Las nuevas ediciones de Trovam y MUV! hablan de la convivencia entre públicos y de la artificial relación de superioridad entre València y Castellón
VALÈNCIA. En la mayoría de las historias -sobre todo esas en las que ahora el director ha de asegurarse bien de polarizar hasta el extremo lo que ha escrito el guionista- la magnitud del héroe se mide a partir de la entidad del villano. Todo se acaba construyendo con la arcilla de la antagonía -que contiene “agonía”-, por lo que el modelado moral e intelectual de los personajes acaba dependiendo, en gran medida, del su polo opuesto. Cuanto más malo sea el malo, más bueno será el bueno. Muy pocas veces falla esta premisa más allá del imponente caso del Joker de Christopher Nolan, que además alimenta tu magnetismo humano a partir de la figura de Heath Ledger. No hay bueno sin malo, negro sin blanco, rápido sin lento. No hay complejo de superioridad si, cerca, muy cerca, no se ha desarrollado con el sudor agrio del desánimo un buen complejo de inferioridad; de esos que no se curan ni con terapia.
De esto último sabemos bastante en estas coordenadas. De sufrirlo y de infligirlo por efecto espejo. De sentir el febril escalofrío de uno y el reconstituyente calor del otro; de enrojecer la ira por sentirse permanentemente menospreciado, en la situación del secundario eterno, y de henchir los pulmones de poder y superioridad. De ser Steve Buscemi en El Gran Lebowski y estar eternamente fuera de tu elemento, a ser Steve Buscemi con Tom DiCillo o en Boardwalk Empire. La versatilidad de Buscemi es, en realidad, la de todos nosotros en tanto en cuanto somos sujetos pasivos y activos, dependiendo, efectivamente, de quién participe en la escena. El de València, por ejemplo, es fácil: complejo de inferioridad frente a Madrid o Barcelona, y complejo de superioridad con ciudades como Castellón.
Es curioso observar cómo un valenciano se extraña al observar cualquier acto que, desde Castellón, está guiado por la resistencia. No entiende nada. ¿Por qué nos odian? Malditos provincianos. ¿Será por algo que hayamos hecho? No aprendemos, siempre fuera del elemento, Donnie. Este fin de semana se da la coincidencia espacio-temporal de dos eventos que reflejan la pujanza de Castellón y su convivencia perfectamente posible con la agenda cultural de la ciudad de València. TROVAM y MUV! se desarrollan el fin de semana del 9 al 11 de noviembre, evidenciando que hay público y lugar para ambas.
En su sexta edición, el Trovam vuelve a adoptar la entidad del rol que ellos mismos es otorgan en el subtítulo: la fira valenciana de la música. Su cartel meramente musical vuelve a hacer pensar que no hace falta nada más. Sin embargo, a los conciertos en los diferentes escenarios establecidos en Castellón, hay que sumar el apartado reflexivo y de encuentro de profesionales, de feria, del Trovam. El programa, si bien cuenta con un taller dedicado a la paridad en los escenarios y en las oficinas -impartido por Carmen Zapata, presidenta de MIM (Mujeres de la Industria de la Música)- y tiene presencia femenina en la práctica totalidad de las mesas de debate (no en la dedicada a los festivales), sigue creciendo también en igualdad: las alrededor de 20 mujeres participantes- incluidas moderadoras- por los casi 40 hombres ponen de manifiesto que la industria aún necesita una lectura de género.
Al mismo tiempo que el apartado de diagnóstico, en paralelo, el programa musical del Trovam va creciendo y ganando entidad a medida que avanzan las jornadas. De este modo, los platos principales, los atractivos dignos de formar parte de cualquier cartel de festival que huya de lo obvio, llegan cuando ya se ha ido el sol. Núria Graham, Belako o Modelo de Respuesta Polar son este año los atractivos indies del cartel. La catalana, los vascos y los valencianos lideran un grupo de actuaciones recomendables en el Auditorio de Castellón que se completan con nombres como Julio Bustamante, Cuello, Ganges o The Mani-Las -la apasionante banda de Maika Makovski junto a Olaia Bloom y Mariana Pérez-.
Mientras, en el exterior, la dualidad del enfoque del Trovam se desarrolla con la naturalidad acostumbrada. Mafalda y Vadebó encabezan los conciertos en la Plaça Major, que tienen su continuidad de género en el Escenari À Punt -novedad este año, claro- con los conciertos de (los ascendentes) Els Jóvens, Roba Estesa o la exhibición de muixerangues. La acertada división de escenarios, entre el Auditorio, el Teatro Principal (donde se celebrará la gala de los Premis de la Música), la Plaça de l’Hort dels Corders y el Pub Terra (donde, por cierto, se desarrollará el concierto de The Crab Apples) convierten a Castellón en el epicentro musical del fin de semana.
Con permiso del MUV!. Desarrollado desde un punto de vista mucho más colectivo, más urbano, el MUV! - Circuito Música Urbana València celebra su cuarta edición el 9 y 10 noviembre, y lo hace deforma íntegra en las instalaciones de Las Naves. Alejada del enfoque 100% financiero y guiado por el espíritu de la autogestión y el noble objetivo de conseguir involucrar a la comunidad, el MUV! ofrece una alternativa a la música de gran consumo. Su principal atractivo en 2018, al margen de su loable espíritu de resistencia en plena burbuja de festivales, reside en el concierto de Bombino.
El cantante y guitarrista de Níger forma parte -y en la parte de arriba, la que se ve- de toda esa música que queda sepultada por la insoportable exceso de oferta de Occidente. Sepultada o, en el mejor peor de los casos, etiquetada con la más peyorativa de las intenciones bajo el exótico epígrafe de World Music. Bombino, que sigue la senda que abrieron hace algunos años una serie de referentes musicales del norte de África -verbigracia, los ínclitos Tinariwen-, continúa con la saga y fusiona con brillantez elementos clásicos de la música tuareg con las guitarras eléctricas del rock occidental.
Sus últimos tres discos no sólo llamaron la atención de referentes como Dan Auerbach -cabeza pensante de The Black Keys, con el que grabó en 2013-, sino que le han abierto las puertas del puretismo occidental más allá de la etiqueta de músicas del mundo. Tras publicar Nomad en Nonesuch (filial de Warner), sus siguientes trabajos han llevado el sello de Partisan Records, el epítome discográfico dela música independiente con sede en Brooklyn. También bajo la discográfica norteamericana ha visto la luz su última colección, Deran, cuyas canciones presentará por primera vez en Españaen València el 9 de noviembre en La Mutant de Las Naves.