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Puig mira hacia Alicante como tabla salvavidas para su reelección... aunque le pueda salir caro

21/09/2020 - 

VALÈNCIA/ALICANTE. Los congresos socialistas todavía no tienen fecha aunque, como límite, deberían celebrarse a lo largo del próximo año. Con permiso, eso sí, de los problemas que acarree el coronavirus. A priori, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ajustaría a los plazos y cumpliría cuatro años de liderazgo, aunque algunos no descartan que pudiera atreverse a adelantarlo si aprobara con solvencia los presupuestos. Tras ese cónclave, Ximo Puig deberá enfrentarse a su proceso de reelección como máximo responsable del PSPV, un cargo esencial si quiere volver a ser candidato a presidir la Generalitat.

Como ya ha venido informando este diario, los movimientos estratégicos de cara a ese futuro congreso se vienen sucediendo desde la llegada del desconfinamiento. Aunque la preocupación principal es la expansión de la covid-19, los dirigentes socialistas no dejan de observar con el rabillo del ojo las distintas operaciones para ganar centímetros en el ámbito orgánico de cara a la mencionada cita congresual. Sin ir más lejos, el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, realizó hace unas semanas algunos nombramientos en el Consell que tenían un notable aroma a estrategia interna del partido.

En la otra orilla, el sector opositor más importante el también líder del PSPV es el llamado 'abalismo'. Los seguidores del ministro son destacados especialistas en mantener el pulso orgánico de manera prolongada: de hecho, tal y como informó este diario, el alcalde de Burjassot, Rafa García, que ya se presentó frente a Puig en 2017, parece dispuesto a volver a dar el paso para luchar por el liderazgo del partido con el apoyo, precisamente, del sector 'abalista'.

Ahora bien, desde el entorno de Puig vienen poniendo la mirada desde tiempo atrás en la provincia de Alicante. Una demarcación siempre clave para lograr una victoria en el congreso dada su importante masa de afiliación: más fundamental si cabe ante la situación compleja que el 'ximismo' atraviesa en Valencia, donde el 'abalismo' es fuerte y donde existen otras familias socialistas que se han distanciado del presidente en los últimos tiempos.

La ventaja del líder del PSPV, o así lo consideran fuentes de su entorno, es que en Alicante el 'abalismo' no tiene el sentido de pertenencia que sí ostenta en Valencia, donde el ministro siempre ha ejercido su mayor influencia. En este sentido, en el sur se hace la distinción entre 'sanchismo' y 'abalismo': o lo que es lo mismo, grupos o dirigentes que estuvieron con Pedro Sánchez pero no significa que deban obediencia a las huestes de Ábalos.

En este punto, se pueden producir distintas negociaciones que escapen a la red del ministro y que supongan un beneficio para la reelección de Puig como líder del PSPV y, posteriormente, como candidato a la Generalitat. Así, uno de los puntales más importantes del 'sanchismo' alicantino es, sin duda, el exalcalde de Elche y diputado nacional Alejandro Soler, quien además ostenta el cargo de secretario adjunto de Política Municipal en la Ejecutiva Federal del PSOE.

Distintas fuentes del partido apuntan al interés de Soler en convertirse en próximo secretario general de la provincia de Alicante, un cargo que se dirimirá en un congreso que será posterior al de la reelección de Puig. ¿Podría producirse un acuerdo para que Soler y los suyos apoyaran al presidente para después recibir lo propio para liderar la provincia? Pocos se atreven a afirmarlo pero nadie se lanza a descartarlo. 

Una alianza de estas características mejoraría notablemente las opciones de Puig ante una eventual candidatura 'abalista' por el liderazgo del PSPV. Ahora bien, dejaría un escenario para el 'posximismo' en el que las tres provincias podrían estar en manos de dirigentes que no tuvieran deuda alguna con los herederos del presidente de la Generalitat. Una posibilidad que no agrada demasiado al entorno de Puig, que considera que la lógica debería apuntar a un apoyo cerrado al actual líder del PSPV por lealtad a su cargo como jefe del Consell. Una tesis que no comparten otras familias socialistas, que consideran que Puig ha desatendido el partido desde que pisara el Palau de la Generalitat.

Sin embargo, lo que sí parece claro es que el entorno de Soler no está satisfecho con la alianza que suscribieron con los ximistas en el anterior congreso, y que llevó al actual alcalde de Xàbia, José Chulvi, a la secretaria provincial. Y de ahí que los sanchistas de Alicante busquen ahora asumir esa responsabilidad, quizás con los excluidos de aquel cónclave.

De esta manera, Puig sólo puede apoyarse en sus feudos tradicionales: Alicante ciudad, con el permiso de Ángel Franco, y algo de la comarca de L'Alacantí; los apoyos de los alcaldes Elche, Alcoy, La Vila y Elda, y parte de la Vega Baja y de la agrupación de Benidorm. A nivel de las bases, y a tenor los últimos congresos comarcales, los sanchistas ya controlaban tres comarcas: la Marina Alta, el Alto Vinalopó y el Baix Vinalopó; en cambios, los ximistas retienen la Vega Baja, L'Alacantí (por el peso que tiene Alicante) y L'Alcoià-Comtat. En la Marina Baixa hubo acuerdo entre las dos facciones. Sin embargo, el peso de los sanchistas ha crecido mucho en los últimos tiempos, como se pudo ver en el reparto de los diputados provinciales: de los 14 que tiene el PSPV, hay siete de cada sector. Y al mismo tiempo que ha crecido, también ha habido más distanciamiento de la figura de Chulvi, desde que, además de alcalde, es diputado autonómico. De ahí que los seguidores de Alejandro Soler busquen ahora la secretaria provincial y estén dispuestos a pactar con los perdedores del anterior congreso y con algún elemento nuevo como pueda ser el papel que juegue ahora el portavoz en el grupo socialista de Alicante, Paco Sanguino, un sanchista que ganó las primarias con los votos de los afines de Ángel Franco.

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