El impuesto de sociedades aumentaría en el marco del Plan por el Empleo de EE UU, que prevé un repunte del tipo fiscal del 21% al 28%
MADRID. En Estados Unidos se espera una subida de los impuestos de sociedades y de la renta de las personas físicas en los próximos 12 a 18 meses. El impuesto de sociedades aumentaría en el marco del Plan por el empleo de EE UU, que prevé -entre otras cosas- una subida del tipo fiscal del 21% al 28%, así como un tipo mínimo más alto sobre los beneficios extranjeros. Ya hemos hablado largo y tendido del impacto estimado sobre los beneficios (una reducción de alrededor del 10%), que los inversores siguen ignorando ampliamente de momento debido al fuerte impulso del crecimiento.
En cuanto a la variación del tipo del impuesto de las personas físicas, la reforma podría resultar más peligrosa para las bolsas. En el marco del Plan para las familias de Estados Unidos, Biden propone subir el tipo marginal al 39,6% a los contribuyentes con ingresos de 400.000 dólares o más y aumentar también de forma considerable el tipo impositivo a las plusvalías para aquellos cuyos ingresos superen el millón de dólares, que pasarán de pagar un tipo básico del 20% al 39,6%. El impuesto del 3,8% a la renta de inversiones que financia el Obamacare se mantiene, por lo que el tipo impositivo total de las plusvalías se situaría en el 43,4% para este grupo de contribuyentes.
Estaríamos casi tentados de decir: 'Welcome to France!'. Esta subida podría tener repercusiones importantes. En efecto, para las personas que ganan más de un millón de dólares, el cambio propuesto del tipo del impuesto de plusvalías lo situaría al nivel vigente a finales de la década de 1970. Si tenemos en cuenta las valoraciones actuales de las acciones, cuesta imaginar que un cambio así no provoque ventas de acciones a corto plazo para asegurar ganancias a un tipo fiscal más bajo.
Vemos otros riesgos que podrían limitar las perspectivas alcistas de los activos de riesgo (nuevas variantes del virus, la reducción gradual del estímulo o tapering en EE UU, un endurecimiento de las condiciones del crédito en China, etc.), pero ninguno de ellos parece importante todavía. Por tanto, seguimos siendo positivos con respecto a la renta variable en los próximos seis a doce meses y recomendamos a los inversores seguir sobreponderando las acciones frente a los bonos. En la renta variable, preferimos los de value frente a los valores growth, los sectores cíclicos a los defensivos y las acciones de pequeña y mediana capitalización, aunque el ajuste de la rentabilidad de los valores de pequeña capitalización ya se haya producido en parte. Además, seguimos vendiendo dólares estadounidenses.
En una cartera de renta variable mundial, nos mantenemos sobreponderados en la renta variable de fuera de Estados Unidos (Europa y mercados emergentes) con una perspectiva de recuperación. Siendo sinceros, el atraso no estaba previsto a principios de año. Por último, mantenemos una baja duración en las carteras y limitamos nuestra exposición al crédito a bonos high yield a corto plazo.
Como pueden ver, creemos que la rotación llamémosla cíclica, va a volver. En este contexto, hemos revisado al alza la ponderación de los bancos con una perspectiva más global, para beneficiarnos de la disrupción del sector, más horizontal que vertical. Pagos, finanzas digitales, fintech, las promesas del amanecer financiero no deberían defraudar esta vez. Las cifras de rentabilidad financiera (ROE) de Goldman Sachs del 30% muestran un entorno favorable a los bancos. A 0,6 el valor contable del sector en Europa todavía es momento de posicionarse.
Laurent Denize es director de Inversiones Adjunto Global de ODDO BHF AM