La crisis del coronavirus sumerge al sector audiovisual en un limbo de incertezas sobre el futuro de los proyectos
CASTELLÓ (EP). El sector audiovisual vive estos días momentos de incertidumbre ante la crisis del coronavirus, con la "paradoja", según el guionista y director Borja Cobeaga, de experimentar un "gran consumo" de contenido en plataformas y televisiones, pero con rodajes pospuestos, proyectos que se han quedado en un limbo sin firmar y con situaciones atípicas, como castings online, para mitigar el parón.
Una de las voces del cine español que se ha visto perjudicada por esta situación es la cineasta Carla Simón, que recibió el Goya a la Mejor dirección novel en 2017 por Verano 1993 y que en los momentos en los que se decretó el estado de alarma en el país, se encontraba en pleno proceso de preproducción de su próxima película, que llevará por título Alcarrás.
Según ha señalado la directora en declaraciones a Europa Press, en el momento en el que se ordenó el confinamiento en los hogares, ella se encontraba en pleno proceso de casting, a falta de una semana de selección de intérpretes para su nueva película, que define como una "crónica de la última cosecha" de una familia, con el trasfondo social de la despoblación y los nuevos modelos de agricultura.
Para esta cinta no recurrirá a actores profesionales, sino a intérpretes noveles, especialmente mayores y niños que la directora estaba empezando a buscar en escuelas y que, a partir de ahora, tendrá que continuar seleccionando a través de un casting online. Con la ayuda de los padres de los pequeños y con el miedo a que este trabajo quede obsoleto debido a la edad de muchos de los protagonistas, el rodaje quizás tenga que posponerse al próximo año.
Simón tenía previsto empezar a rodar entre los meses de julio y agosto de este año, aunque si finalmente el plan de rodaje se retrasa, tendrán como límite el mes de septiembre, momento en que tiene lugar la última cosecha de melocotones del año. Por tanto, existe la posibilidad de que el rodaje quede pospuesto para 2021. "El trabajo hecho no serviría porque los niños crecen", ha lamentado la directora, quien no obstante señala que por encima de todo está la salud de las personas.
En su caso, ha señalado que su rutina de trabajo no ha cambiado y continúa trabajando de día. Aunque tiene una azotea a la que podría subir para despejarse, ha señalado que aún no lo ha hecho por precaución. "No dejo de pensar en la gente que vive en casas minúsculas sin apenas luz, en la gente que tiene problemas para llegar a final de mes", ha reflexionado la directora, quien afirma vivir una "situación privilegiada" por "no sufrir".
En el caso de Borja Cobeaga, el guionista y director cree que la situación de confinamiento ha tenido como consecuencia una paradoja: por un lado, un mayor "consumo" en las plataformas y televisiones y, por otro, rodajes parados y, en su caso, "dos proyectos sobre mesa" que se han quedado "a punto de firmarse". "No es que haya un plazo, sino que en realidad no sabemos ni cuándo acabará ni cuál será la situación cuando acabe", ha indicado el guionista de películas como Ocho apellidos vascos y director de Negociador y Fe de etarras.
Cobeaga, presidente también de la entidad de derechos de autor del audiovisual DAMA, ha señalado que aún es pronto para ver los efectos que puede tener el coronavirus en la recaudación de derechos, aunque está convencido de que la partida que "más va a sufrir" va a ser la de los cines. No obstante, cree que cuando acabe la crisis podría haber un "efecto rebote" en las salas de cine españolas. "A lo mejor pasa todo esto y la gente va en bandada al cine, y se da cuenta de que ver una comedia en casa es menos divertido que verla con 200 desconocidos", ha dicho el cineasta.
El coronavirus no ha afectado demasiado a su actividad principal, la de guionsita, un trabajo "casero" al que está "acostumbrado", aunque su rutina sí se ha modificado, ya que tiene un hijo de tres años y tiene que hacer turnos con su pareja para trabajar. Además, afirma que esta pandemia tampoco le está "disparando" la imaginación y afirma que la película "definitiva" más cercana a la situación actual ya la hizo Nacho Vigalondo con Extraterrestre.
Por su parte, el director Igor Legarreta es otro de los afectados por la crisis del coronavirus, ya que el rodaje de su segunda película, que lleva por título Ilargi guztiak. Todas las lunas, ha tenido que suspenderse a falta de tres semanas de finalizar. Ahora, en casa, los montadores no pueden avanzar en el trabajo del material grabado hasta ahora, porque se encuentran de baja hasta hasta que la situación recupere normalidad.
"Resulta frustrante porque todos hemos pasado por la actividad de un rodaje muy intenso", señala el director, quien no obstante recalca que "lo principal es frenar la curva de contagio". En su caso, como en el de Carla Simón, algún personaje de la película, rodada íntegramente en euskera, es niño, por lo que un retraso en el rodaje puede complicar también la elección de casting.
Guionistas, cineastas, showrunners, publicistas y, en general, mujeres creadoras del audiovisual participarán en un encuentro a cargo de la Universitat Jaume I de Castelló, cuyo objetivo principal es analizar sus obras, pero también conocer cómo heredan y construyen un nombre propio en la industria