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panel de expertos

Una decena de financieros opinan sobre el (incierto) futuro de las sicavs

22/11/2020 - 

De izquierda a derecha arriba: Alejandro Martínez (EFE & ENE), Francisco Varea (Edetania Patrimonios), Javier Gómez (Andbank), Javier Navarro (Vinca Capital) y José Gregori (Welzia). Debajo siguiendo el mismo orden: José Samper (Banco Alcalá), Juan José Traid (Dux Inversores), Mónica Blesa (Caixa Popular), Marc Leutscher (gCapital Wealth Management) y Sergio Serrano (Gesem AV)

VALENCIA. Inés Bardón, secretaria de Estado de Hacienda, adelantó el pasado 4 de noviembre que se van a establecer "requisitos adicionales" para disfrutar de los beneficios fiscales de las sicavs. Y, entre ellos, exigir a los accionistas una participación mínima de 2.500 euros para lo que se otorgarán competencias a la Agencia Tributaria con el fin de comprobar dicho requisito. Se trata de un anuncio que debe ser aprobado, pero era lo que les faltaba a estas sociedades de inversión de capital variable.

La respuesta de la Asociación de Insituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) no se hizo esperar y, lógicamente, rechazando tal medida. "La regulación de las sicavs españolas ya contempla requisitos adicionales a los que presentan las sicav comunitarias europeas, que se comercializan en el país con pasaporte y tienen el mismo régimen fiscal", manifestaba Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco.

En pos de conocer una mayor pluralidad de opiniones, Valencia Plaza se ha puesto en contacto con una decena de reputados financieros de la Comunitat Valenciana para conocer sus impresiones al respecto sobre estas sociedades de inversión de capital variable, que están en mínimos -por número- de hace casi dos décadas como viene contando este diario. A continuación sus respuestas:

Francisco Varea, socio fundador de Edetania Patrimonios

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los 'mariachis' o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-Las sicavs llevan varios años en el punto de mira de la Agencia Tributaria. Su carácter de inversión colectiva está cuestionado porque en muchos casos son vehículos familiares que no se distribuyen de forma abierta. De entre todas las fórmulas que se han barajado para convertirlas en un verdadero vehículo colectivo, la que ahora se presenta -los 2.500 euros mínimo por partícipe- es la menos agresiva con el vehículo. Evidentemente acabará con los 'mariachis' de una acción pero creo que no ataca de forma definitiva al vehículo. Sobrevivirá. No conviene llegar más lejos; se trata de un vehículo que retiene muchas inversiones en España y genera una industria en torno a ella que no es desdeñable. Además, las hay en todos los países de nuestro entorno y 'atacarlas' más agresivamente sólo serviría para que los capitales se vayan a otra jurisdicción.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-El atractivo de las sicavs está disminuyendo. Cada vez están más reguladas y la presión del supervisor está acrecentándose. Los socios principales de estas sociedades no comprenden esto; no les encaja que no puedan invertir en la forma que quieran su patrimonio. No obstante, hay pocas alternativas eficientemente fiscales. Creo que es la mejor así que yo aconsejaría mantenerlas y tratar de incrementar su accionariado dando entrada a otros inversores... si este es el único requisito adicional que finalmente solicitan. Si se consigue, el vehículo funciona. Otra alternativa similar a eficiencia fiscal para inversores personas físicas es la inversión a través de una cartera diversificada de fondos de inversión, pudiendo traspasar de un fondo a otro difiriendo hasta el momento de la venta la tributación de las plusvalías

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Si yo fuera el supervisor no trataría de poner mayores trabas a las que se exigen en otros países. En Luxemburgo no se piden 100 accionistas. En un mercado único comunitario, la competencia es muy grande y habría que aceptar que si se quiere retener este negocio en España no se pueden imponer ciertos requisitos. Para recuperar el brillo habría que flexibilizar la legislación y aceptar que funcionen como vehículos familiares.

Javier Navarro, socio director de Vinca Capital Corporate Finance

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los 'mariachis' o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-El objetivo que busca el Gobierno con la nueva medida es que los 'mariachis' pasen de ser inversores de relleno a tener cierto peso dentro del vehículo de inversión. Al Gobierno actual no le gustan las sicavs como vehículos de ahorro, por considerar que es un instrumento utilizado por los más ricos para eludir impuestos. Lo que no tiene en cuenta nuestros reguladores es que existen vehículos similares en el resto de Europa -que tienen un tratamiento fiscal similar- y que muchas sicavs optarán por trasladar su residencia a otros países como por ejemplo Luxemburgo o traspasar su patrimonio a fondos de inversión, que tienen un tratamiento fiscal similar.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Es importante no precipitarse y esperar que el Gobierno anuncie oficialmente esta medida, pues pensamos que no va a entrar en los Presupuestos Generales del Estado. Si estas medidas llegan a aprobarse dependiendo de las peculiaridades y el tamaño de cada una de las sicavs, tendrán que optar por dar cumplimiento a la inversión mínima de 2.500 euros, que en algún caso será viable, o alternativamente acudir a otros vehículos como pueden ser sicavs luxemburguesas, fondos de inversión y unit link.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Que haya voluntad política de fomento del ahorro, y que las sicavs no sean vistas como un instrumento para familias ricas, sino una forma óptima de canalizar el ahorro y la inversión.

Sergio Serrano, director general de Gesem AV

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los 'mariachis' o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-La medida es menos drástica de lo que parecía que podría ser en un principio, aunque teniendo en cuenta que en la mayoría de los países de Europa las requisitos para la constitución de estos vehículos son mucho más laxos, es una paso atrás sin duda.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Dependerá de si es capaz o no de llegar a esos 100 accionistas con un mínimo de 2.500 euros; en caso afirmativo, pensamos que la sicav sigue siendo un instrumento fiscalmente óptimo y a la altura de los fondos de inversión (recordemos que su fiscalidad es la misma, al contrario de lo que se pretende hacer creer por algunos sectores). En caso de no poder tener esos 100 accionistas mínimos y no disfrutar de la fiscalidad de las sicavs, no sería interesante mantenerla porque los costes de mantenimiento de la misma no tendrían sentido entonces.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Lo fundamental es que la reforma que se haga sea definitiva y la regulación de las sicavs salgan ya del debate político y de la demagogia de algunos políticos cada vez que se aproximan unas elecciones. Para que cualquier producto o vehículo financiero tenga éxito es fundamental tener una certidumbre respecto a su regulación y fiscalidad, para que en la toma de decisión a la hora de invertir en el mismo podamos saber con qué reglas de juego nos enfrentamos. La medida de un mínimo de inversión de 2.500 euros no nos parece del todo negativa si viniera acompañada de una rebaja en el número mínimo de accionistas, en cuyo caso -y con la estabilidad regulatoria mencionada antes-, creo que podría volver a ser un producto atractivo.

José Gregori, responsable de negocio de Welzia en la Comunitat Valenciana

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-Las sicavs son IICs (Instituciones de Inversión Colectiva) al igual que los fondos de inversión, merece la pena recordarlo. Y aunque cada instrumento tiene sus peculiaridades sí tienen esto en común. Con una medida de este tipo, sin duda se pondría un impedimento más a la utilidad de las sicavs. A dónde nos llevaría esta medida es difícil de saber, para algunas sicavs no habría ningún problema y otras quizás sí, pero habría que ver caso por caso.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Si se aprueba esta medida, hay que estudiar cada caso en concreto, no hay soluciones únicas para todos. En los últimos años algunas Sicavs se han fusionado con fondos de inversión, y este puede ser de nuevo el camino que tomen las cosas.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Sin lugar a dudas tomar como referencia la regulación europea, que es mucho menos restrictiva que la española.

Mónica Blesa, directora de banca privada de Caixa Popular

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-Indudablemente dificulta el cumplimiento del mínimo de partícipes, ya que implica una mayor inversión por parte de todos ellos, aunque no sé si hasta el punto de acabar definitivamente con ellas. Sin embargo, sí va a tener también otras consecuencias, como reducir aún más la escasa liquidez que las sicavs cotizadas tienen en el mercado.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-De adoptarse finalmente esta medida, las sicavs que no cumplan con ella tienen varias opciones: liquidar la sicav convertirla en SL, fusionarla con un fondo de inversión o trasladarla a otros países con una legislación menos restrictiva, como por ejemplo Luxemburgo. Todas las opciones implican tiempo y costes, por lo general elevados, pero son vías que ya se han utilizado estos últimos años ante la incertidumbre jurídica creada sobre su futuro en España. Desde el año 2015, el número de sicavs se ha ido reduciendo progresivamente y esta nueva medida probablemente aumentará dicha tendencia.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Desde un punto de vista objetivo, la realidad es que las sicavs no van a dejar de existir como vehículo de inversión para los grandes patrimonios (aunque se incorporen medidas más restrictivas), lo que sí es probable es que se trasladen a otros países con un marco legislativo más estable y favorable.  Esto tendrá consecuencias negativas, tanto para la industria local de Instituciones de Inversión Colectiva (como ya ha trasladado Inverco), como para la inversión en empresas que cotizan en mercados locales (restando entre otras cosas liquidez al mercado nacional). Además, si las sicavs se van a otros países, también lo hace la recaudación tributaria, por los que los ingresos fiscales se reducen.

Si lo que se pretende es que no puedan utilizarlo las grandes fortunas, para conseguirlo, sería necesaria una legislación unificada en todos los países, o como mínimo a nivel europeo. Incrementar las restricciones en España sólo perjudica a la economía nacional (tanto a los inversores como a la industria del sector), generando una discriminación negativa en este sentido que no permite alcanzar el objetivo. Sólo una legislación unificada y estable, daría la seguridad jurídica necesaria para que volvieran a crearse.

Alejandro Martínez, cofundador de EFE & ENE

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-Una sicav tiene carácter de inversión colectiva. Cuanto más se dificulte la entrada, menos inversores habrá y menos colectiva podrá ser. Por tanto, se trata de una medida que va en contra de las sicavs que, sin embargo, no se aplicará para los fondos de inversión, que son la principal alternativa para el ahorrador/inversor. Esta diferencia indica claramente una voluntad de seguir dificultando el uso de las sicavs tal y como se hace en el resto de Europa donde, por ejemplo, no se exigen 100 accionistas como norma general.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Simplemente que se adapte a la norma, pero vamos a hacer un pequeño cálculo. Un inversor tiene el mandamiento principal de diversificar. Suponiendo que no quiera pasar del 5% por cada inversión en cartera, esto significa que tendrá que tener una cartera total de 50.000 euros para invertir (muy superior al ahorrador típico). Por debajo de ello, no le será permitido entrar en sicavs o se le obligará a tener un porcentaje que no desea de su cartera. En resumen, se está reservando el producto a patrimonios altos.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Tenemos dos vehículos de inversión colectiva equivalentes: los fondos y las sicavs. Ambos son ideales para todo tipo de ahorrador e inversor, que deberían poder entrar y salir en ellos con facilidad. Simplemente se trataría de no intervenir para dificultar uno y facilitar el otro, dado que esta desigualdad no se puede explicar para beneficio de los ciudadanos. Si se decide que uno quiere invertir en una sicav de bolsa española, por ejemplo, no debería obligársele a invertir en un fondo por no tener suficiente dinero.

Javier Gómez, director territorial de Andbank en la Comunitat Valenciana

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión
-Todavía es prematuro saber cuales serán los detalles concretos de la reforma que al parecer se espera para estos vehículos de inversión. Lo único que ha trascendido es que el consejo de ministros ha acordado que en algunas de las normas con trascendencia tributaria actualmente en tramitación parlamentaria se trate este asunto y en una rueda de prensa se ha comentado que habrá una exigencia de que las sicav cuenten con 100 accionistas con una inversión mínima de 2.500 euros.. Lógicamente establecer un mínimo de 2.500 euros por accionista supondrá un problema importante para muchas de estas sociedades de inversión, ya que contar con 100 accionistas con ese importe mínimo no es sencillo. Sin embargo, otras lo podrán cumplir. Respecto de si esto supone "acabar con estas sociedades de inversión", tampoco conocemos las consecuencias que supondrá en incumplimiento de ese requisito (supondrá pérdida del régimen fiscal? pérdida del carácter de institución de inversión colectiva?...), por lo que podrían seguir cumpliendo con la eficiencia perseguida como vehículo de inversión en función de las peculiaridades de cada sociedad  y de sus promotores.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Que analice el impacto que tendrán sobre su cartera y su estrategia de inversión las consecuencias del incumplimiento y que analice igualmente posibles alternativas. Todavía desconocemos al alcance  de esta medida, ni siquiera si finalmente se aprobará (aunque parece que así será). Lo que sí es seguro es que no existirá una receta que sirva para todos. Habrá vehículos de inversión que dejarán de tener sentido para sus accionistas y otros que seguirán siendo eficientes para implementar la estrategia de inversión. Recomendamos por tanto un análisis caso por caso.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Este tipo de sociedades tuvieron tu época dorada hace muchos años, donde no existían muchas alternativas de inversión eficientes en la gestión patrimonial. Esto hoy ya no es así, independientemente de si se produce la reforma esperada o no. Hoy existen muchas formas alternativas de gestión patrimonial óptimas desde el punto de vista financiero-fiscal, que hacen que la Sicavs no sean en ningún caso imprescindibles ni la única solución. Un claro ejemplo de esto es que en los últimos años se ha estructurado de forma muy eficiente el patrimonio de muchos inversores al tiempo que se ha reducido el numero de sociedades de este tipo por la no constitución de nuevas y la liquidación/fusión de muchas de las existentes.

Juan José Traid, gestor de Dux Inversores

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-El tema de las sicavs en España es un asunto de pura demagogia. No tienen ninguna ventaja fiscal adicional a los fondos de inversión y somos el único país en Europa junto con Portugal en pedir 100 partícipes. Aumentar el mínimo de inversión a 2500 euros por partícipe supone endurecer una legislación que en el resto de Europa es mucho más laxa. Estamos poniendo trabas a  las sicavs españolas mientras que es posible constituirlas con muchas menas exigencias en el resto de Europa. Es normal que los partícipes se planteen constituirlas en otras jurisdicciones.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Es difícil dar una recomendación general, dependerá de las circunstancias de cada sociedad

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Lo lógico sería tener una legislación armonizada con el resto de Europa, que las industrias financieras de los distintos  países tuvieran un marco jurídico comparable y la competencia fuera por motivos distintos a la legislación aplicable en cada país.

José Samper, responsable territorial de Banco Alcalá en la Comunitat Valenciana

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?
-Lo que subyace aquí es la idea, errónea, de que las sicavs nos son verdaderamente instituciones de inversión colectiva. Como digo esta es una idea errónea que deriva del hecho de que en España el carácter colectivo se define por alcanzar un número mínimo de accionistas (que la ley ha fijado en 100 pero que podrían ser 20, 50, 500…). Somos el único país de Europa junto con Portugal que lo hace así. En el resto de los países de la UE el carácter colectivo de las sicavs se define por el hecho de que cualquier persona que lo desee pueda invertir en ellas (es decir, que no sean vehículos 'privados' al alcance únicamente de un número reducido de inversores); pues bien esto se cumple en España gracias a la cotización de las acciones de las sicavs en el antiguo Mercado Alternativo Bursátil (MAB), ahora llamado BME Growth.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-En caso de que finalmente la medida anunciada se materialice en una modificación legislativa será necesario analizar, caso por caso, la situación de todas las sicavs para valorar su impacto así como, en su caso, posibles alternativas de inversión. Lo que es evidente es que, de materializarse un cambio legal en los términos anunciados, algunas sicavs dejarán de tributar al amparo del régimen fiscal especial de las Instituciones de Inversión Colectiva, que establece un tipo de gravamen en el Impuesto sobre Sociedades del 1% frente al tipo general del 25%.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
Para mí la receta es muy simple: pediría menos demagogia y más transparencia sobre las sicavs, que en definitiva son tan vehículos de inversión colectiva como lo son los fondos de inversión. En ambos casos la fiscalidad es la misma, tanto para el vehículo (fondo/sicav), que tributa al 1%, como para el accionista/partícipe, que difiere la tributación hasta el momento en que se produzca el reembolso. En definitiva lo que hace falta es definir un marco jurídico claro y estable que dote de seguridad jurídica a estos instrumentos.

Marc Leutscher, cofundador de gCapital Wealth Management

-Que el Gobierno vaya a imponer un mínimo de 2.500 euros a todos los accionistas de una sicav, ¿es acabar con los ‘mariachis’ o querer finiquitar definitivamente estas sociedades de inversión?-Desde luego esta medida perjudica a las sicavs más pequeñas. Para las más grandes, que un mínimo de 247.500 euros tengan que estar en manos de accionistas minoritarios no será un escollo insalvable.
No hay que perder de vista que estos vehículos son de inversión colectiva, y que con esta medida, que es menos restrictiva que las anteriores anunciadas, su carácter principal no se ve afectado de forma importante. Lo que sí podríamos concluir es que estos vehículos pueden perder su interés para la planificación fiscal.

-¿Qué consejos le daría a todo aquel que tenga una sicav después de dicho anuncio?
-Desde hace ya algún tiempo, ante las noticias de cambio de legislación, muchas sicavs cuya razón de ser era la planificación fiscal se habían reconvertido ya en fondos de inversión en el extranjero o en una sociedad limitada. Desde 2015, el número de sicavs se ha reducido desde los 3.400 a 2.600. Si el objetivo de la sicav es la planificación fiscal, existen otros vehículos que pueden ser útiles. Si el objetivo de la inversión es un mayor control sobre la gestión (sicav autogestionada), a las medidas fiscales se añaden las restricciones que está preparando la CNMV sobre la designación como asesores de personas no habilitadas conforme a la Ley del Mercado de Valores. En ambos casos un primer paso consistiría en analizar las razones por las que se constituyó el vehículo en su día, y si estas razones siguen siendo válidas. A partir de ahí, las opciones están abiertas y son múltiples.

-¿Cuál es su receta para devolver el brillo de antaño a estos vehículos financieros?
-Si queremos que las sicavs sean realmente un vehículo de inversión colectiva, no se debería limitar por número de accionistas e importes mínimos tanto para su constitución como para su consideración de traspasibilidad fiscal. Para que una sicav se considere un vehículo de inversión colectiva y de carácter abierto debería bastar con que cualquier inversor pueda invertir en ella, cualquiera que sea el importe. El impacto fiscal sería posiblemente pequeño en comparación a las implicaciones negativas para la industria de gestión de activos nacional.

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