CASTELLÓ. Investigadores del instituto de Salud Carlos III han liderado una investigación que ha sido publicada en la prestigiosa revista Plos Pathogens y que describe un defecto genético en el gen de la Transportina 3 que es el causante de esta Distrofia Muscular de Cinturas 1F y a su vez que protege frente a la infección por el VIH.
Para este estudio ha sido esencial la participación de la Asociación Conquistando Escalones que la forma una familia de Vila-real que padece una enfermedad degenerativa, muscular y hereditaria llamada Distrofia Muscular de Cinturas 1F (LGMD1F) desde hace 8 generaciones. Actualmente y pese a sus problemas de salud y movilidad, no cesan de realizar campañas y eventos para poder pagar las investigaciones que buscan una cura para ellos y gracias al descubrimiento realizado en los últimos años, una posible y nueva vía para frenar la infección del VIH.
El estudio publicado, del que es primera firmante la Dra Sara Rodriguez-Mora y autores de correspondencia la Dra Mayte Coiras y el Dr José Alcamí, investigadores de la Unidad de Inmunopatología del SIDA del Instituto de Salud Carlos III, forma parte de un consorcio internacional integrado por el Hospital La Fe de Valencia liderado por el Dr Juan Jesús Vilchez, el grupo del Dr Zeger Dbyser de la Universidad de Lovaina en Bélgica y el Dr. Rubén Artero de la Universidad de Valencia.
Este proyecto ha sido financiado en gran parte gracias al crowfunding de los pacientes afectados Asociación Conquistando Escalones y a la plataforma Pecipita. La Fundación Merck Salud y la Acción Estratégica de Salud del Instituto Carlos III han contribuido también a la financiación del proyecto.
La Transportina 3 es una proteína celular que tiene como función el transporte de proteínas entre el citosol y el núcleo de la célula. En 2008 una serie de trabajos demostraron que esta proteína es esencial para la infección por el VIH. Posteriormente, investigadores de los hospitales Vall d´Hebrón en Barcelona y La Fe en Valencia describieron que pacientes con una enfermedad muscular rara – miopatía de cinturas tipo 1F, LGMD1F en sus siglas en inglés- que afecta a una única familia en España e Italia eran portadores de una mutación en el gen de la Transportina 3.
Los investigadores de la Unidad de Inmunopatología del SIDA del Instituto de Salud Carlos III propusieron la hipótesis de que debido a dicha mutación los pacientes afectados serían resistentes a la infección por el VIH. Esta hipótesis ha sido confirmada y en el artículo publicado se describe el mecanismo que bloquea la infección por el VIH. Se trata de la segunda mutación genética en la historia que protege frente a la infección por el VIH.
La Transportina 3 actúa a varios niveles en el ciclo del VIH, el transporte citosólico de la cápside, el transporte al núcleo y la integración del genoma del virus en el ADN celular. Los resultados obtenidos sugieren que en los pacientes portadores de la mutación, el transporte al núcleo y la integración se encuentran profundamente alterados.
“Los virus portan información genética necesaria pero no suficiente para para completar su ciclo replicativo. Necesitan para esto proteínas de la célula y se transforman en parásitos que se adaptan a las rutas celulares que les permiten multiplicarse. Entre las proteínas a las que se adaptan son las que regulan el transporte intracelular. El VIH se ha adaptado a utilizar la Transportina 3, un autobús molecular que transporta proteínas del citoplasma al núcleo- para alcanzar su objetivo final que es la integración en nuestros genes. Podemos considerarlo un “polizón” de la línea Transportina 3”. Explica el Dr José Alcamí.
Según los investigadores del Instituto este descubrimiento permite por una parte comprender cómo el VIH alcanza el núcleo celular y nos infecta, pero nos ayuda también a explicar por qué la mutación en Transportina 3 origina la enfermedad muscular en los pacientes ya que entre las proteínas que transporta se encuentran factores que regulan la expresión y procesamiento de proteínas musculares.
“Nos encontramos ante una situación excepcional, en una frontera común entre enfermedades raras y enfermedades infecciosas, – destaca el Dr Alcamí- ya que la Transportina 3 mutante está implicada en dos enfermedades: origina una distrofia muscular hereditaria y protege frente a la infección por el VIH. Si logramos entender los mecanismos subyacentes podremos diseñar estrategias farmacológicas y de terapia génica para por una parte bloquear la infección por el VIH en linfocitos y por otra anular la acción de la Transportina mutante a nivel muscular y mejorar así los síntomas de la enfermedad”