DE LA VÍA P'ARRIBA / OPINIÓN

Paracetamol

1/04/2021 - 

Ayer me enteré de que no se fabrica ni un gramo de paracetamol en ningún país de Europa. Dependemos de países como China o Estados Unidos para importar uno de los analgésicos que más se consume en España. De hecho se consumen 12,8 millones de unidades solo aquí según datos de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles. He estado siguiendo con curiosidad esta semana la crisis del buque Ever Given, varado en el Canal de Suez y he descubierta una realidad absolutamente oculta para mi.

No tenía ni idea de las toneladas de productos que llegan a Europa por ese conducto, no era ni siquiera consciente de la cantidad de comercio marítimo que existe a nivel mundial y no sabía además, que Europa dependía tantísimo para el abastecimiento de productos de todo tipo, de la llegada de esos inmensos barcos a los diferentes puertos, cargados hasta la bandera de contenedores.

Los seis días que ha estado bloqueado el canal han ocasionado unas pérdidas económicas en todo el mundo y unos problemas de abastecimiento que ponen los pelos de punta. No se por qué lo fiaba yo todo a los aviones y y el transporte por carretera.

A mi lo del paracetamol que descubrí gracias a la euro parlamentaria Inma Rodríguez-Piñero me ha dejado descolocada porque, igual que algunos críos piensan que la leche sale del supermercado, en mi subconsciente los analgésicos brotaban en las farmacias. Está claro; en la próxima ola de la pandemia, además de papel higiénico y levadura, haré acopio de paracetamol.

Fuera de bromas y recordando que los medicamentos deben ser recetados por un médico, todo lo ocurrido esta semana me recuerda la insistencia, especialmente en Elche de la Associació Per el Desenvolupament Rural del Camp d'Elx, de alertarnos de la necesidad de garantizar la vida rural, las rentas vinculadas a la tierra y la sostenibilidad del desarrollo del campo. ¿Se imaginan si en Elche o en España dejáramos de tener producciones agrícolas o ganaderas y dependiéramos para comer de lo que nos llegara desde otros lugares? Podríamos vivir sin paracetamol pero no sin lechugas, cereales o naranjas.

La producción local de alimentos y productos básicos y el control sobre algunos otros productos estratégicos o esenciales debe entrar en las agendas de los gobernantes.

La pandemia, lo que está pasando con las vacunas, lo que ocurrió con las mascarillas o los respiradores y el atasco de buques mercantes en el Canal de Suez nos deben obligar a repensar hacia donde vamos. El maravilloso mundo globalizado al final no tenía solo ventajas y las debilidades que se están destapando son muy peligrosas. La deslocalización de empresas busca sobre todo ahorrar costes trasladando la producción a países donde es más barato producir, pero si la mercancía debe luego recorrer miles de kilómetros y exponerse a circunstancias imprevisibles quizá no debamos poner todos los huevos en la misma cesta.

He leído estos días que parte de los Fondos Europeos de Recuperación van a ir condicionados a proyectos que trasformen la economía de los países que los van a recibir. Es una buena idea, repensar hacia donde vamos y si habíamos contemplado todas las variables o si la nueva realidad que la pandemia nos ha dejado nos obliga a reflexionar sobre nuestro futuro y desarrollo como civilización. Lo que está claro es que no podemos seguir moviéndonos por inercia o dejándonos arrastrar.

Cada vez tengo más claro que nuestra especie no está tocada por una divinidad que nos ha situado en la supremacía invencible de nada. Ya se extinguieron unos y podemos extinguirnos otros.

Dice Yuval Noah Harari que el éxito del homo sapiens se debe a su gran capacidad de cooperar a gran escala. Así hemos encontrado la vacuna contra el Sars-Cov-2 pero también con la vacuna se están viendo algunas de nuestras limitaciones, o de nuestro sistema. El secreto de las negociaciones de los contratos, especialmente del precio, las corruptelas en algunos intermediarios, los estados abusones, las multinacionales farmacéuticas que mercadean para ganar más con unos países que con otros, los seres humanos de primera y los de segunda o tercera en los que en sus territorios no pueden ni entrar en la subasta mundial para ver quien se queda antes con el lote y vacunar así primero...