Entrevista

Rafael Carrau (Finest): "Un buen gobierno corporativo ayuda a prevenir conflictos"

7/05/2019 - 

VALÈNCIA. Rafael Carrau acaba de publicar su tercer libro titulado 'Buen gobierno corporativo para pymes' (Editorial Tirant Lo Blanch) donde lleva a cabo un enfoque práctico de lo que puede representar para una pequeña y mediana empresa implantar los procedimientos de gobernanza, responsabilidad social y cumplimiento normativo. Unos criterios que cada vez tienen más en cuenta las empresas a la hora de aplicarlos... y los inversores a la hora de comprar acciones de cotizadas que los cumplan.

El cofundador de Finest Portfolio Ideas -licenciado en Derecho, abogado y asesor financiero- ya reconoció a la Revista Plaza en el número de noviembre del pasado año donde fue el protagonista de la apertura de la sección de finanzas de su afición por la escritura, que se plasmaron en el ensayo 'Qué es la nación' (2006) y el trabajo 'Compliance para pymes' (2016). 

A continuación la charla mantenida con Carrau en la víspera de la presentación de dicho libro en el Centro de Negocios de la Avenida de Francia -justo detrás de El Corte Inglés- este martes 7 de mayo a las 18:30 horas. 

-¿Qué le llevó a escribir el libro ‘Buen gobierno corporativo para pymes’?
-En Finest Portfolio Ideas estamos implantando programas de responsabilidad social corporativa, de cumplimiento normativo y de buen gobierno corporativo. Ello nos ha llevado a diseñar protocolos de implantación en pymes, por lo que pensé en trasladar a un libro lo que es un diseño de trabajo. Las pymes creen que el gobierno corporativo es algo de grandes empresas, y hoy en día todas las empresas pueden avanzar en ese camino. Es más, lo necesitan si quieren crecer.

-¿Por qué es tan importante para una empresa aplicar un buen gobierno corporativo?

-Porque ayuda a prevenir conflictos. En una empresa intervienen muchos agentes (socios, directivos, trabajadores, proveedores, clientes, consumidores…) El buen gobierno ayuda a estructurar bien las relaciones entre todos ellos, que se genere fidelidad de los clientes y proveedores, que se genere retención del talento de los trabajadores, que se cuide bien la relación con todos los socios.  Si hay directivos distintos de los propios socios se aumentará su implicación, y mejorará la comunicación entre dueños y directivos. Son muchas las ventajas que redundan al final en una mejora del resultado en el medio y largo plazo.


-¿Resulta costoso implantarlo en una pequeña pyme?
-No debe serlo. Este es un trabajo que hay que hacer dimensionado a cada empresa y, por tanto, con un coste adecuado a cada una de ellas. Se ha creído que esto era caro, porque se diseñó inicialmente solo para grandes empresas. Precisamente el enfoque del libro, y de nuestros proyectos, es dimensionar el buen gobierno a cada necesidad.

-En líneas generales y desde su amplia experiencia, ¿hay muchas pymes valencianas que lo aplican o hablamos de un reducido número?
-Son cada vez más las medianas empresas valencianas que lo aplican, pero aun son una minoría destacada. Normalmente son empresas de éxito, lo que puede estar interrelacionado. Cuando una empresa crece tiene que regular estas relaciones para que el engranaje  funcione correctamente. En otro caso correría riesgos de generar o sufrir conflictos innecesarios o, cuando menos, incidir en riesgos ni gestionados ni analizados.

-¿Hasta qué punto un buen gobierno corporativo hubiera evitado la desaparición de Bancaja, CAM, Banco de Valencia y Ruralcaja?
-El buen gobierno no sólo es crear normas y buenas prácticas, sino luego aplicarlas. La mayoría de las entidades de las que hablas disponían de protocolos de buen gobierno, pero no los aplicaron, se los saltaron en momentos de exceso de euforia. El buen gobierno hay que crearlo y aplicarlo. Si hubieran aplicado sus propios protocolos no hubieran llegado a profundizar en la crisis como profundizaron. Los tribunales han puesto de manifiesto que en algunos casos esto es así.


-Como conocedor de las cooperativas de crédito y a la vista de que apenas ha habido un par de casos problemáticos, ¿cuentan éstas con buenos protocolos de buen gobierno?
-Últimamente estoy distanciado del día a día de las mismas, y seguramente la situación habrá mejorado. Cuando salí en 2012 pocas cajas rurales contaban con protocolos formales, pero había muchas que, sin protocolos formales, aplicaban rectos criterios de buen gobierno. La prudencia en la gestión era un denominador común de la mayoría de las cajas rurales. Sólo faltó en alguna excepción, que ya lo ha pagado.

-¿Nos queda mucho camino por recorrer en esta materia comparándonos con países de nuestro entorno?
-Creo que sí, en Alemania está muy generalizada la implantación de determinados aspectos del buen gobierno, como la responsabilidad social corporativa en las empresas familiares. Pero aquí estamos en camino. Si revisamos la actividad de instituciones como el Instituto Valenciano de la Empresa Familiar o como la Cátedra de la Empresa Familiar, vemos que las jornadas que organizan para mejorar el gobierno corporativo de las empresas suelen ser un éxito. Eso significa que hay inquietud por parte de las empresas para mejorar en este ámbito. Y cada vez se ven más progresos.

-Mientras tanto los inversores españoles cada vez tienen más en cuenta los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), ¿a qué lo achaca?
-Porque es una tendencia global claramente justificada. Las empresas que cumplen con criterios ASG, reducen sus riesgos. En la medida que reducen sus riesgos reducen eventos negativos en sus cuentas de resultados, por lo que su rentabilidad es más sostenible. Es ese mismo motivo el que lleva a que cualquier inversor se sienta más cómodo con las empresas que se comprometen con protocolos de buen gobierno, de cumplimiento normativo o de responsabilidad social corporativa. Porque son empresas mas fiables. La propia banca ya empieza a sacar líneas de financiación específicas o, cuando menos, analiza estos aspectos para valorar sus criterios de concesión de riesgos. El capital riesgo incluso está sacando fondos específicos que sólo invierten en empresas que cumplan con estos requisitos.

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