Madrid, 17 mar (EFE).- Podemos ha logrado reeditar con IU y Equo los acuerdos para concurrir a las elecciones, aunque en esta ocasión con menos apoyo de las bases de ambas formaciones. Por el camino se ha dejado la confluencia en Galicia con En Marea, y en la Comunitat Valenciana no ha podido sumar a Compromís. Podemos ha afrontado estas negociaciones con las encuestas a la baja y un CIS que le da en cuarta posición, un escenario opuesto al de junio de 2016, cuando la formación morada tenía una marca sólida y expectativas de adelantar al PSOE.
Si entonces el 84 por ciento de las bases de IU apoyaron el plan del coordinador federal, Alberto Garzón, de confluir con Podemos, en esta ocasión solo un 61 por ciento de los votantes en la consulta ha apostado por unirse. Votaron 20.000 personas, casi el doble de las 10.387 que han participado ahora. Unos datos que, según reconoce a Efe un miembro de la dirección, son "malos" para Alberto Garzón y muestran cierto "cabreo" con el dirigente, que ha logrado situar a Enrique Santiago como número 3 en Madrid pero no a su candidata Esther López Barceló, que perdió las primarias para ser la segunda de Unidas Podemos por Valencia.
El Partido Comunista de España (PCE) se garantiza ahora dos de los tres puestos de salida que tendrá IU en Unidas Podemos: al del número 3 por Madrid se suma el 2 de Valencia para Roser Maestro. También los afiliados y simpatizantes de Equo ratificaron esta semana por la mínima -un 51,7 %- el acuerdo de coalición alcanzado con Podemos para las elecciones generales del 28 de abril, que solo da a la formación ecologista un puesto de salida -el de Juantxo López de Uralde- frente a los tres diputados que tiene ahora.
En Galicia, Podemos no ha logrado reeditar el pacto que en 2016 le llevó a presentarse con "En Marea", y en esta ocasión confrontará en las urnas con el partido de Luís Villares, que se queda además con la marca de 2016. Yolanda Díaz será previsiblemente la candidata de "En Común Unidas Podemos", el nombre de la alianza electoral de Podemos con IU y Equo a la que tampoco se sumará Anova del histórico Xosé Manuel Beiras, que no participará en las generales.
Si en la Comunitat Valenciana Compromís rechazó ir de nuevo en coalición con Podemos, en Cataluña se reeditará el pacto con Catalunya en Comú -el partido de Ada Colau- para el 28-A pero en un contexto de división, puesto que el sector soberanista liderado por Joan Josep Nuet se ha ido a Esquerra Republicana. Las bases de los 'comunes' ratificaron la propuesta para concurrir junto a Podemos en las elecciones generales en una consulta que bendijo a Jaume Asens, afín a Pablo Iglesias, como candidato al Congreso por Barcelona.
Otros partidos que también se suman a la confluencia son en Navarra 'Batzarre' y en Huesca 'Alto Aragón en Común'. Además, en Navarra, se ha conformado la candidatura conjunta al Senado "Cambio-Aldaketa" con Geroa Bai, EH Bildu y Izquierda-Ezkerra y en Mallorca la marca será Unidas Podemos Veus Progressistes. Pese a las fugas, la dirección de Podemos se muestra orgullosa de haber reeditado el "acuerdo histórico" del 26-J, que le llevó a obtener 71 escaños y más de cinco millones de votos.
Con su unión, IU y Podemos perdieron entonces 1,2 millones de votos respecto a los comicios de diciembre de 2015, en un resultado que Pablo Iglesias calificó de "no satisfactorio" pero que de reeditarse ahora sería un éxito absoluto para Unidas Podemos, según admiten a Efe dirigentes de la formación. A todos los que entonces depositaron en las urnas las papeletas de Unidos Podemos apelará en la campaña, con el ánimo de demostrar que su paso por el Congreso ha visibilizado que sus principios son los mismos que los de cuatro años atrás y que no tienen miedo a enfrentarse a los poderosos, explican a Efe varias fuentes de la formación morada.
Además de alertar del retroceso que supondría un gobierno de las tres fuerzas de la derecha -PP, Cs y Vox-, Podemos confrontará al PSOE para demostrar que siempre acaba cediendo frente a los poderes económicos a diferencia de la formación morada, que apelará además a los indecisos para tratar de combatir el efecto de las encuestas.