Mónica Oltra, Ximo Puig y Rubén Martínez Dalmau, con el Proyecto de Presupuestos 2021. Foto: GVA VALÈNCIA. Si cuando no había pandemia los presupuestos el Consell del Botànic ya eran expansivos, era de esperar que con las necesidades sobrevenidas por la covid-19 y la manga ancha otorgada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el Gobierno formado por PSPV, Compromís y Unides Podem no reparase en gastos. Y no han defraudado. El proyecto de Presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2021 asciende a 25.528 millones de euros, un 11,3% más que el de este año, y el presupuesto no financiero, es decir, el gasto real, asciende a 19.043 millones, un 12,2% mas.
Así, el Ejecutivo presidido por Ximo Puig planea gastar el año que viene 2.072 millones más que lo previsto para este ejercicio en el que las previsiones se han visto desbordadas por la crisis sanitaria y económica. Lo destacable de este presupuesto de crisis no es tanto el aumento de gasto total como que sea general para todas las consellerias, tengan o no que ver con la pandemia. Hay que ir al detalle para ver recortes, que podrían justificarse por la necesidad de no disparar más el déficit y la deuda.
Sin duda, la presencia de tres partidos o coaliciones en el Consell ha tenido que ver. Si entre la vicepresidenta y líder de Compromís, Mónica Oltra, y el conseller de Hacienda, Vicent Soler, siempre ha habido tiras y aflojas hasta última hora por los presupuestos de las consellerias de Compromís y PSPV, desde el año pasado hay un nuevo actor, el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, atento a que las dos consellerias de Unides Podem no salgan perjudicado en el reparto.
En el proyecto que Soler entregó este viernes al presidente de Les Corts, Enric Morera, destaca el incremento del 10,4% de la conselleria de mayor presupuesto, la de Sanidad Universal, que alcanza los 7.530 millones. Eso significa que el 39,5% del gasto no financiero de la Generalitat se destinará al departamento que combate directamente contra la pandemia.
Con todo, el departamento que más crece no el de Ana Barceló sino el de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, encargado de paliar la otra crisis, la económica. La conselleria que dirige Rafa Climent eleva su presupuesto un 26,1%, hasta 562 millones de euros.
El sector público empresarial, con cuatro nuevos entes, eleva su gasto un 13,3%, hasta 3.045 millones. Destaca entre los organismos de la Generalitat la Agencia Valenciana de la Innovación que dirige Andrés García Reche, que tendrá un presupuesto de 50 millones, un 84,2% más.
Otras consellerias que crecen por encima del presupuesto son la de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, con un 26,1%; la de Igualdad y Políticas Inclusivas, con un 19,1%, y la de Innovación, Universidades y Ciencia, un 16,8%. Presidencia de la Generalitat dispondrá de un presupuesto un 10,1% superior al de este año.
En el lado contrario, la segunda conselleria en peso presupuestario, Educación, Cultura y Deportes, es una de la que menos crece, un 6,9%. El departamento de Vicent Marzà dispondrá de 4.798 millones, 311 más que este año. Solo una conselleria, la de Participación, Transparencia y Cooperación, crece menos, un 4,6%, hasta 57 millones.
En cuanto a la clasificación económica del Presupuesto, los gastos de personal aumentan un 10,9%, 709 millones más, y alcanzan los 7.191 millones, el 28,9% de todo el presupuesto. La cifra recoge el aumento salarial del 0,9% para todos los funcionarios y empleados públicos, pero el grueso del crecimiento en esta partida se debe a la contratación de personal nuevo, incluidos nuevos altos cargos y asesores.
Las inversiones, tanto directas (capítulo VI) como indirectas a través del sector público (capítulo VII) aumentan un 23,7% y alcanzan los 1.974 millones, mientras que los gastos corrientes también sufren un incremento importante, del 14,4%, y superan los 3.800 millones.
El servicio de la deuda aumenta un 7,3% y alcanza los 6.878 millones. Por encima de todos ellos sobresale el incremento del capítulo de Gastos Diversos, cajón de sastre que con 474 millones se convierte en 'la séptima conselleria' tras crecer un 138,6%.
Cabe reseñar que el Consell ha sido más realista que el Gobierno de Sánchez a la hora de estimar los ingresos -no pocos gobiernos inflan la previsión para cuadrar las cuentas- y ha previsto descensos de recaudación en sus tributos propios debido a la crisis provocada por la pandemia. Así, en Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, ligado sobre todo a la actividad inmobiliaria, prevé una caída del 27,5%, hasta 1.072 millones, y en el de Patrimonio, un 7,11% menos que en el Presupuesto de 2020.
Esa caída de ingresos propios se ve compensada con creces por el incremento de las transferencias del Estado, que el departamento que dirige Vicent Soler cifra en 13.867 millones de euros, 557 más que este año. Esa cantidad incluye las transferencias extraordinarias por la covid, de cuantía indeterminada, que el Consell estima en 1.234 millones basándose en el porcentaje del total que le ha correspondido a la Comunitat Valenciana en el Fondo Covid de 2020.
La diferencia entre ingresos y gastos no financieros es de -1.224 millones, déficit que se cubrirá con deuda pero que no será el déficit presupuestario real. A esta cantidad hay que añadir la "partida reivindicativa" e irreal de 1.325 millones que continúa figurando en las cuentas -no así en los Presupuestos Generales del Estado, de donde debería llegar- y que está destinada a engrosar el déficit y la deuda pública de la Comunitat Valenciana. La suma de ambos déficits alcanza prácticamente los 2.550 millones.
En su presentación en rueda de prensa, Soler destacó que por sexto año y a pesar de las dificultades el Gobierno del Botànic presentaba el proyecto "en tiempo y forma" -el Gobierno de Sánchez los ha presentado con un mes de retraso- y destacó que "son, coherentemente, los presupuestos más expansivos de la historia de la Generalitat para afrontar con garantías la alarma sanitaria y la recuperación económica".
