VALÈNCIA (EFE). El vicepresidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) y presidente de la Federación de Contratistas Fecoval, José Luis Santa Isabel, aboga por recuperar la función social de la construcción tras la demonización que ha sufrido durante los últimos años, un sector que tiene que apoyar su reconstrucción en el plan de recuperación de la Unión Europea.
Recién nombrado como uno de los vicepresidentes de la CNC, Santa Isabel señala, en una entrevista con EFE, que el estado del bienestar se asienta sobre la educación, la sanidad y también las infraestructuras para que los servicios estén al servicio de la ciudadanía.
La obra pública, explica, tiene un sentido social que se ha abandonado en su concepto, en su visión, y es el momento de recuperarlo, con el añadido de que es un motor de generación de empleo, permanente y de calidad.
Durante casi cuatro meses las licitaciones públicas han estado paralizadas -el descenso de las licitaciones por el Gobierno ha sido del 54 %, de las comunidades autónomas del 80 % y de las Administraciones locales del 40 %- y el aprovisionamiento de carteras de las empresas se ha dañado.
La CNC "está hablando con todas las Administraciones para que este año se licite lo que estaba previsto y no se recorte; al contrario, se debe hacer un sobreesfuerzo para aumentar las inversiones al doble de lo que hay", afirma.
Para eso "hay que hacer muchas maniobras" y el plan de recuperación tras la pandemia de la Unión Europea debe ser "el pilar de recuperación de la inversión pública".
Santa Isabel lamenta que no se saben explotar las vías de financiación que ofrece la UE y las líneas abiertas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible -el medio ambiente, la sostenibilidad, el ciclo del agua, de los residuos, la vivienda- son "un campo enorme".
"Pero no se ha sabido ir a Europa y traer los fondos que existen; plantear bien los proyectos es la pieza clave", argumenta el vicepresidente de la CNC, que añade la regeneración de los núcleos urbanos, sus dotaciones sociales y sus infraestructuras, ahora que las arcas municipales están saneadas y tienen bajos niveles de endeudamiento.
Según un estudio de Seopan, las necesidades de inversión en España se cifran en 157.000 millones de euros, unos importes que generarían una reversión fiscal de 70.000 millones.
Unas cifras "muy importantes", según indica, porque además de crear empleo en la obra pública, se paga IVA y cotizaciones, "una reversión fiscal indudable".
Por su parte, la Asociación Española de la Carretera cuantifica la inversión necesaria en carreteras y en mantenimiento en 32.000 millones, con lo que "hablamos de 180.000 millones en su conjunto en un horizonte de 10 años", destaca.
Santa Isabel defiende la colaboración público-privada, otra cuestión que se ha "demonizado" pero necesaria en España, y para ello hay que dar seguridad jurídica a los inversores.
También aboga por elaborar un plan de inversiones de infraestructuras periodificado en el tiempo y que sea suscrito por todas las partes, con el fin de que gobierne quién gobierne siga adelante y no se vea sometido a los vaivenes políticos.
Este plan estaría en línea con lo que están impulsando otros países del entorno como Reino Unido, Francia y Alemania y es la ocasión "para no perder el tren de estar entre los países punteros", opina.
En ese planteamiento los campos esenciales que se deberían incluir son el agua (abastecimiento, depuración, encauzamiento de cuencas para evitar inundaciones, obras hidráulicas), la energía (energía limpia, el cuidado del medio ambiente); la vivienda (el déficit de unidades habitacionales para jóvenes, mayores o personas con pocos recursos económicos); la educación (cerrar la etapa de los barracones); y la sanidad.
Santa Isabel insiste en la planificación, tener un horizonte de mercado al que se puedan adecuar las estructuras de las empresas, y señala que el sector de la construcción quiere incrementar su peso en la economía nacional de forma ordenada.
En vivienda, la pandemia ha traído un cambio en los gustos y han recobrado importancia las terrazas, los espacios libres, las zonas metropolitanas y los espacios para el teletrabajo.
"Hay una parte de los cambios que se producen que se quedan en nuestra forma de vida, y la búsqueda de espacios más abiertos y para el trabajo en casa han venido para quedarse y tenemos la obligación de atenderlo", afirma.
También en el propio sector de la construcción se han introducido cambios y, además de intensificarse los cursos de prevención de la salud laboral, se avecinan medidas en la forma de edificar orientadas a una mayor industrialización y menor número de personas aglutinadas en los tajos.