VALÈNCIA. Rosana Pastor fue elegida la semana pasada Comisionada para la coordinación del Año Berlanga por la Generalitat Valenciana. Un encargo que tendrá que conciliar con su carrera en el cine, que ahora le tiene viajando en Barcelona para una serie que se verá en Netflix y un documental en el que participa como directora. Pastor será la encargada, en las próximas semanas, de reunir a la comisión del Año Berlanga con el Ministro de Cultura, el conseller Marzà y todas las instituciones implicadas, con el objetivo de poner en marcha -ahora sí que sí- todas las iniciativas que esperan en la línea de salida para lanzarse. Culturplaza repasa algunas de las cuestiones de esta gran iniciativa cultural con la actriz.
- ¿Con qué ilusión coges esta nueva responsabilidad?
- Ilusión mucha, fuerzas… vamos a ver, porque estos momentos, en el tema de la pandemia, todo el mundo tenemos unas fuerzas de subsistencia y llevamos una vida como ir tirando y sacando fuerzas de donde no las hay porque hasta a las personas más animosas esta situación les está tocando. Así que voy a sacar fuerzas para este encargo tan ilusionante, aunque sigo centrada en mi trabajo como actriz y como directora.
- Les Corts, Presidencia… Es una de las pocas ocasiones en las que una iniciativa cultural tiene este reconocimiento tan unánime de todas las instituciones y no se queda solo en la implicación de las culturales.
- Ese es uno de los elementos que hace más estimulante la tarea de coordinar el Año Berlanga. Como tú has dicho, hay unanimidad, incluso todos los partidos políticos y todas las instituciones están remando en la misma dirección. Yo me incorporo, de alguna manera, con el proyecto en marcha; con un coordinador que ha estado recogiendo las diferentes iniciativas de las instituciones. Ahora con mi entrada, y fundamentalmente con la creación de la comisión, podremos empezar a darle forma: se han hecho entrevistas con los responsables de cada administración y ahora toca calendarizar, dar luz verde a las iniciativas… Y en este sentido, es un gozo saber que entras en un lugar sin confrontación. Lo último que necesita la cultura es que viva el enfrentamiento que vivimos en otros lugares de la sociedad, y espero que continue siendo así.
- ¿Va a dar tiempo a poner en marcha y desarrollar en solo un año toda esa batería de propuestas?
- Bueno, por eso te decía que es importante que, al menos, se han poniendo las iniciativas encima de la mesa, y por ejemplo, en marco ya se inaugurará una exposición. Eso ya ha hecho camino. Y por otra parte, una de las primeras cosas que yo voy a plantear en la comisión es que el Año Berlanga, en este caso, no solo puede ir desde enero de 2021 hasta diciembre de este año o enero de 2022, porque -por ejemplo- no podemos olvidar que en marzo del año que viene se celebrarán aquí los Goya y esta gala hemos dicho que sería el colofón (lo tenemos que decidir aún) de este Año. Como mínimo hasta entonces tendremos Año Berlanga, y el reto ahora es todo lo que complica esto la pandemia y darse la energia y la fuerza para dar espacio para que se desarrollen todos los proyectos.
- ¿Ha podido dar la sensación de que el Año Berlanga ha sido una excusa para atraer aquí los Goya? ¿Hay amenaza de que la gala le haga sombra al resto de iniciativas?
- Si esa ha sido la sensación de alguien, es equivocada. Los Goya son un acto importante, un colofón, porque va a atraer muchas miradas hacia la Comunitat Valenciana, porque va a apoyar la industria del cine, que siempre parece que va a despegar y a la que falta un empujón… Los Goya tienen esa importancia, pero eso no puede ser el acto central ni está previsto así, ni el Año Berlanga puede estar construido en torno a esa gala. Siempre se ha pensado que tendría que haber un Año Berlanga y es eso lo que motiva la idea de traer los Goya, pero no al revés.
- Estando el Ministerio de Cultura, la Academia y otras instituciones de ámbito nacional, ¿el Año Berlanga va a coordinarse más en Madrid o en València? ¿quiere mirar hacia adentro y difundir la figura del director en la Comunitat o utilizarlo como escaparate de la cultura valenciana en el resto del país?
- Yo soy de la opinión de que Berlanga no pertenece a nadie. Es un director valenciano, que tiene y bebe de unas raíces valencianas. Berlanga es València, Berlanga es de la Academia (incluso siendo su presidente), Berlanga también es parte de la cultura del Estado Español (porque también ahí desarrolló parte de su obra)… No creo en un “Berlanga es nuestro”, sino en una figura que es universal, y mi tarea como comisionada, una de mis primeras intenciones, es que su figura no quede solo en manos de los eruditos y eruditas del cine o un sector concreto de la población; yo quiero que llegue a las personas que no van mucho al cine, o que les suene pero que no han visto ninguna película de él, a la gente joven… Tiene que llegar a todo el mundo porque muchos de sus mensajes siguen vigente actualmente y nos aporta un retrato sociológico de aquel momento.
Así que lo que quiero es que en la Comunitat, trascienda la barrera de los congresos y el ámbito académico y llegue al máximo número de personas posible, que la gente que pasea por la calle se encuentren con Berlanga y puedan vibrar con este año, y que si quieren, tengan acceso a los actos que se hagan. A un segundo nivel, preguntarnos cómo podemos exportar la figura de Berlanga en el ámbito estatal, y ahí contamos con que la Academia va a hacer muchos actos en Madrid, y por supuesto, está el Ministerio, que no es de Madrid, sino de todas las comunidades autónomas. Mi deseo es que la Comunitat Valenciana fuera el centro, el núcleo, pero Berlanga no nos pertenece a nadie y nos pertenece a todos. Y ya he recibido alguna llamada para poder llevar las películas en otros países y continentes.
- Supongo que tener al lado a la familia del propio Berlanga y a mucha gente cercana a él que sigue activa, o al menos viva, hace la tarea más fácil, por un lado, y más emotiva, por otro.
- En la reunión del otro día con Ximo Puig, conocí al hijo de Berlanga Jose Luis, y hubo una sintonía muy clara, porque tanto él como su familia también quieren que la Comunitat tenga un peso muy importante en este gran homenaje. Hay un enraizamiento claro de la familia en València, aunque una parte importante de su vida la hayan vivido en Madrid. Esta voluntad me alegra mucho compartirla con él y con ello, poder contar con el recuerdo vivo del director desde su propio hijo y otras personas muy cercanas que estuvieron con él hasta los últimos días. Y esto más que emotivo, lo hace cercano.
- Me interesa también el hecho de que tu otra tarea vital haya sido la política porque Berlanga es el director más nombrado -y con diferencia- en ese ámbito, aunque siempre se ha identificado su figura con posiciones conservadoras. ¿El Año Berlanga también ayudará a definir qué es “lo berlanguiano” para evitar usos partidistas?
- La definición de “lo berlanguiano” la dejó clara el propio Jose Luis Borau. Hacer de Berlanga un elemento partidista es un error porque no creo que sea la manera de marcar a un artista, ni a él ni a nadie. Apropiarse de una figura artística está fuera de lugar, e igual como te decía que su legado no pertenece a ninguna administración, intentar hacer de él un instrumento político es exactamente lo contrario de lo que él era. Por definición, él era una especie de ácrata, en el sentido más lúdico de la palabra que trasciende lo político. Enmarcar su vida y obra en una ideología no es lo que toca, como no toca separar o enfrentar, sino todo lo contrario.
- ¿Hasta qué punto va a marcar el coronavirus la agenda del evento negativamente?
- Llegados a este punto, preguntarse cómo podrían ser las cosas en otro escenario no lleva a ningún lugar, así que lo que tenemos que hacer es, con lo que tenemos, lo mejor que podamos. Ahora toca diseñar las actividades para que se puedan celebrar en prácticamente cualquier escenario. Esto es fundamental: el coronavirus no va a frenar las acciones en sí; en qué condiciones se hagan las marcará cada momento de la pandemia. Por ahora, las vacunas van haciendo su camino.