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Profesores de Matemáticas piden cambios en las pruebas de acceso a la universidad

La FESPM califica de "inadmisible" del suspenso generalizado en la Comunitat Valenciana y pide fomentar razonamiento antes que memorización

10/07/2019 - 

VALÈNCIA (EP). La Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM) recalca que el trabajo de los docentes "no debe ser adiestrar para un examen" y, por lo tanto, consideran que la prueba de acceso a la universidad (EBAU) es "necesaria pero, tanto ella como el modelo educativo, necesitan cambios".

La entidad, que agrupa a más 6.000 docentes de toda España, se pronuncia de este modo en un comunicado hecho público coincidiendo con la polémica generada en torno al examen de Matemáticas II de la selectividad en la Comunitat Valenciana, que ha arrojado una nota media de un 4,7 y un porcentaje de aptos del 42,9%, unos resultados que la federación tilda de "inadmisibles".

Las instituciones y sociedades vinculadas a la educación matemática "llevan años denunciando que es necesario hacer cambios, tanto en el modelo, como en la prueba de acceso a la Universidad, en lo que se refiere al examen de Matemáticas". La prueba es necesaria, pero el modelo es cuestionable por diversas razones, entre ellas, el círculo vicioso, la confusión de objetivos, la descoordinación entre autonomías y las incertidumbres, subjetividades, inercias y resistencias al cambio", argumentan.

"Lo hemos visto --prosiguen-- estos días con los inadmisibles resultados de alumnas y alumnos valencianos y de otras comunidades autónomas en la prueba de acceso a la universidad, donde la nota media ha sido un 4,5, un suspenso generalizado y la nota más baja de esta década".

Añaden que los estudiantes han calificado el examen de difícil, cuando desde la FESPM creen que "cualquier pupilo de su nivel debería ser capaz de resolverlo si de verdad le han enseñado la materia con criterio, con razonamiento y sin ser adiestrado con exámenes de otros años".

En esta línea, hacen notar que las pruebas de acceso "condicionan" el modelo de enseñanza en segundo curso de bachillerato y, a su vez, el modelo de enseñanza condiciona el tipo de pruebas que se hacen. Esto produce, aseveran, "un efecto no deseable, un círculo vicioso, que se traduce en inercias y resistencias al cambio hacia un modelo más centrado en las competencias que en los procedimientos".

"Para romper el círculo vicioso --proponen-- es necesario avanzar hacia unas pruebas que sirvan realmente para alcanzar los objetivos de pensamiento crítico, razonamiento y madurez que se requiere para el acceso a los distintos grados universitarios". "Por lo tanto, los cambios en el tipo de prueba y en el modelo de enseñanza deben ir de la mano", inciden.

"De esta forma, si se cambia el modelo educativo, se espera que se prime la formación matemática, significativa y competencial de los estudiantes, frente a la formación instrumental, reglas sin razones y procedimientos sin razonamientos", agregan.

"Todos están de acuerdo en cambiar a un nuevo modelo de prueba que evalúe más por competencias, y la clave para ello es la resolución de problemas, evitando ejercicios tipo, de modo que el trabajo de los profesores en segundo de bachillerato no se centraría tanto en preparar y adiestrar para un examen, sino en enseñar a razonar mostrando caminos y enseñando teorías aplicables a esos problemas. El trabajo de cambio de estas pruebas no debería ser brusco, sino pausado y necesitaría un programa piloto", afirman.

En este contexto, defienden que "los encargados de diseñar las pruebas de las distintas autonomías deberían trabajar coordinadamente". "La prueba debe ser lo más homogénea posible, evitando, en un contexto de distrito único como es el actual, diferencias discriminatorias en niveles de exigencias y demandas", reclaman.

La federación advierte, además, que, si se quieren hacer unas pruebas que no sean rutinarias, el tiempo dedicado al examen de Matemáticas debe ser superior al que se dedica actualmente, "porque se debe dar tiempo para razonar y justificar". "El formato del examen y el tipo de preguntas no tienen por qué estar encorsetados en un folio. A tal fin, es recomendable tener en cuenta lo que hacen bien en otros países que nos muestran que es posible proceder de otra manera", instan.

Uso de calculadoras

La Federación reivindica también el uso de las calculadoras, teniendo en cuenta que estamos en el año 2019, y solicita que se admita el uso de cualquier tipo y modelo, para que los estudiantes se centren en el razonamiento y justificación de los procesos.

Para ello, insisten, "las pruebas deben dejar claro que esto, razonamiento y justificación, es lo que hay que valorar en las respuestas de los estudiantes y no el simple hecho de dar la solución correcta".

"Si la normativa vigente contempla el uso de las tecnologías, cuesta entender la resistencia de algunas autonomías, a aceptar la calculadora en las pruebas", concluyen.

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