entrevista

Ruth Lorenzo: "Volver a Eurovisión no es algo que necesite ahora mismo en mi carrera"

14/06/2020 - 

CASTELLÓ. Ruth Lorenzo (Murcia, 1984) ya no tiene productora ni pertenece a ninguna discográfica. Pero por no tener, no tiene ni miedo. Y cuando una artista logra esta paz interior se consigue, por ejemplo, que el éxito no lo midan los picos de audiencia ni los likes. Una cantante que llegó a triunfar en un talent show de Reino Unido y que representó a España en Eurovisión jura que así se siente más tranquila. "La música no debe ser todo o nada", dispara en medio de nuestra entrevista. Bajo este convencimiento ha creado Crisálida, su tercer álbum de estudio. Un trabajo que verá la luz en el primer trimestre de 2021 y que ahora adelanta con su single 'Miedo'. No hay pérdida, está inspirado en este renacer personal que atraviesa. Un nuevo espacio que la artista ocupa como compositora, arreglista y productora. Desde aquí va a demostrar que no importa si se está arriba o abajo en la industria, porque hay "muchos grandes" que no estuvieron nunca. 

-En tu single plantas cara al miedo. Le dices, de hecho, que “ya no tienes miedo”. Pero, ¿no resulta imposible dejar de sentir miedo a lo largo de la vida? ¿A qué has dejado de tenerle miedo tú?
-No es que haya dejado de tener miedo. He hecho un ejercicio de mirar al miedo a los ojos. Es un no tener miedo a tener miedo. Hay que aceptarlo y darle el valor que tiene para poder seguir adelante. El miedo es una condición humana, es algo que va de nuestro mano. 

-De hecho, estamos todavía atravesando una pandemia y los miedos que se han sentido durante este tiempo no han sido precisamente pocos. Por lo que hace a la industria musical, ¿eres optimista respecto a su porvenir o piensas que el panorama que se avecina es tenebroso?
-Yo siempre soy optimista. Las crisis en forma de pandemia o económicas siempre van a existir. La única forma de seguir adelante es siendo optimista y trabajando para un futuro mejor.

-En las primeras semanas de cuarentena la crisis sanitaria parecía el único problema presente en la sociedad y la realidad fue más bien otra. La violencia machista no ha cesado, tampoco las vejaciones a personas transexuales y hace unas semanas se producía el asesinato a George Floyd. ¿Ni en momentos extremos la humanidad cambia?
-Yo creo que sí cambiamos, sino no seríamos conscientes de que todas estas cosas están mal. Siempre hay adversidad y es la batalla de la vida. El poder evolucionar se hace superando barreras mentales que tenemos. De igual manera que han continuado actos como los que has nombrado, se han sumado personas hacia el lado contrario. Ahí está la capacidad de cambio. Cuando una parte de la balanza pese más que la otra, el cambio será evidente o existente. Ahora estamos en proceso. Por eso, es importante hacer llegar mensajes positivos lo más lejos posible.

-Siguiendo con tu trabajo, aseguras que el tercer disco es fundamental para una artista y para ti lo está siendo. ¿Qué retos ha supuesto su creación?
-Cuando vas a hacer un tercer disco tienes la opción de coger dos caminos: uno es ir a lo seguro y a lo fácil, y el otro es poder encontrarse de otra forma. Yo he escogido esta segunda opción, como vengo haciendo a lo largo de mi carrera. Me gusta ir a lugares desconocidos. 

-En alguna ocasión has comentado que no estás dispuesta a pasar por el aro de la industria y ahora te vemos con un trabajo que llega sin sello discográfico. ¿Es la consecuencia directa de este posicionamiento?
-Llega con mi propio sello que siempre ha sido una opción válida. Lo han hecho muchos otros artistas. No es una cuestión de pasar por el aro o no. Veo mi arte como una necesidad vital y si no tiene cabida en un lugar específico pues le haré hueco de otra manera. Ni siquiera es un tema de orgullo, de querer hacerlo a mi manera porque sí. La música no debe ser todo o nada, tomar una dirección o ninguna. Hay mil maneras de trabajar.

-¿Apostar por el riesgo es más complicado si se es mujer?
-Siempre pienso que todo es más complicado siendo mujer. Todavía tenemos que demostrar mucho. Incluso nosotras mismas no nos damos nuestro propio valor. Tenemos que justificar que como somos mujeres ahí estamos. 

-No eres una artista que consiga un buen puñado de visualizaciones en poco tiempo, pero sí tienes un fandom muy sólido. ¿Compensa esto último lo anterior?
-Por supuesto. He vivido los dos procesos. El éxito por picos de audiencia y el que tengo ahora, que lo siento más estable. Me siento acompañada en el camino y no utilizada. También está claro que cada uno tiene su manera de trabajar, pero yo me siento orgullosa de haber conseguido por mi propio pie todo lo que tengo. Mi propio éxito.

-Una petición constante entre tus fans es el demandar que se te valore "de una vez por todas" en el panorama nacional ". ¿Te sientes tú también infravalorada? 
-Realmente no me siento infravalorada. Dentro de la industria los profesionales le dan valor a mi música. Igual no tengo la exposición de otros, pero eso es circunstancial. Antes de La Voz Malú tocaba en salas pequeñas y no tenía tanta repercusión. Los artistas tenemos que centrarnos en dar nuestra verdad y yo sé que mi fuerte siempre va a ser el directo, es lo que más me gusta. 

Hay que entender que cada uno tenemos un papel en la industria o una misión y no hay que ponerse a comparar o a analizar. Ha habido artistas en el mundo que han muerto sin reconocimiento. Un caso clave es Eva Cassidy. Reformaba muebles y los fines de semana cantaba en el bar. Pues fue unos de esos directos los que le llevó a la fama después de morir. Por eso, el éxito es realmente hacer lo que te gusta y hacerlo de verdad. Para mi no sería un éxito hacer canciones de las que no me siento orgullosa. Todavía tengo ganas de cantar 'Dancing in the rain', no estoy cansada y eso es un éxito. El que lo mida por clics o likes, es su fórmula y es respetable pero será un drama cuando no los tenga.

-¿Existe además un cierto estigma hacia los cantantes que se dan a conocer a través de talents shows?
-España es un país con sentido del ridículo y miedo al fracaso y por eso tiende tanto a juzgar. Tendemos a clasificar y a arrinconar las cosas y a la vez tenemos un país lleno de talento. Y justo de la combinación de estos dos puntos surge la infravaloración. Hemos tenido artistas muy grandes que no hemos sabido valorar, como Camilo Sesto o Nino Bravo. Cuando se juzga a alguien por la música que hace en televisión y se la cataloga de poco creíble, es el reflejo directo de lo que sentimos sobre nosotros mismos. Los americanos no tienen este problema. Tenemos que hacer ese trabajo de mirar hacía dentro y aceptar lo que somos. Rosalía fue a un talent show y es la reina de España. 

-Lo que puede llegar a asombrar es que esto se produzca incluso dentro del mismo gremio. Sin ir más lejos, el rapero Ayax se molestó con dos concursantes de Operación Triunfo porque cantaron sus canciones durante el concurso. “No manchéis nuestra música con vuestras pasteladas”, dijo. Aunque posteriormente pidió disculpas porque desconocía que eran fans que lo hacían de forma altruista, sin que el programa se lo pidiese.
-Cada artista es un mundo y es único o especial. Prince no dejaba que cantaran sus canciones. No lo comparo con él, pero hay que respetar las decisiones de los demás. Lo que está claro es que si haces arte te expones a que hagan con tu arte lo que perciban o crean. Una vez lo lanzas fuera, tu música no es tuya.

-No se si te han preguntado tantas veces por Eurovisión como las veces que se te ha pedido que vuelvas a representarnos. ¿Te ves haciéndolo en este momento de renacer profesional o sería como volver al inicio de tu carrera?
-Ni una cosa ni la otra. Si se me necesitara lo haría. Imaginemos que Blas Cantó coge mañana un resfriado y no puede cantar y me pide que haga yo su canción, pues adelante. Pero no lo veo como algo que necesite ahora mismo en mi carrera. Quiero centrarme en este disco. Eurovisión es algo que llevo en mi corazón y sé que Blas lo va a disfrutar. 


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