GANDIA. Podría ser un día cualquiera de marzo pero para ZOO es un día especial, está a punto de ensayar la que será la gira de su nuevo trabajo LLepolies, con el que la banda gandiense grita a los cuatro vientos que ha regresado para poner —de nuevo— la música en valenciano patas arriba. Y lo logra con esa mezcla tan característica del grupo en la que combina la denuncia y la esperanza con toques sarcásticos para remover las conciencias. Siempre con esa mezcla de rap y música electrónica que les caracteriza.
LLepolies supone también el regreso de la banda cuatro años después de su último disco y tras un año sabático que, caprichos del destino, ha coincidido con una pandemia que ha cambiado el mundo. Así, tras Tempestes Vénen del Sud y Raval, LLepolies es el primero publicado por ZOO Records, sello discográfico propio y editorial, y de él conocemos algunas píldoras, como Avant y LLepolies. De hecho, Avant fue la canción elegida para romper su silencio en enero y anunciar su regreso. Todas esas ‘golosinas’ que componen el disco se ordenarán en pocos minutos para fraguar la gira que previsiblemente comenzará en abril.
La banda se cita en una nave industrial de Palma de Gandia. Saludos con codo y nervios a flor de piel, aunque también esa adrenalina de saber que en pocos días (26 de marzo) saldrá a la venta su tercer disco. Castellón Plaza se cuela en ese local de ensayo que en pocos segundos retumbará con las nuevas canciones de la banda. Pero, antes, conversamos con Antonio Sánchez Pardines (Panxo), el cantante de ZOO, para avanzar algunas novedades de tan esperado lanzamiento.
Cinco años sin parar hasta que dijisteis “basta”, ¿cómo ha sido este año sabático para la banda?
Diferente a como lo imaginábamos en un principio porque soñábamos con hacer algún viaje inspirador —Latinoamerica en su caso—, acumular experiencias que nos sirvieran para componer pero también para la vida misma. Era el momento porque llevábamos muchos años trabajando duro y no habíamos tenido el tiempo para hacerlo, pero ha sido un año pandémico para todas y todos. De hecho, creo que hemos sido muy afortunados porque al no estar en activo en este momento la pandemia no nos ha afectado como a la mayoría de grupos.
Visto así, ni hecho a propósito...
"TENÍA GANAS DE DAR AL GRUPO UN GIRO MÁS DISFRUTÓN PORQUE LOS DISCOS ANTERIORES HABÍAN SIDO MUY CONTUNDENTES"
Sí, la verdad es que sí. El confinamiento lo viví solo en casa y me ayudó para acelerar el proceso de composición, de escritura. Lo cierto es que nos sirvió mucho y creo que le ha venido bien al disco y al grupo porque nos ha permitido dedicar más horas de las que quizá hubiéramos tenido en otras circunstancias y con un nivel de concentración mayor. En mi caso, me ha venido muy bien porque es la primera vez que he tenido tiempo para componer sin presión.
Supongo que grabar un disco en medio de esta pandemia habrá sido toda una aventura…
De teletrabajo. Me monté un pequeño estudio en mi casa y desde ahí componía e iba mandando audios para ver qué opinaba el resto de la banda y ellos hacían lo mismo. El proceso de composición del disco anterior lo viví con angustia y sufrimiento pero en este no ha sido bonito; trabajaba sin presión y eso ha sido beneficioso porque a penas he cambiado alguna cosa en las revisiones finales.
Un proceso creativo que nace en un cuarto… ¿qué porcentaje de pandemia hay en el disco?
NOS APETECÍA HACER UN DISCO QUE A LA GENTE LE DIVIRTIERA, NO QUE LE CABREARA
De manera explícita o consciente nada, pero supongo que de manera inconsciente bastante porque la pandemia a nivel psicológico nos va a marcar de por vida. De hecho, he hecho un esfuerzo por intentar evitar o no hacer mención a la pandemia. Fue a raíz de un tweet de Javier Cansado en el que decía “en casa nos hemos propuesto dedicar media hora al día a no hablar del coronavirus” y lo hice un poco mío, de hacer el esfuerzo de no dedicar el disco a hablar del coronavirus o sus consecuencias.
Llepolies es un nombre un tanto sugerente… ¿cómo nace el disco?
Llepolies es una canción que compone Arnau, el guitarrista del grupo, y curiosamente fue la primera que apareció por el local, hace ya casi dos años, cuando iniciamos el proceso creativo. Dijo que ya tenía una canción un poco pop, pero nos gustó mucho y la palabra me pareció muy sugerente, como bien has dicho, y bonita. Además, tenía ganas de dar al grupo un giro más disfrutón porque los discos anteriores habían sido muy contundentes y nos apetecía trabajar un poco más la ironía y el humor. Todo ello hizo que Llepolies fuera la palabra indicada para representar ese giro, también a nivel estético. No sé, que fuera un poco más juguetón.
Así que en este disco nos encontramos con un ZOO "juguetón" y... ¿maduro?
No creo que sea un ZOO más maduro porque, a parte de que me parece un tópico decir eso, creo que no hemos madurado nada en esta vida. Pero sí que es el disco más sonoro, más orquestado, más cuidado y, sin ninguna duda, con más variedad y más color. Lo es porque llevamos seis años y hemos crecido como músicos desde entonces. A nivel conceptual, creo que es el disco que consolida a los otros dos o que incluso los culmina porque hemos podido hacer lo que lo que queríamos hacer con los otros pero que, por cuestión de tiempo, de falta de experiencia o dinero no pudimos hacer.
Es un disco también en el que se intuyen nuevos sonidos…
Es algo que ya hacíamos en los anteriores discos, pero sí que es cierto que en este disco hemos explorado nuevos sonidos. Especialmente, con Toni, nuestro saxofonista, que ha hecho un trabajo muy meticuloso de composición de vientos para diferenciarnos un poquito más de lo que se suele escuchar por este circuito. Y sí, hemos introducido muchos instrumentos diferentes y menos conocidos que suenan muy bien.
La canción Llepolies es una apología a la liberación y decidís grabar el videoclip en el Palau Ducal (Gandia), generando una polémica en el sector religioso.
Como dijo Arnau, es una canción gastrosexual y de liberación; un canto al disfrute corporal y sexoafectivo en todas sus variantes. Y sí, decidimos grabar el videoclip en el Palau Ducal porque nos inspiramos en la película Roma de Fellini. La idea era reinventar esos rituales jugando con el tema de la sensualidad y de la fruta y fuimos al Palau Ducal como cualquier hijo de vecino a hacer nuestra solicitud y nos la concedieron. Es cierto que los jesuitas se enfadaron pero no vamos a entrar en un debate de ese tipo porque no le debemos nada a la Iglesia y allá ellos si se enfadan.
ZOO se caracteriza por sus canciones críticas, ¿contra qué o quién os rebeláis en este disco?
No nos rebelamos contra nadie en concreto, sino que intentamos poner de manifiesto, como siempre hemos hecho, un sistema que a todas luces es un sistema fallido e injusto. Nosotros venimos de una tradición cultural que critica y denuncia eso y lo hacemos desde diferentes maneras y ámbitos (enseñanza, la política internacional, el imperialismo en Latinoamérica…). A estas alturas está muy claro dónde estamos políticamente y que nos gusta sugerir los temas más que tratarlos explícitamente. Hacer denuncia de una manera sutil, elegante, irónica y, en este disco, más humorística. Nos apetecía hacer un disco que a la gente le divirtiera, no que le cabreara.
Tenéis colaboraciones de lujo, como SFDK o Marala
Desde hace muchos años deseaba esa colaboración con SFDK —han coincidido en varios festivales— y un día escribí a Zatu para proponerle una colaboración en el nuevo disco. Me dijo que sí y me fui a Sevilla a grabar la canción. Fue una experiencia muy bonita porque es algo con lo que siempre había soñado y estar junto a quien es tu referente es increíble. Ya en el segundo disco compuse una canción en castellano y en este quería hacer lo mismo y a medida que la iba componiendo me la imaginaba con la voz de Zatu. Al final se hizo realidad.
¿Qué ha cambiado ZOO desde Estiu hasta hoy?
Todo. Llevamos seis años con este proyecto y cuatro años prácticamente con la misma formación, por lo que nos conocemos bien y sabemos las limitaciones y virtudes que tiene cada uno. A nivel externo ha cambiado que nos hemos consolidado. Eso nos exige un poco más porque cuando sacamos Estiu —su primera canción— para cualquiera que la oía era algo nuevo y no tenía con qué comparar. Ahora, llevamos más de cuarenta canciones por lo que siempre se puede comparar y es más difícil sorprender. Es una exigencia pero la llevamos con alegría.
¿Panxo sería lo mismo sin Pablo (Ciudad Jara y antes La Raíz)?
Absolutamente que no. Todo lo que he hecho yo, él ya lo había hecho antes por lo que siempre he buscado hacer lo que hacía él por factor imitativo de hermano mayor pero también de admiración y de referente, aunque luego los estilos se hayan diferenciado. Además, también me ha servido a aprender de sus pasos. Siempre nos dicen que ZOO ha tenido una trayectoria muy progresiva y creo que es porque he aprendido de los pasos de Pablo o de grupos como Obrint Pas. Ciudad Jara y Zoo son proyectos hermanos, nunca mejor dicho, y tenemos un equipo detrás que compartimos.
De hecho, os habéis lanzado al emprendimiento con un sello discográfico
Sí, estamos en la misma oficina de comunicación, de discográfica… Cada vez íbamos abarcando más áreas de trabajo relacionadas con el grupo, tanto en Ciudad Jara como en ZOO, y decidimos probar con nuestra propia estructura y apostar por la autogestión y el control propio de nuestra música. Así nació ZOO Records.
Dime, ¿Se puede vivir de la música?
Se puede vivir de la música trabajando mucho pero es difícil que tu proyecto llegue a generar tanto como para vivir de la música. Y eso en ningún caso depende de ti sino del público, que es quien te va a elegir o no. Nosotros tuvimos la suerte de que el público nos eligiera. No le diría a nadie que se puede vivir de la música, como que tampoco se puede vivir de la hostelería porque se puede vivir si el público o los clientes te eligen.
Se complica un poco más con las nuevas restricciones en los conciertos…
Exacto. Los conciertos son el 80% de los ingresos de la banda y ahora sí que es verdad que los aforo se están reduciendo un montón pero hay que adaptarse y asumir que los ingresos van a ser mucho menores pero también hay que valorar el esfuerzo que está haciendo el público. Por ejemplo, en la preventa del disco, cuando hoy en día casi nadie escucha CD, estamos vendido muchísimos discos. Y en ese acto de comprar el CD también hay una voluntad de apoyar al sector cultural, que está pasando un mal momento.