Más importante el brillo en los ojos que las métricas 

¿Qué 'startups' atraen más a los inversores iniciales?

17/06/2019 - 

VALÈNCIA. El año 2018 marcó un hito en cuanto a la inversión en startups en España: por vez primera se superaron los mil millones de euros. De las 198 operaciones llevadas a cabo en 2018, solo diez de ellas acumulaban el 70% de la inversión. Las mayores rondas se las llevaron Letgo, Cabify y Glovo.  En conjunto, no son muchas las invertidas si de da por válido el dato de las 4.115 startups registradas en España, según el último informe ‘Startup Ecosystem Overview’ de MWCapital.

En este mismo se afirma que la inversión en startups creció un 63,7%. Otra peculiaridad del ecosistema nacional es que más del 80% de las inversiones realizadas se van a Madrid y Barcelona, otro 10% se lo reparten entre Valencia y Bilbao y, el 10% que queda, para el resto del territorio español. 

En cuanto a las actividades económicas, el último informe de la Asociación Española de Bussiness Angels (AEBAN) recoge que, entre los sectores que siguen copando el interés de los inversores están: el software (56%), la banca y las finanzas (31%), el ocio (22%) y el comercio (21%). No obstante, si se suma él área de biotecnología y farmacia (16%) con la de salud (13%) vemos que las actividades empresariales relacionadas con el sector sanitario captan casi un 30% de la inversión. En este sentido, las preferencias están línea con los business angels de Estados Unidos, también con salud y software a la cabeza. 

El ticket medio

En lo que respecta a las cantidades, la media que reserva un business angel español para invertir en startups (un 67%) es de 100.000 euros al año, es decir, que no hay que relacionarlos con grandes patrimonios. Otra característica es que diversifican mucho el presupuesto inversor con un ticket medio por startup de entre 10.000 euros y 20.000 euros. Estas cantidades son más propias de empresas pequeñas o todavía en fases iniciales, aunque el informe de Aeban detecta una tendencia al crecimiento en el tramo de inversiones, de manera que participan cada vez más en rondas de valoraciones más altas que en los años precedentes.

Llama también la atención del informe de Aeban que los inversores son optimistas. Un 6% lo son tanto que dicen esperar que su cartera produzca un múltiplo superior a 20 veces la cantidad invertida, aún sabiéndose que cerca del 40% de los inversores pierden toda o gran parte de la cantidad invertida (según algunos estudios, el porcentaje es bastante más elevado).

Qué les enamora

Pero, antes de llamar a la puerta de un business angel, la mayoría de las startups inician el itinerario mendicante por las personas de su entorno y, luego ya, por las incubadoras y aceleradoras. Aquí entran solo con la idea o con el proyecto todavía en fase preseed o seed. Buscan, sobre todo, un espacio en el que trabajar, encarrilar la idea de negocio con mentores, hacer networking y algo de dinero para empezar el desarrollo.

La palabra que manda aquí entre los inversores es ‘potencial’ y los criterios que les animan a decantarse por un proyecto u otro son bastante más vaporosos que las métricas. Aquí se busca el brillo en los ojos, la ilusión, el sueño, la pasión, la ambición, la obsesión con el proyecto, las personas…

“Validar al emprendedor es muy importante y solo cuando me puedo emborrachar con el emprendedor o con la emprendedora, y no pierden los papeles, entonces valoro el tamaño del mercado, los actores que tiene, analizo el equipo, el modelo de negocio y todo lo demás. Pero si tu no te puedes emborrachar con alguien en cuyo proyecto vas a invertir, no sabes si debajo de la piel del emprendedor se esconde la bestia porque el alcohol desinhibe el control del córtex cerebral”. El comentario anecdótico corresponde a Jesús Alonso Gallo, emprendedor e inversor en serie con más de 25 startups participadas. “La paradoja matemática es que, desde que empecé como inversor en 2012, ninguna de estas startups ha cerrado cuando, en inversión alternativa, deberían haber caído ya 7 u 8”.

Alonso Gallo es, junto a Ismael Teijón, uno de los promotores del fondo de inversión Cupido Capital presentado la última semana. Como cofundador de Demium Startups, Teijón ha tenido la oportunidad de tratar con 1.700 emprendedores “mirarles a los ojos y decir, este es el pata negra que lo va a petar”.

Requerida su opinión sobre cuáles son esos proyectos que más pueden captar el interés de los inversores no profesionales señala: “Yo creo que hay un factor bastante importante y es que el inversor entienda el proyecto. Cuando les empiezas a hablar de blockchain, de robótica y de otras tecnologías se pierden porque no saben muy bien cómo monetiza eso. Para este tipo de proyectos creo que es mejor ir a inversores más especializados, pero si persigues a un inversor particular que se está iniciando en esto, el hecho de que entiendan el proyecto ayuda muchísimo. Muchas veces son problemas que ellos mismos han tenido por eso es más fácil que conecten y empaticen con esa solución”.

La idea de la sencillez como clave para atraer capital inicial fue corroborada por un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Stony Brook, Drexel y la Universidad Villanova. El equipo analizó la relación entre el nombre de una startup y la financiación que recibe inicialmente, y descubrieron que hay algunos rasgos que llaman la atención de los inversores. El estudio reveló que los nombres fáciles de pronunciar suelen resultar más llamativos para los inversores. Compañías con denominaciones cortas y sencillas como Uber o Lyft reciben más dinero,

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