VALÈNCIA. El pasado 31 de diciembre, la nueva radiotelevisión valenciana emitió por primera vez sus campanadas de fin de año. Seis años después de que Canal 9 retransmitiera la última Nochevieja, los dos rostros conocidos de la nueva televisión pública, Carolina Ferre y Eugeni Alemany, fueron los encargados de despedir el 2018 desde la plaza del Ayuntamiento de València.
Una cita para la que la Societat Anònima de Mitjans de Comunicació (SAMC) contrató los servicios de la empresa Valencia Imagina Televisió SL (ViTV) -productora participada en un 70% por Mediapro y por el valenciano Agustí Mezquida, fundador de Desmesura Films y propietario de la participación minoritaria- después de que ésta presentara un proyecto por la ventanilla única de la página web del ente.
Esto es, a través de un apartado del portal de la Corporació, las diferentes productoras valencianas pueden presentar distintos proyectos. ViTV elevó una propuesta para realizar un especial -en el que se incluían sketches de humor, las campanadas de 2018, las promociones para anunciarlo y los ensayos durante los días previos- que al ente que dirige Empar Marco le pareció una buena sugerencia para terminar el año y dar por primera vez una retransmisión de este tipo en el primer año de emisiones de la nueva radiotelevisión valenciana. El programa, que tuvo una duración de hora y cuarto, tuvo un coste de 65.855 euros -sin IVA-.
La empresa, según aseguran fuentes de la CVMC, se encargó de situar las cámaras alrededor de la Plaza del Ayuntamiento para retransmitir la fiesta que desde los últimos años viene organizando el Consistorio en la noche de fin de año.
En total, ocho cámaras distribuidas de una forma similar a como se realizan las mascletaes de las Fallas: una en el balcón del Ayuntamiento; una grúa al inicio de la plaza para tomar planos aéreos de 7 a 10 metros; otra enfrentada justo en el extremo opuesto de la plaza; cuatro cámaras en el set en el que se encontraban los dos presentadores (edificio justo enfrente del reloj del Consistorio); y otra cámara "autónoma" para conectar con gente a pie de calle -en varias ocasiones se conectó con un casal fallero-, además de una unidad móvil de Mediapro que se encargaba de la realización de la emisión.
Ahora bien, la señal de las campanadas que À Punt contrató con Mediapro -además del resto del programa especial- no fue la única que la productora proporcionó. El Ayuntamiento de València que dirige Joan Ribó, en concreto la concejalía de Cultura Festiva de Pere Fuset, contrató la distribución de una señal limpia de la realización.
Es decir, pagó por las imágenes de la noche que grabaron las cámaras servidas desde la unidad móvil sin ningún tipo de "mosca" o "marca de agua" de ninguna otra televisión para ofrecerla desde los servicios audiovisuales municipales. Así, de un mismo evento, Mediapro ofreció, según fuentes de la CVMC, dos señales y realizaciones diferentes. "À Punt tuvo una señal propia personalizada y por otra parte, el Ayuntamiento contrató a Mediapro una señal pool en unas condiciones técnicas diferentes", explican. Un método que suele ser habitual en televisión al tratarse de dos realizaciones, añaden, y que se ejecutó de la misma manera con otros eventos como la Entrada de Toros y Caballos de Segorbe.
Un servicio por el que el Consistorio tuvo que abonar un total de 17.932 euros -IVA incluido-, gracias a un contrato que no superaba por muy poco el límite que marca la ley -15.000 euros sin IVA- para que la Administración esté obligada a convocar un concurso o pedir más ofertas a otras empresas. Con este servicio podía ofrecer la señal a otras televisiones locales valencianas que así lo solicitasen.
A pesar de contar con una plantilla que supera los 455 trabajadores y con un equipamiento técnico renovado -uno de los primeros pasos que dio el Consejo Rector de la CVMC fue sacar a concurso en el Diario Oficial de la Unión Europea la renovación de los equipos-, À Punt decidió subcontratar este servicio debido a que desde el principio la nueva radiotelevisión valenciana ha limitado la producción propia a la realización de los informativos matinales, vespertinos y nocturnos. Una decisión que se adoptó, según fuentes de la Corporació, por la falta de presupuesto.
El pasado mes de octubre la directora general de la CVMC, Empar Marco, señaló en su comparecencia en Les Corts Valencianes que À Punt necesitaba un aumento de presupuesto para "mantener y aumentar la calidad de servicio público", extenderla a los informativos y al resto de contenidos, y seguir contribuyendo a "dinamizar el sector audiovisual" de la Comunitat Valenciana.
Marco pidió aumentar los fondos de la nueva RTVV de los 55 millones a 69, y así lo fijó el Consejo Rector en su proyecto de presupuesto cuando lo remitió al Consell. Se amparaba en que la ley que dio vida a la CVMC contemplaba que los ingresos de la nueva radiotelevisión valenciana debían consignarse de acuerdo al Presupuesto de la Generalitat Valenciana: nunca podría ser inferior al 0,3% ni superior al 0,6%. La cuantía demandada por la directora general suponía un 0,35%, es decir, se hallaba dentro de los límites de esa horquilla.
Compromís estaba dispuesto a hacer una concesión, pero el PSPV no. La petición, finalmente, fue denegada. Marco aseguró días después de que los grupos parlamentarios resolvieran el principal problema que tenía el presupuesto de 55 millones -el límite de gasto de personal- que À Punt debería renunciar a avanzar en cuestiones como el incremento de la producción propia o la ampliación de la parrilla, que actualmente queda cubierta en algunas franjas horarias con reposiciones.
El momento más visto fue la bajada de la Senyera con un 20,4% de cuota de pantalla, donde À Punt lideró la audiencia por delante del resto de cadenas.