mar abierto / OPINIÓN

Regreso al futuro: TIC-TAC

8/06/2021 - 

Como si fueran Marty McFly y Doc en la película de Robert Zemeckis, Back to the future, Pedro Sánchez e Iván Redondo, fingiendo en su interpretación que el preocupante presente está ya solucionado, han dado una patada al balón lanzándolo fuera del estadio, con su Plan España 2050. O sea, para dentro de 30 años. Ahí es nada.

Utilizando como acelerador de la máquina del tiempo, su particular herramienta ‘flux capacitor’, que es la propaganda. Continua en su ya cansina -e ineficaz- política de escaparate y escapismo. Y, además, nos dibujan un futuro que, la verdad, mucho no anima: sin contrato fijo, sin coche, sin pensiones y sin casa. Con más impuestos, escasez de aguas, plagas, menos viajes y más restricciones vitales.

Tenemos un presidente del Gobierno que tanto huye hacia adelante como hacia atrás. Que parece estar siempre corriendo, pero lo hace sobre una cinta estática: así que, mucho aparato y aspaviento pero, en realidad, no se mueve del sitio. Con un enfoque cortoplacista, que no ve más allá de la siguiente elección o, como atajo favorito, de la  próxima moción de censura.

Porque no les hablen de 2050 a tantos españoles que no llegan a final de mes. De éste: junio de 2021. No pongan el foco dentro de tres décadas, cuando no sabemos cómo estará la economía y el empleo en el próximo trimestre. Aunque es claro que, con esta maleta de doble fondo atestada de trucos, trampas y efectos especiales, Sánchez pretende esconder los auténticos dramas del ahora, su estrepitoso fracaso personal en las últimas elecciones de Madrid y el declive progresivo que vaticinan, ya con marcada tendencia, las encuestas.  

Y más grande va a ser la caída, si consuma la decisión, rechazada entre muchos españoles por un número significativo de votantes del PSOE e insignes socialistas como el mismísimo Felipe González, de indultar a los condenados por sedición y malversación de caudales públicos. El pago porque ERC, PdCat y Bildu le hayan mantenido -y mantengan- en el sillón presidencial. Y a pesar de haber asegurado el propio Sánchez, en campaña y  solemnemente, lo contrario.

Decisión que, además, va a tomar el Gobierno, cuando aquéllos apenas han cumplido una cuarta parte de la condena, en contra del criterio de Fiscalía y el propio Tribunal Supremo y mientras desafían abiertamente al sistema democrático asegurando que lo van a volver a hacer. ¿El qué? Delinquir. Y no es cierto que así vaya a pacificarse la convivencia, que rompieron ellos infringiendo la Constitución y el Código Penal. Al contrario, se les carga de razones cuando el propio Presidente afirma que cumplir las Sentencias no es Justicia, sino “revancha y venganza”.

Lamentablemente, entre los varones socialistas, Ximo Puig y la presidenta Armengol se han sumado a “cooperar” con los independentistas condenados. Lo cual no es casualidad, si lo enlazamos con su imaginario eje político Catalunya-País Valencià-Le Illes.

Eso sí, Puig ya ha traslado al Diari Oficial de la Generalitat, los instrumentos para adelantar las elecciones autonómicas. Porque esta vez no quiere coincidir con las generales de un Sánchez en proceso de deterioro.

Y porque -según me cuentan- tiene miedo, y mucho, a un tándem tan potente como el que va a dirigir el PPCV, al que no quisiera dar tiempo. Con dos líderes matrícula de honor, empáticos, sintonizados y muy solventes: Carlos Mazón como Presidente y sólido candidato a recuperar la Generalitat para el centro derecha, y María José Catalá como Secretaria General, cada vez más apuntalada -ya lo verán- para ser la próxima, y brillante, Alcaldesa de Valencia. Con un Ribó nervioso ante esta evidencia -lo demuestra en los Plenos- ausente, asténico y en retirada. Más preocupado por apoyar al Frente Polisario o por convertir la Plaza del Ayuntamiento en un contenedor donde se amontonan maceteros y ocurrencias inconexas, que por acercarse, de verdad, a resolver los problemas de la gente.

Así que, mientras Sánchez -con sus compañeros y socios, también aquí- nos quiere tener entretenidos teletransportándonos a un futuro de atrezzo para desviar la atención de lo que pasa hoy, otros confiamos en esa nueva, y consistente, alineación ‘popular’, con la ilusión, y la convicción, de que es un proyecto ganador.

Una apuesta muy arraigada en el presente y con mucho futuro. La cuenta atrás, ha comenzado. Lo sabemos y lo saben. Así que, como diría Iglesias, TIC-TAC.

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