VALÈNCIA. Los resultados de las elecciones autonómicas del pasado 28 de abril ofrecieron una victoria al bloque de izquierdas por 52 escaños frente a los 47 que obtuvo la derecha. Unas cifras que permitirán, a priori, que el socialista Ximo Puig pueda revalidar su cargo como jefe del Consell -el PSPV ha logrado mayor número de escaños (27) que Compromís (17) y Podem (8)- y, por tanto, la reedición de un Botànic II.
Un nuevo Gobierno valenciano que, en esta ocasión y a diferencia de 2015, estaría integrado también por el partido morado. No en vano, esta es una de las pretensiones de los dirigentes del partido. Sin ir más lejos, el candidato a la Presidencia de la Generalitat de Podem, Rubén Martínez Dalmau, ya había advertido en alguna ocasión que esta era la intención en sus filas e incluso se aventuró durante la campaña a definir algunas de las consellerias que el partido de Antonio Estañ quiere pintar en el futuro diseño del Ejecutivo valenciano como la de Feminismo y LGTBI.
No obstante, la formación -en concreto su secretario general, Estañ- anunció este martes que realizarán una consulta a sus bases para dilucidar si deben dar este paso adelante o, en caso contrario, seguir el camino marcado en 2015. Y aunque todo apunta a que la respuesta de los inscritos de Podemos será favorable -en el partido se muestran convencidos de que así será-, el anuncio no deja de resultar paradójico. Más aún después de haber garantizado públicamente en reiteradas ocasiones que en esta legislatura que viene "Podem se sentará en la mesa del Consell junto a PSPV y Compromís".
En este punto, conviene apuntar que el exsecretario general de Podem en la Comunidad Valenciana, Antonio Montiel, que abandonó la candidatura autonómica de los morados para estas elecciones con duras críticas a su formación, recordó el pasado viernes que en 2015 -cuando él era el candidato de la formación a la Generalitat- se planteó una consulta a las bases antes de realizar cualquier afirmación sobre si iban a entrar en el Consell, o no. Con ello, lanzaba una advertencia a la estructura orgánica actual del partido de los círculos para que se respetaran cada uno de los pasos que debería dar Podemos antes de tomar una decisión de ese calado.
Ahora bien, el secretario general de Podem en la autonomía no aclaró los plazos en los que debería realizarse la consulta a sus bases para determinar si entran en el Ejecutivo, o no. Una cuestión que no es baladí si se atiende al calendario parlamentario: el 16 de mayo quedarán conformadas Les Corts Valencianes, y en el plazo de los 12 días posteriores el presidente de la institución -que previsiblemente será de Compromís- deberá proponer un candidato a la Presidencia de la Generalitat.
Teniendo en cuenta que las elecciones municipales son el próximo 26 de mayo, está previsto que esta propuesta se realice el 27 ó 28 de mayo, pero no antes para no "contaminar" la campaña local, tal y como barruntan socialistas y valencianistas.
A partir de entonces, el presidente de la Cámara convocará un pleno entre los tres y siete días -aproximadamente la primera semana de junio- posteriores para que el candidato a jefe del Consell exponga su programa de gobierno; y tras 24 horas de receso, los grupos parlamentarios intervendrán para valorarlo y esclarecer si el aspirante contará con sus apoyos, o no. Si es favorable, será investido. Si no consigue los votos suficientes, se ofrecerá un receso de 48 horas para tratar de ser investido en segunda vuelta tras las reflexiones y negociaciones de los grupos.
Con todo, Podem cuenta con aproximadamente un mes para organizar su consulta a las bases.
Por otra parte, Podem retomó este martes su idea de celebrar una comisión de seguimiento del Botánico para analizar qué se ha hecho y qué ha quedado pendiente de la legislatura pasada. Una suerte de examen que sirva como punto de partida a las tres formaciones que integren el futuro Gobierno -PSPV, Compromís y ellos mismos- y marquen los ejes del futuro acuerdo.
En opinión del secretario general de Podemos, Antonio Estañ, es algo necesario para "recuperar los apoyos perdidos", ya que aunque el bloque de izquierdas ha vuelto a ganar al de la derecha, lo ha hecho con una distancia menor que en la anterior legislatura y "el Botánico ha perdido fuerza en este 28 de abril". Especialmente, por la pérdida de representación de su propia formación, que ha pasado de 13 a 8 escaños, y de Compromís, que perdido dos diputados respecto a las anteriores elecciones autonómicas.
La intención de realizar este análisis tras el adelanto electoral no agradó a Compromís, que rehusó la invitación de manera indirecta no contestando a las misivas de los morados. A juicio de los valencianistas, no tenía sentido estudiar qué había quedado pendiente de aprobar en la legislatura cuando Podemos se había mostrado favorable a adelantar las elecciones y fue, precisamente por esta razón, por la que algunas de las iniciativas del Botánico quedaron en el cajón.
Esto es, la decisión del president de la Generalitat, Ximo Puig, de adelantar las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales del 28 de abril tambaleó los cimientos del Botànic. Cargos de Compromís, contrarios desde el principio a que se ejecutara esta posibilidad porque una cita en las urnas solapadas iba a perjudicarles -tal y como los resultados han confirmado- al ser una fuerza eminentemente autonómica, manifestaron que la resolución y actitud del jefe del Consell no había sido leal con los valencianistas.
A pesar de las reticencias de Compromís, Podem no se mostró tan reacio a esta pretensión. De hecho, más tarde se supo que Puig se había reunido con los morados -que no formaban parte del Ejecutivo valenciano- dos días antes que con la propia vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, para trasladarles su intención de adelantar las elecciones autonómicas. Un encuentro en el que la formación que dirige Antonio Estañ no recibió la noticia de forma hostil, pues con el desplome que le vaticinaban las encuestas a nivel autonómico, la coincidencia con las generales podría servir para obtener un mejor rendimiento en los comicios en la Comunitat Valenciana debido a la implicación en la campaña electoral de Pablo Iglesias. El tanteo de Puig a Podem antes que su socio en el Consell, por tanto, sirvió para explorar la disposición de la tercera pata del Botànic que podía ser más beneficiada con esta determinación y, de esa manera, no adoptar el peso de la decisión en solitario con dos socios de gobierno en contra.
Con este escenario, Podem puso encima de la mesa la necesidad de que los tres partidos firmantes del Pacto del Botánico mantuvieran una cita para analizar cómo se podrían sacar adelante todas las cuestiones que habían quedado pendientes de validar en la legislatura y así se lo trasladó a PSPV y Compromís. Sin embargo, los valencianistas no estaban dispuestos a acceder a ello. "O tiempo, o elecciones anticipadas. Lo que no tiene sentido es estar a favor del adelanto electoral y a la vez juntarse para ver qué cosas han quedado pendientes de aprobar por ese adelanto", explicaron entonces desde Compromís a Castellón Plaza.