la ciudadanía", evidenciando una posición muy crítica respecto al socialista Pedro Sánchez. No obstante, cree que a Compromís podría irle "bien" y ve "lógico" que en su formación haya quién se abra a la posibilidad de confluir con otros partidos si hay comicios tras los resultados de abril en los que la coalición solo logró un escaño en el Congreso. "Siempre he defendido las alianzas, me parecen una fórmula de éxito en este sistema", afirmó durante la entrevista.
-Usted que tiene olfato político, ¿diría que estamos ante unas nuevas elecciones?
-Estoy en fase de negación porque me parecería increíble. Pero si me pongo más objetiva y por lo que me va llegando, uf, me cae la gota de sudor frío. Me parecería una falta de respecto a la ciudadanía porque ya fue a votar el 28 de abril y dejó un panorama electoral muy claro. En el Congreso hay una mayoría que puede conformar un gobierno plural y la obligación de los líderes políticos es gestionar el voto de la gente. ¿Qué mensaje estamos transmitiendo? ¿Que las personas no han votado bien? ¿Es una extorsión para que voten diferente? La gente está harta y está pasando de la frustración al enfado. Y por otro lado, si se repiten las elecciones pienso que los que se presentaron no deberían volver a presentarse, o al menos quien ha fracasado en la investidura. Si usted no sabe conseguir los votos cuando la voluntad política es inequívoca de que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno, y no sabe negociar, dialogar, escuchar y ponerse de acuerdo, quizá usted no es apto para esto porque es obvio que tiene una mayoría suficiente y se le están pidiendo cosas razonables como un programa pactado o un gobierno pactado.
-¿Cómo vio la reunión de Pedro Sánchez con Compromís?
-Nosotros negociamos un programa de mínimos. En la financiación, por ejemplo, seis meses les parecía poco para presentar el primer borrador. Como si fuera una cosa muy nueva... aún así les dimos ocho meses. Me parece que no es pedir tanto ni estar fuera de realidad por nuestra parte.
-El PNV ha anunciado ha garantizado el apoyo incondicional a Pedro Sánchez en su investidura. ¿Compromís hará lo mismo?
-Incondicional, no. A ver, si nosotros tuviéramos la financiación que tiene Euskadi igual nos lo podríamos plantear, pero como no es así... pues no podemos.
-¿Y qué le parece el documento de 370 medidas de Sánchez?
-Lo que pienso es que llega cuatro meses tarde. La negociación se empieza con el qué. Como propuesta de negociación está bien pero las elecciones fueron el 28 de abril, mira si les está costado. Lo que hicimos en el Botànic I y II es llevar cada uno un documento a la negociación y de ahí salió una hoja de ruta que firmamos todos. Esa es la secuencia que a nosotros nos ha ido bien: presentar un documento cuatro meses después de las elecciones y con el tiempo que queda... pues van a tener que ponerse las pilas.
-¿Le podría convenir a Compromís unas nuevas elecciones?
-Es verdad que quizá nos iría mejor porque habría gente que diría: "Mira, ni unos y ni otros, estos que intentaron evitar que hubiera otras elecciones". Pero la verdad es que no quiero ni pensarlo porque creo que no debe haberlas. Me indigna el tema.
-El resultado ha hecho replantearse a algunos las alianzas de Compromís, dado que se concurrió en solitario en la anterior cita electoral. ¿Cree que los pasados comicios evidenciaron que para alcanzar ciertos objetivos estatales Compromís debe intentar establecer pactos?
-Yo creo que las alianzas son importantes y siempre las he defendido. De hecho, Compromís es en sí mismo una alianza. Así que puedo entender como lógico que haya gente que haga esa reflexión tras los resultados porque el sistema electoral hace las alianzas, en mi opinión, bastante imprescindibles y las veo una fórmula de éxito. Y no ya por conveniencia de los partidos, sino también para los votantes porque a veces les haces elegir entre opciones políticas con muchos vasos comunicantes. Así que quizá a ellos les vendría mejor decir: "Mira, este me gusta por esto y esta me gusta por lo otro, así que si se han juntado y ya lo tengo claro". Está claro que también hay quien tiene una mirada más: "Si ese se junta con aquél, ya no les voto", pero creo que son más numerosas las persoans de la visión positiva del primer grupo.
-¿Y para estas alianzas ve con más simpatía a Pablo Iglesias o a Íñigo Errejón?
-Yo miro con simpatía a todos con los que podamos embarcarnos en unas causas comunes.
-¡A ver si usted va a ser la que consigue que se reconcilien...!
-Pues no estaría mal.
-A los que desde fuera vivimos la negociación del Botànic I nos pareció menos tensa –o al menos más corta- que la del Botànic II. Lo que sí diría es que este Botànic ha empezado con más sobresaltos que el anterior. ¿Teme que la convivencia sea más complicada? ¿Cómo lo percibe?
-No, no tiene por qué. Es lógico que la de 2015 fuera más rápida porque la gente del PP estaba todavía en los despachos y la ciudadanía empujaba más. Así que diría que este acuerdo ha sido más pausado, más tranquilo y con más conocimiento porque entendemos mejor la casa que estamos gobernando. Esto hace que sea una negociación más ajustada a la realidad porque tenemos la experiencia. La pasada legislatura tuvimos que hacer una revisión del pacto porque había cosas que se nos había escapado. También hace cuatro años nos quedamos cortos en estructura por ejemplo.
-Siempre se dice eso de que hay que mirar hacia delante. Soy mucho del refrán: ‘De aquellos polvos, estos lodos’. ¿El adelanto que impuso Puig siempre estará ahí?
-La verdad es que a mí las cosas menos bonitas se me olvidan enseguida. Tengo una memoria selectiva (ríe). Hay que intentar desprenderse de las cosas que no nos han gustado del pasado porque si no se te quedan pegadas como el barro y lo interesante es ir por la vida con los pies ligeros.
-En los corrillos políticos de la ciudad la ven como futura candidata de Compromís a la Alcaldía de València. ¿Le gusta la idea?
-(Ríe). Tenemos un alcalde fantástico. Aunque ahora no tengo mi residencia en València paso más horas aquí que en cualquier otro lado y estoy disfrutando mucho de cómo están cambiando las políticas en la ciudad. Así que Ribó es mi alcalde.
-Y en cualquier caso, ¿no le resulta muy agotador la perspectiva de ser portavoz del Consell cuatro años más?
-Es cierto que la rueda de prensa del pleno del Consell de los viernes es exigente. No hay límite de preguntas y yo intento ser muy didáctica y explicar lo mejor que puedo las cosas. Está claro que eres persona y hay días que te duele la cabeza o estás cansada y es algo que requiere energía pero a mí me gusta comunicar y puedo decir que en cierta medida lo disfruto.