ALICANTE. Unai Sordo (Baracaldo, 1972) lleva poco más de un año al frente del sindicato Comisiones Obreras después de relevar a Ignacio Fernández Toxo. Esta semana, ha visitado a Alicante, donde mantuvo en encuentro con afiliados y respaldó a los trabajadores del sector de las residencia de la Tercera Edad. Entre un acto y otro atendió a Alicante Plaza para analizar la evolución de la economía, las amenazas a las que se enfrentan los diferentes sectores económicos con la transformación tecnológica y los planes del Gobierno para modificar la actual legislación laboral.
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-¿Están notando los trabajadores las mejoras que en los últimos años ha vivido la economía española?
-Todavía no, en la dimensión suficiente. Es evidente que se ha creado empleo en España, pero ha sido un empleo muy precario, con tasas de temporalidad muy elevadas. Además, sigue sin producirse la recuperación salarial que este país necesita. Seguimos con una pérdida de salarios reales respecto a 2007 aproximadamente del 9% y más del 20% en los salarios más bajos. Y por tanto, si se quiere que el crecimiento repercuta en la mayoría de los trabajadores, en mi opinión hay que incrementar los salarios, desarrollar la ANC y creo que hay modificar las reformas pensadas para la devaluación interna del país. Aunque la macroeconomía se ha recuperado, todavía estamos operando bajo las reformas pensadas para la devaluación interna del país y está actuando como un espacio de cepo del reparto de la recuperación.
"Aunque la macroeconomía se ha recuperado, todavía estamos operando bajo las reformas pensadas para la devaluación interna del país"
-¿Le convencen los cambios que el Gobierno de Pedro Sánchez propone para reformar la legislación laboral, con tres tipo de contratos?
-No son retoques del Gobierno, son exigencias que hemos planteado los sindicatos y que podemos decir, a riesgo de no tener un acuerdo cerrado, que son algunos de los elementos centrales de la reforma laboral, que queremos concretar en unas semanas en un acuerdo que debería tener una validación parlamentaria. Hablamos de elementos nucleares: prevalencia del convenio de empresa, ultraactividad, condiciones de externalización, ...junto a otros elementos que vamos a incorporar como las medidas efectivas del control de la jornada de trabajo, la recuperación del subsidio de los 52 años. Creo que estas medidas pueden modificarse de forma realista en un plazo breve de tiempo. Y luego habrá otras medidas a las que no vamos a renunciar, como la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, aplicaciones de los convenios colectivos o causas de despido...las estamos negociando, aunque estamos un poco más lejos del acuerdo.
"El Gobierno se escuda en exceso en la debilidad parlamentaria, en que no hay números para sacar una derogación total de la reforma laboral"
-¿Qué grado de receptividad hay en el Gobierno a todas estas reivindicaciones?
-La negociación está siendo dura. En teoría, el Gobierno compartía una parte de estos planteamientos; se escuda en exceso en la debilidad parlamentaria, en que no hay números para sacar una derogación total de la reforma laboral, pero nosotros decimos que el partido hay que jugarlo porque en las prospecciones que nosotros hemos hecho hemos visto que pueden contar con un aval mayoritario de una parte del Congreso de los Diputados. Y aquellas que no lo tengan, que cada uno explique su posición. Pero lo que no vale es parapetarse en supuestas no mayorías para no abordar el conjunto de los temas que planteamos. Y que el Gobierno, no hace mucho, ha dicho que estaba dispuesto a derogar. Soy relativamente optimista en el fin de la negociación, y creo que las próximas semanas habrá novedades.
-¿Condicionan los cambios a que hay o no aprobación de los Presupuestos Generales del Estados en 2019?
-Todo tiene que ver porque al final los presupuestos van a determinar si la mayoría de la moción de censura sigue vigente, pero creo que mal haríamos en ligar una cosa con otra. Muchas de estas medidas son importantísimas, pero no tienen un efecto presupuestario; con lo cual, no tienen nada que ver. Además, creo que tenemos que trabajar en distintos ritmos, las medidas de reforma de la reforma laboral tienen que estar listas para antes del cierre del año, y la negociación presupuestaria va a tener otro recorrido.
-El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la subida pactada puede tener efectos contraproducentes en la creación de empleo, como sugieren algunas voces?
-Nosotros teníamos un acuerdo con el anterior Gobierno y la patronal para subir el SMI a 850 euros en 2020. Lo hicimos con una correlación de fuerzas determinada y porque era el mejor acuerdo posible en aquel momento, y suponía una subida del 20%. Ahora, Unidos-Podemos y PSOE han llegado a otro acuerdo; nos parece un acuerdo positivo y lo vamos a reivindicar para que su aplicación sea en el año 2019. No es una medida disparatada: hemos firmado con CEOE que en el año 2020 que todos los SMI de convenio sean de 14.000 euros; esto es más de lo que han pactado el PSOE y Unidos-Podemos. Entra dentro de lo razonable, y es una necesidad que tiene este país por eficacia económica y justicia redistributiva.
"La subida del SMI entra dentro de lo razonable, y es una necesidad que tiene este país por eficacia económica y justicia redistributiva"
-¿Y el efecto contraproducente?
-Son voces que están tratando de crear un excesivo alarmismo. En los últimos años, en España, el SMI ha crecido un 8%, un 4% el año pasado, e iba subir un 5% este año. Y va a subir un 10% en 2020. La productividad por hora trabajada en España está mucho más cerca de las principales economías europeas que respecto a nuestro SMI respecto al SMI de economías como Francia, Alemania o Reino Unido. Por tanto, había, y hay, márgenes para subir el SMI en España y creo que no va a producir una destrucción significativa de empleo. Es más, creo que va ir todo él al consumo, va a promover un movimiento en la economía, del circulante y de la capacidad de gasto del que menos dinero tiene. Va a beneficiar a otros sectores y va a crear empleo.
"Si hay desaceleración, España perderá los vientos de cola de crecimiento y tendrá que buscar palancas alternativas de crecimiento"
-¿Le preocupa la desalaceleración económica en la zona euro?
-Sí, porque nos lanza un aviso. Alemania ha cerrado el trimestre con una caída del PIB, y está empezando a pedir una política monetaria menos expansiva y distinta en el Banco Central Europeo. Si esto es así, se pararía el último viento de cola que le queda a la economía española, que en los últimos años tiene que ver con este viento de cola: precio del petróleo, cambio euro-dolar, el precio del dinero y tipos de interés. Si estos vientos de cola se sitúa como vientos de cara, España tiene que buscar palancas alternativas de crecimiento. Creo que la demanda interna y la activación salarial son clave en este momento por una cuestión no sólo de justicia, sino también de eficacia económica. Y en contra de lo que se dice, no va a ir en detrimento de la competitividad de las empresas españolas porque las empresas que exportan no pagan 750 euros de salario. Se está creando una dinámica negativa que tiene que ver con la confrontación política. No es normal que el PP estuviera muy interesado en un acuerdo que subía el SMI a mil euros y ahora se excusa con que 900 euros sea la hecatombe económica.